Lexicon

DIALECTO

Otros clasificadores.
Vinson. Siguió a Bonaparte en sus clasificaciones. En su artículo "Dialectes Basques" de la obra Encyclopédie Générale 4.°, 19e. empleó la clasificación bonapartiana de 1866-67, lo que dio lugar a una rectificación del príncipe que, para entonces, había cambiado ya de opinión. [Bonaparte: Etudes sur les trois dialectes basques des Vallées d'Aezcoa, etc. Advertencias preliminares]. Posteriormente Vinson adoptó la clasificación de 1869 [Vinson: Prólogo al "Essai sur la langue basque, par François Ribary, París, 1877], imitándole Campión [Campión: Gramática de los cuatro dialectos literarios de la lengua euskara. Tolosa, 1884, p. 31], y la mayoría de los vascólogos. Don Julio de Urquijo sigue también esta clasificación con la aclaración que se verá más tarde.

Van Eys. En 1879 [Van Eys: Grammaire comparée des dialectos basques. París, 1879, p. 1], consideraba dividido el vascuence en seis dialectos: vizcaíno, guipuzcoano, labortano, bajo-navarro, navarro español y suletino. En 1883 [Van Eys: Outlines of basque grammar. Londres, 1883, p. I], mantenía esta misma división, llamando al navarro español, simplemente navarro. Van Eys dio preferencia, para sus estudios, al idioma escrito sobre el hablado, sin tener en cuenta el individual eclecticismo existente en aquél, siendo a causa de ello justamente reprochado por Schuchardt [Schuchardt: Baskische Studien l. Uber die Entstchung der Bezugsformen des Baskischen Zeitworts, p. 2]. Además, a nuestro entender, no siempre clasificó acertadamente, en el aspecto dialectal, los textos que utilizó. Esperamos estudiar este punto en otro lugar.

Azkue. Verdadero archivo viviente de datos lingüísticos procedentes de todos los rincones del País Vasco, nos dice [Azkue: Diccionario vasco-español-francés. T. I, 1905. Prólogo, p. XXVI, XXVII] que ha seguido casi a la letra la división del príncipe Bonaparte, introduciendo las siguientes variaciones: considerar el roncalés no como subdialecto suletino, sino como dialecto y ver un solo dialecto en el alto-navarro, y uno también en el bajo-navarro, teniendo por simples subdialectos el septentrional y meridional del primero y el oriental y occidental del último. [Ya hemos visto cómo en 1908 consideraban D. Julio de Urquijo y Lacombe que Azkue, tal vez, había igualado al príncipe Bonaparte en la labor de recoger hechos y materiales lingüísticos. Don Resurrección continuó trabajando infatigablemente y en 1829 manifiesta D. Julio de Urquijo (discurso de recepción en la Real Academia Española, 24 de noviembre de 1929, p. 9) que Azkue había superado en la recolección de datos al príncipe Bonaparte, hasta pocos años antes el más diligente de nuestros investigadores. Posteriormente el ilustre vascólogo lequeitiano no ha cesado en sus trabajos como lo demuestran sus últimas publicaciones). Al hablar de la extensión de cada dialecto sigue en efecto Azkue, con las modificaciones indicadas, al príncipe Bonaparte; pero en la enumeración de pueblos agrupados por dialectos, expuesta en el índice de abreviaturas, hay algunas diferencias con relación a los datos de Bonaparte. Nos parece la más importante la inclusión de Alzola y Elgoibar (vizcaínos para Bonaparte) en el dialecto guipuzcoano. Aparece también en el guipuzcoano Anzuola, pero en 1925 [Azkue: Morfología, p. 804] lo considera vizcaíno. Respecto al vascuence de la Burunda opina que se trata de un dialecto mezclado de guipuzcoano y vizcaíno [Azkue: Verbo guipuzcoano, p. 20 (1932)].

En el informe que en 1920 redactaron los académicos A. Campión y P. Broussain [Informe de los señores académicos A. Campión y P. Broussain a la Academia de la Lengua Vasca sobre unificación del euskera, Bilbao 1920] consideraron al vizcaíno el dialecto más homogéneo, compacto y denso de todos, agregando que descuella sobre los demás "por su masa imponente. Sus tres variedades son tan poco abultadas, que apenas frisan al calificativo de subdialectos". En cuanto al guipuzcoano "le distinguen arrestos invasores; desposee de su jurisdicción al alto-navarro septentrional en los pueblos de Guipúzcoa donde le hablaban y va infiltrándose intersticialmente en Navarra por la comarca de Cinco Villas y de los valles de Araiz y de la Burunda. El labortano representa un papel análogo entre los dialectos ultrapirenaicos".

El P. Inza [A. Intza: Burundako euskalkia. Euskera III, 255 ( 1922)] después de estudiar el verbo de Ciordia, Olazagutia, Alsasua, Urdiain, Iturmendi y Bacaicoa, se manifestó contrario a la opinión de Bonaparte, quien había incluido el vascuence de dichos pueblos en el dialecto guipuzcoano (variedad de la Burunda). Para el P. Inza, el vascuence de dichos pueblos no es guipuzcoano, ni presenta estrecha afinidad con este dialecto. Suponiendo que, de hablarse guipuzcoano en la Burunda, tuvo que penetrar a través de los lugares limítrofes de Guipúzcoa, estudió también el vascuence de Otzaurte (barrio de Cegama) y Ursuarán (barrio de Idiazábal), llegando a la conclusión de que las hablas de estos lugares eran bastantes semejantes entre sí, pero muy diferentes del vascuence de la Burunda.

Lacombe [Lacombe: La langue basque, en "Les langues du monde, par un groupe de linguistes sous la direction de A. Meillet et Marcel Cohen". París, 1924] indica que bastaría quizá distinguir dos grandes grupos dialectales: el vizcaíno (que también podría llamarse vascuence occidental) por un lado, y por el otro todos los demás dialectos (guipuzcoano, dialectos de alta y baja Navarra, labortano, suletino). Se podría llamar a este grupo, por oposición al primero, centro oriental. Justifica esta clasificación por la consideración siguiente: se pasa por gradaciones insensibles de un habla a otra entre las que constituyen este grupo, mientras que el salto es brusco cuando se pasa del guipuzcoano al vizcaíno. Esta notable diferencia entre el vizcaíno y los demás dialectos había sido notada anteriormente. Así Duvoisin, en 1860, opinaba que únicamente el vizcaíno se aleja de los demás dialectos de una manera suficientemente caracterizada [Daranatz: Correspondence du Capitaine Duvoisin, RIEV, XIX, 62. Carta de Duvoisin al príncipe Bonaparte, 27 de junio de 1860.] El príncipe Bonaparte en 1869, al formar tres grupos con los ocho dialectos de su clasificación, aisló en un grupo independiente al vizcaíno, como hemos visto. Van Eys, en 1879, manifestaba que, sin querer decir que el dialecto vizcaíno se haya conservado más puro que los demás dialectos, hay, sin embargo, que reconocerle, en muchos casos, un carácter más arcaico [Van Eys: Grammaire comparée des dialectes basques. París, 1879, p. 2.] D. Julio de Urquijo dice "... ocho dialectos que, en un momento dado, debieron reducirse sólo a dos, el antepasado del vizcaíno y el de los otros siete dialectos vascos...". [Discursos leídos ante la Real Academia Española en la recepción pública de D. Julio de Urquijo e Ibarra el día 24 de noviembre de 1929, p. 20.] Refiriéndose Lacombe a la traducción bajo-navarra occidental de Baigorry, del Cantar de los Cantares, realizada por Iribarnegaray, dice que es sensiblemente diferente, en cuanto a la fonética, al verbo, a la declinación y al vocabulario, a la versión bajo-navarra oriental cizana de Casenave, y que nos ayuda a comprender lo bien fundada que se encuentra la división bonapartiana del bajo-navarro en dos dialectos, y agrega, "legitimidad a la que no parecen haber tomado suficientemente en consideración algunos vascólogos recientes" [Lacombe: Quelques mots, etc. RIEV, XV, 204]. Comentando la inclusión por Bonaparte, en 1881, del baztanés en el dialecto labortano, dice Lacombe, que no debe sorprendernos, ya que por un lado, el Baztán dependió mucho tiempo, eclesiásticamente, del obispado de Bayona, y por otro, es sabido que no son raros los matrimonios entre baztaneses y labortanos, así como también entre baztaneses y bajo-navarros occidentales, cuyo modo de hablar no difiere mucho del de los labortanos.

Yrigaray opina que el aezcoano es una rama de origen vasco-francés bajo-navarra, pero estima que el salacenco es variedad del suletino. Cree que el roncalés es autónomo y que se emparentaría más con subdialectos vasco-aragoneses que con los de Soule [Caro Baroja: Materiales para una historia de la lengua vasca en su relación con la latina, p. 21 y 22.] En todo caso, hay que resaltar que, como dice Menéndez Pidal [Menéndez Pidal: Introducción al estudio de la lingüística vasca, p. 27.], un dialecto no tiene un único limite fijo como el de una provincia o un partido judicial; los muy varios caracteres que distinguen ese dialecto de los vecinos no tienen todos en masa una misma extensión, sino que cada uno de ellos alcanza por lo común un límite distinto del de los demás, siguiendo cada uno direcciones muy diversas. Hemos expuesto las clasificaciones que nos han parecido más interesantes de los dialectos, subdialectos y variedades del vascuence. Esperamos analizar y comentar algunos extremos de dichas clasificaciones cuando hayamos concluido nuestro trabajo sobre la formación y el desarrollo del verbo auxiliar vasco, que nos ha de proporcionar datos de indudable interés, en relación con las divisiones del vascuence.-Yrizar, Pedro de: Los dialectos y variedades del vascuence, "Homenaje a Julio de Urquijo e Ybarra", n ° extr. del "B. R. S. B. A. P.", t. I, 1949, pp. 375-424. A continuación damos un cuadro demográfico de la situación actual (Estad. 1968 en E. N. y 1970 en E. S.) de los diversos dialectos y variedades dialectales, estudiados con todo detalle en el artículo Los dialectos y variedades de la lengua vasca. Estudio lingüístico-demográfico sep. "B. R. S. B. A. P." San Sebastián, 1973, de Pedro de Yrizar.