Monarkia eta noblezia

Antso V.a Ramirez (1996ko bertsioa)

Reorganización interior del Reino (1090). Tomando un respiro en sus andanzas por las fronteras recién ensanchadas, inicia ahora el monarca una ordenación de los asuntos internos del reino y sobre todo en lo referente a pleitos y repoblaciones. Un episodio de gran trascendencia es la reunión de una asamblea en mayo de 1090 formada, no sólo por prelados y señores principales, sino por numerosos buenos hombres de Aragón y de Pamplona. En estas cortes, primeras de que se tiene noticia, se tomó la decisión de suprimir los malos usos entonces en vigor. Jaca, que era la villa más querida de don Sancho, se vio favorecida por un fuero suyo muy beneficioso. Queda convertida en ciudad; se le quitan todos sus malos fueros anteriores y se le otorgan las nuevas normas contenidas en el luego famoso «Fuero de Jaca», que ha de servir, en adelante, como modelo. Su obra de repoblación del reino le llevó hasta Estella. Ahí une en una sola población las dos de Estella y Lizarra. El rey dona el suelo que tenía ocupado con huertos y parrales, funda una iglesia en honor de S. Juan y la dona a Iratxe. El mismo rey dice que «quiere hacer una nueva población en la villa que se llama Lizarra». Se preocupa, con intensidad, por la repoblación de los pueblos y fortalezas fronterizas y, sobre todo, las recién conquistadas a los musulmanes. Para poder atraer a la gente hacia esas comarcas, peligrosas por la vecindad del enemigo, hace uso del privilegio y del fuero beneficioso, como en el caso de Arguedas, tomada a los musulmanes en el año 1084. El Cid, por su parte, requiere la ayuda de Sancho Ramírez para sus conquistas en Valencia. La coalición armada pamplonesa-aragonesa se cotiza, pues hasta Alfonso VI pide su ayuda contra los almorávides. Ambas peticiones son atendidas, pero sin saber exigir compensaciones en los problemas del reino de Pamplona. Es decir, que acude a Toledo (1090) y Valencia (1091) sin contrapartida alguna.