Topónimos

Canadá

Los normandos, los bretones y los rocheleses utilizaban navíos de 50 a 100 toneladas. Los vascos construían los suyos de 200 a 400 o más toneladas, tripulados por 40 ó 70 hombres. La construcción naval era muy floreciente en Bilbao, Pasajes, San Juan de Luz y otros puertos vascos. En sus viajes a la zona del estuario del San Lorenzo no iban como abanderados de ningún país. No les convenía dar publicidad a sus descubrimientos. Las razones vascas para todo el que estudie esta fase expansiva de su historia marítima de los siglos XV y XVI son claras: provocarían la llegada de los portugueses, más tarde de los ingleses y de los holandeses. Además se despertarían los controles tributarios de las coronas de Castilla y Francia y, con esto, entrarían en juego algunas concesiones de monopolio contra las que tendrían que luchar duramente los vascos. Cuando los ingleses eran aún agricultores, los vascos surcaban sus mares, obtenían permiso para pescar en aguas inglesas y les proveían del preciado combustible: el aceite de ballena.

Los armadores vascos, ya en el siglo XVI, aseguraban sus barcos con aparejos, dotación, municiones y carga. El primer seguro inglés de este tipo es sobre el pescado de Terranova, y no aparece hasta 1604. Parece que son los vascos los que implantaron por vez primera el seguro sobre el conjunto del navío; los archivos de los consulados de Burgos y de Bilbao registran estas transacciones. El asegurador de Burgos, Juan López de Soto, abarcaba con sus agentes toda la costa vasca, de Bilbao a Baiona incluida. Otro asegurador que actuaba en la costa vasca era Durand Buschet, de La Rochela. Bilbao, por medio de su Casa de Contratación, era el puerto más importante en este activo tráfico con Canadá-Terranova. La mayoría de los navíos vascos, incluidos los laburdinos, descargaban habitualmente en Bilbao, San Sebastián y Pasajes.