Además de las tumbas citadas, estudiadas con todo detalle por diversos autores, se han encontrado otras muestras de la vida vasca en aquellos lugares. En Ile-aux-Basques, en la parte que mira a tierra firme, se pueden apreciar actualmente tres hornos de piedra, circulares, con una abertura lateral, que utilizaban los vascos para obtener el aceite de ballena principalmente. El misionero jesuita Henri Nouvel estuvo allí en 1663 y vio los hornos. Sobre tierra firme, a poca distancia de la punta oeste de la citada isla, existe otro horno con las mismas características que los anteriores. En 1968, René Bélanger tuvo la suerte de descubrir, en la cara superior de un bloque de granito, una inscripción comportando ancla o un arpón y la fecha 1583 ó 1584.
En Bon Desir se encuentran también otros dos hornos. En el siglo pasado, un desprendimiento en el estuario de Port-Neuf descubrió una enorme caldera de hierro a la que se atribuye origen vasco. En la isla de Mingain (Mingan) se han hallado cuatro hornos de piedra en forma de herradura, una pipa del siglo XVI y fragmentos de cerámica roja. Otro horno más se ha descubierto en una isla frente al puerto de Mingan y una moneda española del siglo XVI. Con el invento del capitán Martín Sopite, en 1635, los vascos abandonaron los hornos construidos en tierra y empezaron a fundir la grasa a bordo de sus navíos.