Lurraldeak

Bizkaia. Geografía (1999ko bertsioa)

Precipitaciones.

La zona objeto de nuestro estudio presenta valores pluviométricos superiores a los 1.400-1.500 mm. anuales, pudiendo alcanzarse incluso cifras por encima de los 2.000 mm. Un rápido vistazo al mapa pluviométrico pone de manifiesto que las precipitaciones se incrementan paulatinamente de oeste-este a este y de norte a sur, aunque es el relieve el elemento fundamental que explica su distribución. El análisis del mapa de isoyetas del Gobierno Vasco (1988), nos permite constatar importantes contrastes pluviométricos entre unas zonas y otras. Los valores más bajos, -1.000-1.200 mm-, se producen en la ría de Gernika y en el valle del Nerbion-Ibaizabal (1.115 mm en Basauri, 1.022,5 mm en Punta Galea), incrementándose rápidamente a medida que aumenta la altitud y, sobre todo, a medida que nos desplazamos hacia el OE.. En este sentido, podemos reseñar que el territorio de Bizkaia recibe una precipitación media anual que oscila entre los 1.200 y 1.400 mm/m², tal y como se observa en Sondika (1.277 mm), Bermeo (1.253 mm), Durango, Abadiño, etc. A medida que nos aproximamos al Anticlinorio de Bizkaia, las precipitaciones sufren un importante incremento, oscilando entre los 1.800 y 2.000 mm de media anual, tal y como se observa en la zona de Gorbea donde, posiblemente, se rebasa esta cifra. Las causas que determinan esta gradación pluviométrica están íntimamente relacionadas con el particular dispositivo orográfico que articula el País Vasco. El exceso anual de lluvias se explica en virtud de la proximidad del mar Cantábrico y de la orientación del relieve, ya que la disposición zonal de las sierras vascas y la existencia de un paso, -el umbral vasco-, más bajo entre las altas cimas de la Cordillera Cantábrica y de los Pirineos, unido al efecto de succión producido por la región ciclogenética del Mediterráneo Occidental, determinan que el flujo general del OE. se incurve hacia la cuenca Mediterránea a través del paso vasco, después de haber resbalado paralelo al relieve cantábrico a lo largo de la costa. Los vientos se desvían adquiriendo una dirección más del N., rebasando las montañas vascas en su camino, vía valle del Ebro, hacia el Mediterráneo. Al margen de los elevados registros pluviométricos, esta variedad climática oceánica se caracteriza por presentar una buena distribución de las precipitaciones a lo largo del año, constatándose un máximo otoño-invernal muy nítido y un máximo secundario en primavera (normalmente en abril o en marzo). Diciembre suele ser el mes más húmedo (en algunos observatorios es noviembre), mientras que el menos regado es, en todos los casos, julio. Estos máximos otoño-invernales están ligados a perturbaciones de carácter frontal y origen Atlántico. A su paso generan precipitaciones importantes, las cuales se ven reforzadas por la orografía. Estas precipitaciones se producen en un elevado número de días, situándose éstos en 152,9 mm (Sondika). Estos valores son típicos de los climas oceánicos y nos indican la gran importancia que tienen las precipitaciones suaves o moderadas (sirimiri). Tampoco son raros los períodos cortos de lluvia intensa, pudiendo recogerse cantidades importantes de precipitación en reducidos intervalos de tiempo. En Sondika, el mes de más días de lluvia por término medio es enero con 15,1 y el de menos julio, con 10,3.