Monarquía y Nobleza

Carlos II de Navarra el Malo

Pacto con Pedro I de Castilla y guerra con Aragón, 1362. Navarra, reino europeo, no sólo moldeó la historia de Francia durante este reinado, también jugó un papel importante en la península. A sus espaldas se hallaban Castilla y Aragón. En la primera, Pero I y su hermano Enrique de Trastamara se hacían una guerra sangrienta que no dejaba de salpicar al reino pirenaico; aliado Pedro, en 1362, con Eduardo II de Inglaterra (Tratado de Londres), su hermano Enrique consigue la alianza con el francés, implicándose así la península en la Guerra de los Cien Años (1339-1453). Por otra parte, su otro real colega, Pedro IV el Ceremonioso de Aragón, se hallaba enzarzado a su vez en una "lucha atroz" (Raynaldo) con el monarca castellano "por donde D. Carlos, que se movía entre ellos, no se pudo inhibir del sangriento pleito. Practicó la política de los convenios, sin sinceridad concertados con cualquiera de los dos peligrosos vecinos que más le apretase en el momento. Quería conservar la libertad de sus brazos, pero a veces las circunstancias se sobrepusieron a la intención (Campión: Navarra en su ..., p. 251)".El 22 de mayo de 1362 se reunieron en Estella los apoderados de Castilla -Iñigo Ortiz de las Cuevas y Gil Velázquez- y los de Navarra -Arnalt Remon de Agramont y Ramiro de Arellano- y ante D. Carlos acordaron según expresa Yanguas: Que ambos reyes fuesen amigos de amigos y enemigos de enemigos; que si el de Navarra fuese preso en su reino o fuera de él, en el señorío de Aragón o en cualesquiera otras tierras a veinte leguas en derredor de Navarra, o cercada su persona, o hubiese de haber batalla contra otro rey o enemigo, o cercándole alguna ciudad, o si sus súbditos se le alzasen o le fuesen rebeldes, el de Castilla sería obligado a ir por su cuerpo y con todo su poder y a su costa en ayuda de D. Carlos. Que si cualquiera de las cosas sobredichas sucediese en Normandía o en Francia, el rey de Castilla enviaría al de Navarra la ayuda que pudiese por mar y por tierra a su costa por cuatro meses, los tres de servicio y el uno de ida; y que si más lo hubiese menester, el rey de Navarra pagase el gasto, según pagaba a sus naturales, siguiendo entonces la gente castellana en ayuda de Navarra cuanto fuese necesario. Que si el rey de Navarra tuviese guerra con el de Aragón u otra persona, el de Castilla la tuviese también contra los enemigos de Navarra con todo su poder. Que el castellano dejaría pasar por su tierra a las tropas de Navarra que fuesen a hacer la guerra a sus enemigos, pagando los víveres que tomasen, pero que sólo entrasen en los pueblos los caudillos del ejército con 50 hombres a caballo y otros 50 a pie, quedando los demás acampados; que en su tránsito por los lugares y puentes, sólo fuesen en compañías de a 200 hombres, sin pasar los segundos hasta haberlo hecho los primeros. Que si la guerra fuese en Normandía, fuera de los casos declarados, el rey de Castilla enviaría 1.500 hombres de a pie en sus propios navíos por cuatro meses. Que si algún enemigo de Navarra pasase a Castilla se le aprehendiese y entregase al rey D. Carlos para que hiciese de él a su voluntad. Que en cualquiera guerra en que el rey D. Pedro ayudase a D. Carlos, no pudiera éste hacer la paz ni tregua sin consejo de aquel monarca. Y el rey de Navarra se obligó, por su parte, a lo mismo con respecto a Castilla. Este acuerdo fue ratificado el 2 de junio por Pedro I en Carrascosa. En consecuencia, el día 14 el rey de Navarra declaró la guerra al de Aragón. En julio era sitiada Salvatierra de Aragón que cayó en manos navarras, así como Ruesta.