El año 1083 el infante Ramiro, hermano de Sancho Garcés IV "el de Peñalén", fue enviado al mando de una expedición que se dirigía a la fortaleza musulmana de Rueda, plaza que estaba al mando del caudillo Ibn Faluke. Ramiro era el único pariente del rey asesinado que podía haber reclamado su derecho al trono, si bien, se alineó junto al monarca castellano Alfonso VI.
En el episodio de Rueda también actuó defendiendo la causa de Alfonso VI. El caudillo musulmán Ibn Faluke fingió alzarse contra su soberano de Zaragoza y solicitó a los castellanos que acudiesen en su ayuda. La llamada resultó ser una encerrona organizada por los musulmanes y cayeron en ella los señores castellanos junto al infante; cuando el batallón castellano entró en la ciudad, las puertas se cerraron tras ellos. Una vez atrapados en su interior, fueron lanceados y asaetados desde las torres y ventanas. El infante Ramiro murió el 6 de enero del año 1083 y fue enterrado en Nájera.
Por otro lado, el joven infante García, hijo de Sancho Garcés IV y heredero legítimo de la corona de Pamplona, fue trasladado a la recién conquistada Toledo (1084) de la que fue su gobernador en 1089. Alfonso VI contaba en esta ciudad con el apoyo del rey musulmán Abenaber, padre de su esposa Isabel, antes llamada Zaida.