En un pequeño grupo de leyendas hallamos elementos de un combate cósmico; en ellas se dice que el personaje divinal se apareció y derrotó a los espíritus del submundo o anteriores a la llegada del cristianismo. Aunque el caso más conocido es el de San Miguel de Aralar, vencedor de un demonio relacionado con una cueva, podemos aplicar un modelo semejante a San Miguel de Ereño, en Gipuzkoa, que derrota al diablo, a la Virgen de Zeanuri, de cuya campana se pensaba que hacía huir a las lamiak o gentilak, y a dos leyendas relacionadas con santuarios dedicados a San Salvador en Béhorléguy e Irati (Mendive), en la región vascofrancesa, en las que el santo rescata del demonio y de la basoandre y el basajaun, respectivamente, a personas retenidas en una cueva.