Kontzeptua

Vivienda. Antropología

La vivienda rural en Baiona según Ducéré, (Dictionnaire Historique de Bayonne):

"Podemos dividir las casas de campo de los bayoneses en tres categorías: la casa noble, la de recreo y la simple casa de campo. Si los bayoneses estaban orgullosos del título de su ciudad, ello no hacía que renunciaran, fuera de ella, a convertir sus heredades en feudos. Los ejemplos de este género no son escasos; podemos citar, por ej., Camp-de Prats, propiedad noble, que pertenecía a la ilustre familia de los Duvergier de Hauranne, el señorío de Beyris y muchas otras. En este caso, castillo o finca en aparcería, estaba coronada por una veleta, que era el distintivo de la nobleza y la señalaba como noble entre sus vecinas. Pero la verdadera casa rural de los alrededores de Baiona, y de las que quedaban, a principios del siglo pasado numerosos ejemplares, era el tipo muy conocido de la casa vasca.

Esta casa se la podía encontrar durante los siglos anteriores diseminada en los cuatro suburbios que rodeaban la ciudad. Cuando estos suburbios desaparecieron, cierto número de estas casas, que se encontraban fuera de la zona de protección militar, siguieron existiendo hasta que fueron reemplazadas más tarde por construcciones más modernas. Rodeada de jardines y de una vegetación resplandeciente, la casa, encalada todos los años, aparecía deslumbrante de blancura. Algunas de ellas tenían un piso adornado con un balcón de madera con barrotes groseramente cortados. La entrada estaba precedida de un porche, especie de vestíbulo abovedado que permitía a los habitantes celebrar al aire libre gran parte de sus tertulias nocturnas.

En una esquina estaba la escalera, rígida como una escala, que conducía a los pisos superiores o a los graneros, si la casa no tenía más que una planta baja. Por detrás se encontraban los establos y, a cada lado del vestíbulo, unas habitaciones. Las piezas eran amplias, limpias y convenientemente alumbradas y la cocina servía de principal lugar de reunión. Sin embargo, después del siglo XV, en el que las casas de campo se construían casi todas con tierra o adobe, se comienzan a construir con ladrillo y sillares, modalidad que se extiende rápidamente. Según los mejores autores que se han ocupado de esta clase de estudios, los cristales para las ventanas eran poco empleados y en su lugar se utilizaba pergamino o cuerno cortado en hojas muy finas. El cristal de ventana era más útil en el Mediodía, donde la luz es más viva y el cielo más clemente (...).

No creemos que se pueda establecer una analogía entre lo que se llama propiedad rural de los burgueses bayoneses durante el Antiguo Régimen y la vida del campo tal como se practica en nuestra época. No podemos tocar aquí el tema de las casas de recreo, en boga desde esta época entre los ricos burgueses de Francia, y de los alrededores de las ciudades del Mediodía como Marsella y Montpellier (...). Este género de vacaciones parece haber sido desconocido para nuestros antepasados, al menos hasta 1700, y sólo después de esta época pueden señalarse algunas casas de campo amuebladas y dispuestas para recibir a los propietarios durante algunos días. Hacia principios del siglo XVIII, la alta burguesía, que en Baiona no se diferenciaba de la nobleza, con la que tenía numerosos puntos de contacto, comenzó también a trasladarse durante los días calurosos de la canícula".