Monarkia eta noblezia

Antso V.a Ramirez (1996ko bertsioa)

Acuerdo Castilla-Pamplona (1087); Alfonso, emperador de todas las «naciones de Hispania»; Creación del Condado de Navarra. En la primavera de 1087 ambos reyes, de Pamplona-Aragón y de Castilla, habían llegado a un acuerdo firmando un pacto que solucionaba, mejor o peor, las cuestiones pendientes sobre el reparto del reino de Pamplona. En este pacto se ventilaban dos asuntos: la posesión de las tierras occidentales del reino y la prestación de vasallaje a Castilla. Pasarían definitivamente a poder de Castilla las tierras pamplonesas occidentales adquiridas fraudulentamente en 1076, tales como la Bureba meridional, la Rioja, Bizkaia, el Duranguesado, Marañón y Álava, y tal vez una parte de Gipuzkoa. En el reino de Pamplona se integrarían la cuenca del mismo nombre, las montañas, situadas al este del río Aragón, incluidas Sangüesa, Sada y Eslaba y la recién conquistada villa de Arguedas. La novedad más importante y que suponía una peligrosa concesión al usurpador era la creación de un condado de Navarra, integrado por el corazón del reino, o sea, la ciudad de Pamplona, Montjardín, Falces, Ujué, Tafalla, Aibar y Leguín. Su primer conde sería Sancho Sánchez bajo el rey de PamplonaAragón. La contrapartida consistiría en que Sancho Ramírez prestaría vasallaje al rey de Castilla Alfonso VI por dicho condado, vasallaje que se traducía en la obligación de acudir a la defensa de Toledo cuando fuese atacada por los musulmanes. Alfonso VI se titula a partir de esta fecha «Emperador de las naciones de Hispania»: «constitutus Imperator super omnes Spanie Nationes» (Ubieto, Navarra-Aragón y la idea imperial de Alfonso VI de Castilla, Zaragoza, 1956, p. 41). Desde este momento Sancho Ramírez incrementa la defensa fronteriza encomendando las tenencias a personas de absoluta confianza.