Concept

Cooperativismo en Euskal Herria (2001 version)

Alfa. La empresa «Alfa, Sociedad Anónima Cooperativa Mercantil y de Producción de Armas de Fuego» fue constituida el 28 de octubre de 1920 por un grupo de trabajadores metalúrgicos eibarreses. La iniciativa surgió durante la fuerte huelga del metal -verano a Navidades- de aquel año. El Sindicato Metalúrgico de Eibar se propuso la fabricación de armas a precios y calidades competitivos con las empresas capitalistas de la zona, pero bajo las condiciones salariales que habían negado los patronos. Del capital inicial, 300.000 pesetas divididas en 6.000 acciones nominativas de 50 pesetas cada una, fueron suscritas 2.000, con desembolso del 75 % del nominal, por los siete obreros fundadores de la sociedad: Joaquín Tellería, Eusebio Alústiza, Benito del Barrio, Florentino Alonso, Telesforo Ocamica, José Barrutia y Diego Osa. Hubo también aportaciones del Sindicato Metalúrgico de Vizcaya. Con la maquinaria de un taller en liquidación comenzó la fabricación de armas cortas en un momento económico poco propicio, debido a la contracción del mercado posterior a la Guerra Europea. Tras unos años difíciles, en 1925 se inició la fabricación de máquinas de coser con gran éxito, de modo que en 1936 Alfa era ya la primera manufacturera de su clase en la Península. Fabricaba anualmente 16.000 máquinas y su capital ascendía a 5 ó 6 millones de pesetas. Toribio Echevarría Ibarbia (muerto en Caracas en 1968) fue director-gerente de la sociedad entre 1923 y 1936. Durante la guerra civil la empresa fue desmantelada, y posteriormente sus bienes incautados por el gobierno nacionalista. El 8 de marzo de 1940 se creó, por un grupo de productores de la antigua sociedad, la entidad «Máquinas de Coser Alfa, S. A.», a la que el Estado vendió el 16 de noviembre los bienes incautados de la vieja cooperativa. Aunque la nueva empresa no es jurídicamente una cooperativa, su estructura interna es de carácter eminentemente asociativo. El derecho de suscripción de acciones está estatutariamente reservado al personal de la empresa, que posee en su totalidad acciones de la misma. La marcha de la sociedad en la postguerra ha sido económicamente muy positiva: en 1942 creó en Zarauz la filial «Muebles Alfa, S. A.». En 1953 quedó convertida en una gran empresa al inaugurarse una fundición, una planta de microfusión y entrar en servicio dos grandes máquinas «transfert». En los años sesenta se convirtió en la firma española con mayor contingente de exportación. Su producción se halla en la actualidad diversificada, abarcando desde máquinas-herramientas hasta maquinaria agrícola. La empresa posee participaciones muy importantes en «Serveta Industrial, S. A.», de Eibar MAFISA, de Bérriz, y «Revestimientos Poliéster Alfa, S. A.», de Zarauz.