Guerra Garrido gana en 1968 -ese año en el que parecía que el mundo iba a cambiar de rumbo y de nombre, comenzando por París- el prestigiado concurso Ciudad de San Sebastián, con el relato "Con tortura". Fue su presentación en la vida literaria, pero sobre todo la primera afirmación de la aspiración a la libertad que el escritor quería formular en su narrativa. El cuento incomodó a los rectores del tiempo político, pero el escritor comenzaba ya por afirmar un cuadro de representación de ideas y construcciones literarias que, en acertada expresión de Juan Cruz Mendizábal, habría de referirse en el resto de su obra a situaciones límite.