Danse

Danzas de Álava

En este apartado podemos agrupar las danzas y bailes, públicos o privados, que se usan principalmente como solaz o entretenimiento particular o comunitario. Aparecen en torno a una buena mesa o bajo los efectos del ambiente festivo, como consecuencia de un desafío o apuesta y trata de divertir a los ejecutantes y su público. Incluso, podemos encuadrar los bailes públicos dominicales o festivos que ayudaban a hacer más liviano las duras jornadas laborales (algunos, como las jotas localistas que una vez ritualizadas, las podemos ver insertas en algunos ciclos dancísticos).

La costumbre de bailar "Txakolin" en el

En esta danza pueden participar personas de ambos sexos y cualquier edad, formando un corro cerrado y donde todos van enlazados por las manos, alternando hombres y mujeres. Danza cantada, donde las letras aluden a sucesos o referencias a los pueblos de la zona. Algunas de sus estrofas dicen así:

La Tarara vende vino
La Tarara vende pan
La Tarara el aguardiente,
La Tarara el mazapán.

Chulalai, chulalai, chula chula chulalai,
chulalai, chulalai, chula chula chulalai.

Navaridas se quema,
Páganos llora
las mozas de Laguardia
se ríen solas.

¡Ay, que se anega la barca!
¡Ay, que la barca se anega!
¡Ay, que se anega la barca
y el barquerito con ella!
Soy viudita la más bonita,
quiero casarme y no tengo con quién.

Ni contigo, ni contigo,
sólo contigo porque eres mi bien.

Consta de tres partes coreográficas diferenciadas: la primera son una serie de giros a modo de pasacalles; a los sones de una melodía más suave, la segunda parte se caracteriza por los avances y retrocesos hacía el centro del círculo y el balanceo de las manos; y concluye con una tercera parte donde los componentes se propinan las clásicas "culadas".

El "Pingajo, Pringajo o Pilindrajo" de Salinas de Añana, es una danza o baile cantado , donde una pareja mixta baila con cierto aire "picante" (acercándose, golpeando con diferentes partes del cuerpo o abrazándose al final). Se solía realizar con motivo de una merienda o comida, en las largas veladas invernales e incluso, por Carnavales. En su evoluciones de carácter humorístico, se siguen las indicaciones de la singular letra:

Por bailar el "Pilindrajo" madre
me dieron un real,
báilalo de este costado
del otro costado
de la delantera
de la trasera
báilalo, báilalo, picaronaza
báilalo, báilalo, que lo tienes en casa.

Dicen que las azucenas
se crían en los ribazos
yo también me criaría,
resaladita, en tus brazos.

En la noche de la víspera de San Roque, se realizaba esta danza juego conocida en Pipaón como "El Cachupín". Consiste en una fila ilimitada de hombres que agarrados por la cintura, eran dirigidos por uno que portaba una rama de boj ardiendo y de esta guisa, andaban en la plaza donde previamente se había encendido una hoguera. De vez en cuando, éste se daba la vuelta en busca del último de la fila y al huir, sin soltarse, obligaba a toda la fila a saltar sobre las ascuas de la fogata. Solían cantar una popular canción que dice así:

Al Cachupín, pin, pin,
que eres un galopín
que por no trabajar
te has metido alguacil
y a los pobres ancianos
no les dejas vivir
que les quitas los cuartos
para beber txakolí.

"Las arregachaditas"era también un juego musicado de Pipaón que se realizaba en cualquier momento (en forma más ritualizada, se hacía en la merienda que celebraban en la casa del abad de la Cofradía de la Vera Cruz). Los participantes se enlazaban por las manos formando un corro, solían ser jóvenes de ambos sexos o solo hombres. Previamente, se les asignaba alternando el nombre de Pedro o Juan e iban cantando, al decir uno de los nombres los asignados se agachaban y los otros pasaban la pierna por encima, así cada vez más rápido. La letra decía de este modo:

A las arregachaditas
las quiero ver bailar
si las baila Pedro
también las baila Juan ....