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INDEPENDENTISMO

El independentismo frente al Estado. En el interior del Estado-Nación ya establecido ha surgido una reacción frente al intento homogeneizador de la estructura política occidental. El independentismo "minoritario" genera un conflicto, muchas veces expresado radicalmente con el sistema de poder central. La mayoría de estos grupos fundamenta su independentismo en una base étnica incuestionable. Las soluciones típicas a esta situación discrepante toman formas diversas: 1. Secesión. Es quizá la solución más radical. El movimiento independentista dice hablar en nombre de un grupo culturalmente homogéneo situado en una comunidad política mayor. Su aspiración es separarse de ella y formar un Estado propio. Para los promotores de esta alternativa el derecho les asiste y se convierte en un deber de realizar la premisa mayor de que la única realidad histórica es la nación culturalmente definida. El referente más común de la unidad es la lengua y la historia, pero la religión también puede tener importancia para separar unos pueblos de otros como en el caso de los judíos y armenios. 2. Migratorio. Esta situación es diferente de la anterior y posiblemente más conflictiva. Mientras que los grupos secesionistas forman una unidad territorial compacta dentro de un territorio que consideran hostil, el tipo migratorio está formado por una serie de pequeñas comunidades esparcidas en Estados ya establecidos y que reciben un tratamiento diferencial. En una o más comunidades surge un deseo de autodeterminación, pero ninguna de ellas es lo suficientemente compacta o fuerte para formar el núcleo de un Estado separado del territorio que les es extraño. El independentismo cree que el único modo de asegurar la supervivencia de la cultura y de sus portadores es la emigración de sus moradores hacia un territorio fuera de los Estados madre que les acogen, preferiblemente a uno que represente para ellos el deseo de autorregeneración. Estas condiciones se satisfacen mejor en una patria ancestral, sobre la cual creen tener derechos históricos. Ello permite también la redención colectiva del grupo. El caso de Palestina y los judíos, los libaneses y los armenios, son ejemplos significativos de esta forma peculiar de solución independentista. 3. Irredentismo. Muchos movimientos reúnen en su condición una doble virtud. Por una parte apuestan por la división, y por otra, por la incorporación. El independentismo, además de sus fines separatistas, tiene el impulso opuesto de unificación de todos los connacionales en un solo Estado. El independentismo irredentista no se detiene en propugnar la incorporación de los connacionales, sino que asimismo desea la agregación del territorio de la parte del grupo separada del tronco principal. Por lo general el grupo a incorporar se encuentra en relación fronteriza con el grupo principal. El caso de Alsacia con Francia y Alemania puede ser un ejemplo de lo hasta aquí apuntado. 4. Pannacionalismo. El independentista pannacionalista exige la unificación de las unidades políticas separadas que comparten los mismos criterios culturales. Su característica peculiar es la oposición a la "balcanización" de un territorio que se considera que constituye una unidad. La alternativa de esta forma de independentismo se dirige a la constitución de un superestado cultural, generalmente de grandes dimensiones y con una gran población. La historia ha contemplado ejemplos de este tipo; quizá los más conocidos son el pangermanismo y el panarabismo. Las diversas variaciones del independentismo estatal se fundan en una misma lógica. Se busca la diferencialidad, es decir, la producción de un espacio político propio, donde los distintos grupos puedan desarrollarse como tales. Ni que decir tiene que en las condiciones modernas el espacio coincide con el Estado. El significado de la formulación parece responder a la necesidad del grupo de producir mecanismos diferenciales que, por una parte, garantizan la existencia de su realidad, y por otra, le permiten marcar distancias con la idea nacional segregada desde las agencias de socialización estatal. En este sentido, todo movimiento que pugna por el independentismo, para seguir manteniendo su estructura de plausibilidad recrea constantemente su propia idea sobre lo nacional, idea diferencial respecto a la producida desde el Estado-Nación.