Monarchie et Noblesse

Sancho VII el Fuerte

La derrota castellana en Alarcos (1195) y el asedio de Salvatierra (1211) por los musulmanes inquietó al monarca castellano. Alfonso VIII se percató de la importancia del ejército almohade y, ante el cariz que tomaban los acontecimientos, realizó una llamada general a los pueblos cristianos europeos para que acudieran en su ayuda. También se dirigió a su aliado el papa Inocencio III, pidiéndole que proclamara la cruzada contra los musulmanes, y el Papa accedió a su petición.

Sancho el Fuerte dudó en participar, ya que se sentía agraviado por las invasiones y ocupaciones que sufría el reino desde la muerte de Sancho el de Peñalén. Fue precisa la intervención del arzobispo Arnaldo de Narbona para convencerle, y finalmente pudo más en él su responsabilidad ante la Cristiandad que los agravios sufridos.

El rey navarro se presentó en Toledo con su caballería, tras la batalla de Calatrava y unos pocos días antes de que se produjera el encuentro de las Navas de Tolosa. Dejando a un lado el problema entre ingleses y franceses y las cuestiones entre ingleses y vascos, Sancho llevó, junto con las tropas del reino, otras tropas de las tierras que se encontraban bajo su protección.

El ejército cristiano se componía de tres cuerpos; el derecho estaba al mando de Sancho el Fuerte, el izquierdo al mando del rey de Aragón y el del centro a cargo de Alfonso VIII. Los tres reyes se encontraban en la retaguardia. La batalla comenzó al amanecer del día 16 de julio de 1212. Los musulmanes en su empujón inicial desbarataron a la vanguardia, pero las alas laterales del ejército cristiano sorprendieron flanqueando a los musulmanes, provocando el desconcierto en sus filas y permitiendo rehacerse al ejército del centro. Atacaron la tienda del Miramamolín, que según la leyenda estaba defendida por una numerosa tropa de hombres sujetos unos a otros con cadenas. Siguiendo también la leyenda, Sancho rompió estas cadenas y posteriormente las incorporó simbólicamente al antiguo escudo de Navarra de barras en cruz y aspa. La batalla terminó en una gran derrota musulmana.