Kontzeptua

Vivienda. Antropología

Al hablar de la vivienda vasca aludir a la institución del mayorazgo, que obligaba a transmitir la casa íntegra e indivisa de padres a hijos, dado que es expresión material del trabajo familiar acumulado durante generaciones. Por ello, "el destinado a casa" (etxerako) asumía las responsabilidades inherentes como dotar a sus hermanos y hermanas, sustentar a los no emancipados, honrar a los antepasados, conservar la casa indivisa, vigilar su mantenimiento, intervenir en las instancias públicas en su nombre y representación, etc.

Además, la casa otorga identidad a sus moradores al darle sus apellidos, razón de que la mayor parte de éstos en Euskal Herria sean toponímicos. En cumplimiento de este régimen de herencia, los demás hermanos debían buscar su medio de vida fuera del hogar, lo que a menudo era motivo de emigración y de una importante presencia vasca en actividades como menestrales, comerciantes, navegantes, marinos, soldados, corsarios, médicos, secretarios, clérigos, pajes o criados, oficios que se adoptaban en función de sus posibilidades económicas, rango, inteligencia y osadía.

En nuestra sociedad tradicional, la vivienda es el núcleo alrededor del que gira todo un mundo de valores: por un lado, es espacio para el trabajo y la convivencia, por otro aparece revestida de una significación sagrada, y por último vincula a sus miembros con los antepasados y con los contemporáneos y asegura su supervivencia. De aquí que Unamuno afirmara que "el vasco está vegetativamente enraizado en su suelo", lo que Barandiarán matiza al decir que "el vasco se halla ligado a un etxe, a una casa". Ya en nuestros días, la aplicación de nuevos elementos de construcción y el predominio de una urbanística funcional, han dado como resultado una sustancial mejora en la calidad general de vida. A cambio se han perdido la práctica totalidad de los elementos que eran característicos de nuestra cultura, caminando, como en tantos otros aspectos, hacia una uniformización universal.