En cuentas antiguas de ayuntamientos de la zona figuran los pagos realizados por cenas de las autoridades en fiestas patronales, en las que creemos se ejecutaba la danza. Jordá de Gallastegi, en 1936, realiza una puntual descripción de la cena de Mendexa y de la danza posterior sobre la mesa presidida por el alcalde local. Nosotros hemos conocido al último que presidió la danza antes de la guerra que comenzó dicho año, el cual confirmó dicha descripción y nos mostró una maqueta de la tradicional mesa en la que se celebraba la danza. Dicha mesa, con sus correspondientes bancos, era labrada en un único tronco de árbol, por lo que era muy estimada. Desapareció durante la guerra, al igual que la danza, que dejó de bailarse durante bastantes años.
Tradicionalmente ésta se realizaba por fiestas patronales en el lugar donde se había celebrado la cena de los vecinos, presidida por el alcalde. Se bailaba en pueblos de la zona de Lea-Artibai, completando un magnífico rito de vecindad. Actualmente se realiza al mediodía del día 1 de agosto, San Pedro advíncula, en Mendexa, y a la noche del día San Miguel, en Xemein, bailada por los jóvenes que la han recuperado como un acto importante de sus fiestas patronales. En los dos pueblos se ha perdido la tradición de celebrarse en la mesa de la mencionada cena, así como estar presidida por el alcalde.
Hoy en día se realiza en la plaza, donde se coloca una mesa, la de Xemein es normal y la de Mendexa una imitación de la primitiva. La danza, normalmente, es presidida en uno de los extremos de la mesa por uno de los jóvenes que simula el papel de alcalde. Esta comienza cuando a ella sube, por el otro extremo, un dantzari que se acerca al que hace de mandatario. Este le ofrece un vaso de vino que el dantzari bebe antes de comenzar a bailar. La danza consta de dos partes, en la primera baila solo un dantzari y para la segunda sube sobre la mesa un segundo bailarín, finalizando el baile entre ambos, uno frente a otro. Seguidamente desciende de la mesa el primero y continúa el otro saludando al Alcalde, recibiendo el vaso de vino y bailando la primera parte, hasta que sube un tercero para bailar entre ambos la segunda, y así hasta que toman parte todos los dantzaris, finalizando con una jota entre los participantes.