Topónimos

América

Descubierta Cuba por Colón en su primer viaje (1492), se conserva la lista de los vascos que le acompañaban. En consecuencia, la presencia vasca en Cuba coincide con su descubrimiento, afirmación que se puede extender a toda la geografía americana. La exploración de las costas de Cuba por Colón en su segundo viaje origina un curioso documento, el Acta de Continentalidad de Cuba, que se hizo firmar incluso a Juan de Lacosa, el 12 de junio de 1494. Pero Lacosa, en su viaje de 1499 con Ojeda, termina de dibujar su célebre mapa que muestra al mundo en 1500. En él perfila perfectamente la isla de Cuba. Tenemos pues a Juan de Lacosa, o Juan Vizcaíno, autor del primer mapa de América e introductor de Cuba, con su real fisonomía insular, en la cartografía mundial. En 1508 la exploró de nuevo Sebastián de Ocampo. En 1511, Diego Colón, gobernador de la Española, envía a Diego de Velázquez con encargo de poblarla. Santo Domingo era, como hemos dicho, la base de donde salían conquistadores, evangelizadores y colonos para Puerto Rico, Cuba Trinidad, Jamaica, otras islas y tierra firme. Velázquez tenía consigo, en un puesto de confianza a Juan de Aguirre.

Por esto, no le dejó ir con Cortés a Méjico, aunque debió ir con Narváez. Acompañaban también a Velázquez, entre otros, Francisco de Berrio, el célebre P. Bartolomé de las Casas y tras éste su amigo, el vasco Pedro de Rentería, que forjaba planes para salvar a la estirpe india. Llegó a planear la fundación de un colegio donde se recogería a los niños. El P. las Casas preparaba ya su campaña contra las encomiendas. Pedro de Rentería puso a su disposición todos sus bienes de una manera efectiva. Antes de su primer sermón en favor de los indios, por consejo del vasco, el P. las Casas había renunciado a su encomienda que tenía en Cuba.

A esta defensa del indígena por Las Casas y Rentería le seguirían: en Méjico, las de Fray Juan de Zumárraga y Fray Jerónimo de Mendieta; en Santo Domingo, y después en Méjico, la del licenciado Alonso de Zuazo, expulsado en ausencia de Cortés; en Chile, las de Martín Ruiz de Gamboa y Alonso de Ercilla y en Brasil la del P. José de Anchieta.