Concept

Cooperativismo en Euskal Herria (2001 version)

La renovación del cooperativismo agrario. La prueba de fuego de la adecuación empresarial de la Uteco se saldó con la adecuación de algunos sectores cooperativos a las nuevas perspectivas económicas y sociales, la transformación del módulo cooperativo vigente hasta esos momentos y el cierre de muchas cooperativas ubicadas en pequeños núcleos de población. Los sectores en alza fueron el vitivinícola, cuya expansión y florecimiento venía desde los años cuarenta (51 bodegas cooperativas de primer grado y dos cooperativas alcoholeras se fundaron entre 1939 y 1955), el lácteo y el conservero. El nuevo cooperativismo se basó en un redimensionamiento de sus capacidades, con la apuesta por el cooperativismo de segundo grado o de ámbito provincial. La creación de Copeleche, Covina y Conserna simbolizaron este nuevo camino, dando otra perspectiva a las cooperativas locales que asumieron el reto de la mecanización y de la profesionalización de la actividad agraria. Puede afirmarse que la configuración del cooperativismo agrario en Navarra tuvo un antes y un después en estos primeros años de la década de los sesenta. Un antes simbolizado por lo que se denominó "cooperativismo de campanario" y un después atento a la rentabilidad económica y profesionalización empresarial del cooperativismo.

El nuevo camino emprendido entonces si bien ya no se abandonó, encontró dificultades inesperadas en su desarrollo, derivadas del peso de la deuda generada por las costosas inversiones realizadas en dos de las cooperativas más importantes de aquel momento, Covina y Conserna. En 1969 se conocieron los problemas de financiación que aquejaban a ambas. La Caja Rural Navarra, nacida en 1968 como heredera directa de la antigua Caja Central Cooperativa de Ahorros y Préstamos, nada pudo hacer ante el enorme volumen de la deuda contraída. En 1970 Conserna declaró suspensión de pagos, mientras que Uteco se hizo cargo de la deuda de Covina, a la que hizo frente hasta su extinción casi quince años después.

Emilio MAJUELO GIL