Lurraldeak

Bizkaia. Geografía (1999ko bertsioa)

Anticlinorio de Bizkaia.

Constituye una banda (15-20 km) de materiales del Cretácico inferior que atraviesa el territorio de Bizkaia en dirección NO-SE, configurando la divisoria de aguas Cantábrico-Mediterránea. Es una estructura anticlinal que se dispone entre el Sinclinorio Vizcaino y la Plataforma Alavesa. Estructuralmente, esta subunidad se inicia en los alrededores de Bilbao mediante una serie de pliegues de dirección NO-SE, largos e isópacos que, paulatinamente, pasan a ser rectos o vergentes al NE. Son frecuentes las fallas inversas y los cabalgamientos, así como las fallas longitudinales rellenas de cuarzo. En la zona central del anticlinorio, podemos destacar la falla de Areatza-Villaro-cabalgamiento del Gorbea, el anticlinal de Dima, el sinclinal del Indusi y la zona plegada de Otxandio. Más al E. se desarrolla la antiforma de Aramaiona. Topográficamente, el relieve se incrementa de NO a SE, con alturas que oscilan entre los 1.000 y 1.500 metros; así, en la zona de Galdames, destacan el monte Ereza (871 m.) cortado por el río Kadagua y el monte Ventoso (751 m.), constituyendo todo el conjunto una sucesión de crestas monoclinales separadas entre sí por un conjunto de valles transversales: Kadagua, El Regato, Mercadillo, etc. Al O. del anticlinal de Galdames se desarrolla la zona tectonizada de Trucios, intensamente karstificada, y al S., el anticlinal de Carranza, parcialmente desmantelado por la erosión, responsable del modelado del valle de Carranza (forma circular), que no es sino una cubeta erosiva modelada bajo condiciones semiáridas. Este valle, se cierra en su sector meridional por los Montes de Ordunte, que pueden definirse como un relieve monoclinal de dirección SO-NE, con cotas que superan los 1.000 metros: Zalama (1.535 m.), Ordunte (1.104 m.), Burgeño (1.037 m.). En definitiva, la zona de Encartaciones se resuelve mediante una sucesión de cubetas erosivas (Valle de Lanestosa, Carranza, Trucios y Arcentales), separadas entre si por relieves monoclinales de escasa altitud: Cotobasero (823 m.), El Moro (829 m.), Peñas de Ranero (731 m.). La karstificación es muy intensa, tal y como se observa en las Peñas de Ranero, cueva de Pozalagua, la Torca del Carlista, en cuyo interior se aloja la sala más grande de Europa y la segunda del mundo (400 por 250 por 90 m.), las cuevas de Ventalaperra, desfiladero de Pondra, etc. Hacia el E. nos encontramos con el Ganekogorta (998 m.) y con el conjunto de alineaciones que articulan Gorbea y las Peñas del Duranguesado, constituidas por calizas urgonianas de color claro, masivas y homogéneas, lo que explica su acusada resistencia ante los procesos erosivos. Afloran también materiales margosos, areniscosos, arcillosos y limolíticos. La desigual composición litológica de los afloramientos, determina una marcada disimetría entre el dorso y el frente del monoclinal de Gorbea. Así, la vertiente septentrional, -donde se sitúan las calizas de Itxina-, es abrupta y escarpada, estando profundamente karstificada (zona de Itxina-Lekanda), mientras que la vertiente meridional es suave y accesible. La altitud media de esta zona oscila en torno a los 1.200 m., pudiendo destacar Lekanda (1.302 m.), Aldamin (1.362 m.), Igalirintza (1.296 m.), Gorosteta (1.255 m.), Berretin (1.250 m.), Odoriaga (1.234 m.), Ipergota (1.229 m.), Gorbea (1.475 m.), etc. Características similares presenta el cresterío del Duranguesado, constituido por el anticlinal de Dima, el complejo de Urkiola, el sinclinal de Indusi y las Sierras de Anboto, Aramotz, Mendiguna, Mandoia y Udalaitz, separadas entre sí por los valles de Zeberio, Indusi, Aramaiona e Ibaizabal, que han sido excavados por la erosión a expensas de los materiales blandos del Weald, Cenomaniense y Aptiense Albiense. En esta zona se rebasan los 1.000 metros de altura, tal y como se observa en Anboto (1.296 m.), Peña Udala (1.092 m.), Aranguren (1.127 m.), Alluitz (1.068 m.), Orisol (1.127 m.), etc. Las Peñas del Duranguesado constituyen un conjunto de alineaciones rocosas de dirección NO-SE, formadas por calizas urgonianas, de color gris claro, con eventuales intercalaciones margosas, fácilmente erosionables, lo que ha favorecido el modelado de diversos corredores como el de Urreztei. El borde SO está fracturado y levantado por una falla que se extiende entre el Mugarra y el Anboto. Además aparecen otras fallas como la de Atxarte (desfiladero del mismo nombre), Larrondo, etc. Al pie de estos escarpes se acumulan importantes masas coluvionares, sobre todo en la ladera NE del Anboto, al pie del Aitz-Txiki, Atxarte y Alluitz. Adoptan un trazado alargado cuando su formación está ligada a corredores, conformando taludes de derrubios y conos de acumulación. Junto a ellos se observan diversos nichos de nivación, tal y como puede apreciarse en Anboto-Alluitz (nichos de Agindui, Elgoin, pared de la Cóncava...). En definitiva, el Anticlinorio de Bizkaia se resuelve mediante una serie de relieves monoclinales, más o menos complejos, que culminan en el Monte Gorbea. Los ejes fluviales se han encajado profundamente por sobreimposición, destacando el Nerbion, Llanteno y Okendo, casi paralelos entre si. Un importante accidente es el diapiro de Orduña, que puede definirse como una cubeta erosiva flanqueada por cuestas/crestas: Peña de Orduña (1.039 m.), Alto de los Caminos (836 m.), Virgen de la Peña (927 m.). Una de las zonas kársticas más espectaculares del País Vasco es la formada por el Karst de Itxina. Puede definirse como una karst de zonas húmedas desarrollado sobre las calizas urgonianas, de color oscuro y parcialmente recristalizadas. Todo el conjunto ha sido intensamente fracturado lo que ha favorecido el desarrollo de lapiaces, dolinas, cuevas y simas. Las formas endokársticas están representadas por las cavidades de Uburun Trokea, Axlaor Trokea y Arco Axpe Trokea. Respecto a las simas, podemos decir que se conocen más de 200, con profundidades que varían entre los 11 y los 300 m., ostentando el record la sima de Urrikobaso. Otras cavidades son Otxabide Pagozabala, Ganeko Aspea, Itulegor y Supelegor, Arko Axpe, etc. En el macizo de Aramotz merece la pena reseñar el karst de Indusi, en el que podemos destacar los sumideros de Balzola y Kobagan (las aguas sumidas reaparecen en Jentilzubi, formando el arroyo Balzola), el puente de Jentilzubi, el túnel de Abaro, la cueva de Balzola, el abrigo de Axlor. El Exokarst está ampliamente desarrollado en la parte alta de estas Sierras, pudiendo destacar el lapiaz, las dolinas, uvalas, simas nevero, sumideros y depresiones kársticas de origen mixto. Junto a ellas, son frecuentes los valles secos (Delika en Orduña, etc.) y los retazos de redes de galerías situadas al pie del epikarst. Mención especial merecen las depresiones kársticas de tamaño kilométrico y origen mixto, pudiendo citar la depresión de Austigarbe (Gorbea) y el conjunto de formas que articulan la plataforma de Itxina. También el endokarst está sumamente desarrollado.