En 1650 constaba la localidad de 300 hogares; en 1718 la población es de 1800 h. y en 1820 ha descendido a 1058. Como se ve la población sufre una sensible disminución desde la segunda mitad del s. XVII y a lo largo del s. XIII. La pesca de la ballena rinde cada vez menos resultados. La última ballena fue pescada el 3 de marzo de 1686. Gran cantidad de habitantes emigra. Muchos pescadores se dirigen con sus barcos a Pasajes de San Juan donde fundan una colonia de habla gascona. Hacia esa época una deliberación del ayuntamiento de Pasajes decide no recibir nuevas embarcaciones procedentes de Biarritz, ya que el número de emigrantes ha provocado una baja notable del precio del pescado. La población biarrota se entregará en adelante a la pesca de altura, especialmente de la sardina, actividad mediante la cual poco a poco logra recuperar un ritmo normal tras la crisis. El Biarritz del s. XVIII renuncia a su pasado aventurero. El puerto de los Pescadores reemplaza, en 1780, al Puerto Viejo. A mediados de este siglo, dice Morel, es una aldea agreste azotada por las tempestades que apenas permiten a los campos vecinos producir algo más que argomales. En medio de estas landas áridas, algunas casitas blancas diseminadas, con un jardincillo abrigado mediante un muro de piedras del viento marino, a la sombra de una higuera raquítica -«ángel guardián del hogar», como la llamó un poeta gascón. Este es el aspecto de Biarritz -dice el Dr. Laborde, miembro de Biarritz- Association, en su comunicación al IV Congreso de Biarritz-Bayona de 1911- en la parte que bordea a la costa. «En cuanto uno se aleja algunos cientos de metros del acantilado, los cultivos se intensifican -agrega-, se encuentran ya algunos campos de trigo, de maíz y numerosos huertos, las viñas proporcionan un vino apreciado en la época, y más allá de la iglesia de San Martín crecen ya penosamente algunos árboles grandes». El Biarritz de 1764, agrega este autor, estaba dividido en cuatro barrios: Barrio Bajo o Puerto Viejo. El más rico en la época de la pesca de la ballena, cuyo esplendor quedó plasmado en este dicho popular: De Loustaleyre á Loustalas, on ne voit que soie et damas. Es en esta misma plaza del Puerto Viejo donde se alzaba el único castillo de Biarritz, el solar de Belay, cuya capilla de Nuestra Señora de la Piedad no fue en sus comienzos más que un oratorio privado. Barrio de Boussingorri o Buztingorri. Llamado así, a todas luces, por ser abundante en arcilla (buztin), lo que explica el número considerable de alfareros que había entonces en el lugar. Este barrio se llamó también Carnacé o del carnicero. Se extendía a lo largo del camino a Bayona hasta Lahouze. Barrio de Hurlaga. Se extendía desde la casa Grand Jean, -villa Saint- Laurent en 1911- hasta la villa Dou Basquou que conservó el nombre de su antiguo propietario de 1568, Sansin lo Basquo. Barrio Alto. Englobaba el campo y pronto se dividió a su vez en otros dos barrios, el de Gegura o de Salón y el de Harausta o de la Négresse. Anticipándose a las disposiciones más caras de la Revolución, Luis XV (IV de Navarra) de Francia ordenó en 1764 el establecimiento de una brigada de fermes o aduanas reales en el puerto biarrota.