Según el relato más común, las imágenes se descubren en el campo: se dice que "se aparecen", pero no suele estar claro si se trata de apariciones o, sencillamente, de hallazgos. Clasificamos como apariciones los relatos de descubrimiento que incluyen algún signo milagroso, como luces, animales o el desplazamiento milagroso y nocturno de materiales constructivos, para indicar que el hallazgo no es fortuito. Las leyendas de desplazamiento de materiales de construcción se dan sobre todo en la vertiente norte de la cordillera cántabra, con casos que llegan hacia el oeste hasta Asturias. Las leyendas de descubrimiento sacralizan objetos asociados a ellas: los propios edificios, piedras sagradas, cuevas, agua y árboles santos. En las leyendas vasco-navarras, la importancia de los árboles es levemente superior a la de las leyendas de Cataluña y, como ocurre en toda Europa occidental, se da una asociación particular entre los árboles santos y la Virgen María, asociación inexistente con otros santos o con Cristo. Se ha propuesto que esa vinculación podría deberse, al menos en parte, a la interpretación literal de ciertos motivos iconográficos medievales como el de la zarza ardiente y el árbol de Jesé.