Villes

OIARTZUN

Pastores, agricultures y ferrones. La antigua alternancia y coexistencia de estos oficios en este dilatado valle ha dejado su huella toponímica que Lecuona recoge de esta forma:

Nombres pastoriles. Larrea (varios), Larraburu, Arraskuelarre, Altamira-larre, Larrazabal con Lartzabal; y Bordazar, Bordaberri, Bordatxo, Bordazpi, Bordazoko, Maxtarborda, Tomasen borda, Perune-borda, Oiartzabal-borda, Galtziborda, Miranda-borda, Zulatxipiko borda, y Bordagarai con Olagarai y Olaitz; y Sarobe, Sarobe-sein, Sarobetxiki, Sarobe-erreka, así como en las Peñas de Aya un Unaileku (= «lugar de vaqueros»), y en pleno monte, cerca de Zaldín, un punto llamado pillota-soro (= «pradera de la pelota»), lugar donde los pastores jugaban a la pelota.

Nombres agrícolas. Típicamente los nombres terminados en sufijo posesivo -(r)en(a), -(r)en(e), y su posible equivalente -ain; de nombres como Markelain (= «finca de Marcelo»), Santusene, Perurena con Perurene (hoy Perune), Pretrirena (hoy Petrine), Matxine, Mikelentxone, nombres, como se ve, cuyo primer elemento antropónimo frecuentemente es hoy inusitado, arcaico, como reminiscencia de tiempos medievales; así como los terminados en -tegui (= «casa de...»), tales como Belaztegi, (= «casa de Blas»), Erretegi, Askorostegi, Azaltegi, Auztegi, Morrondegi, Momotegi, Otsamantegi, Zarkumindegi, con primer elemento antroponómico igualmente arcaico, indicio de la antigüedad del estadio en que se formaron.

Ferrones. La toponimia testigo de la industria ferronera del valle, nos presenta, por su parte, los siguientes nombres relacionados con ella: Olaunditu, Olaberria, Aiendola, Olaitz-ola, Urdiñola, Isats-ola o Sokola, Ugarteola, Zorrola, Olatxo de Aramburu, Tomola, Zozola, Gabiola, Gabiola de Zuaznabar, Olazar de Yucrita, a una con nombres tan expresivos como Urtxalle (= fundidor) y Auspagindegi (= casa del constructor de fuelles -de ferrería-) y Arragua (= fragua de calcinar el mineral...).