Monarquía y Nobleza

Carlos II de Navarra el Malo

La campaña de Normandía, prisión real (1355-1357). Hacia julio de 1355, Carlos II parte a encabezar la campaña de Normandía, posesión suya amenazada por el francés. 2.000 navarros embarcados en Baiona y otros puntos de la costa vasca aterrizan en Cherbourg (agosto) afianzando las plazas normandas que no habían caído en poder galo. Pero el rey francés logró apoderarse de Carlos (5 abril 1356), esta vez mediante una treta ("convidado a yantar", dice el Príncipe de Viana) y lo encerró en la prisión de Louvre, primero, y en el castillo de Arleux-le-Palluel, después. No obstante, los asuntos de Juan II iban de mal en peor; rotas las ilidades con Inglaterra, éste fue vencido en Poitiers (17 sept. 1356) por el Príncipe Negro y llevado a Londres. Quedó en su lugar el delfín Carlos, con el que tampoco se entendió el navarro, pese a las apariencias iniciales. La burguesía de París se subleva (14 enero 1357), pide la liberación de Carlos, la convocación regular de los Estados, etc. Se trata de una revolución parlamentaria y urbana (en este caso parisina). La libertad de Carlos es decretada en marzo de 1357, según documento reproducido por Yanguas, pero no debió de hacerse efectiva, ya que la noche del 8 al 9 de noviembre de este año, un grupo de nobles navarros -entre ellos Jacques de la Rue- y de burgueses de Amiens, disfrazados de carboneros, logró libertar al monarca. "Entonces negoció, sin duda -dice Campión- un tratado con Eduardo II de Inglaterra por el que lograba la restitución de Champagne y Brie y quedaba en suspenso la del ducado de Normandía, del bailiazgo de Amiens y del condado de Chartres, hasta que ambos soberanos se aviniesen". El delfín asignó a Don Carlos 10.000 libras en la senescalía de Toulouse y condado de Bigorra como indemnización por los 18 meses de encierro.