De duque a rey. Puede observarse que en la bula del Papa del 29 de marzo de 1196 se le titula a Sancho el Fuerte con el calificativo de «Duci Navarrae» y ya en la de abril del mismo año de «Rex Navarrae». Ha habido un cambio sustantivo en la posición diplomática de la Santa Sede, muy entrometida entonces en los asuntos políticos de los reinos cristianos. Este tratamiento de «Duci» tiene su trastienda y data del momento en que García Ramírez restaura la dinastía y reino de Pamplona en 1134. La Santa Sede, por lo que parece, no veía con buenos ojos la separación de Aragón y Navarra y de ahí ese gesto en cierto modo despectivo de llamar duque a un rey al que, por lo que se ve, no se le reconoce como tal. Con Sancho el Sabio sucede lo mismo y se transmite a las relaciones diplomáticas entre el Papa y Sancho el Fuerte. Pero ahora, con el peligro musulmán y la nueva política del rey, es el mismo Papa, quizá, para atraérselo, el que le eleva de jerarquía titulándole «Sanctius illustris Rex Navarrae».