Sociales y Económicas

La Real Compañía Guipuzcoana de Caracas (versión de 1995)

Navíos de la RCGC. Para este comercio la Compañía contó con numerosos navíos, que en número superior a 70 hicieron posible un fluido intercambio entre Guipúzcoa, Cádiz y Venezuela. Como la disposición de navíos era vital para el tráfico de la Guipuzcoana, desde el comienzo de su andadura, la dirección se preocupó de la construcción de embarcaciones. Para ello dispuso de sus propios astilleros en Pasajes, de donde salió alrededor del 50 % de los navíos de la empresa mercantil. Cuando por razones de guerras, naufragios, etc., las pérdidas de navíos ponían en peligro el tráfico de la Compañía, se recurrió a la adquisición de embarcaciones extranjeras, tanto francesas como inglesas y holandesas. Mediante esta política, la Guipuzcoana contó a lo largo de su historia con un número suficiente de navíos propios. Fueron escasos los navíos fletados. No obstante, a partir de la declaración de guerra con Inglaterra, en 1779, y al no poder la Compañía Guipuzcoana realizar el comercio de forma regular, lo hizo a través de Curaçao y Amsterdam. Para ello utilizó toda una serie de embarcaciones fletadas, sobre todo holandesas. Esta situación de dependencia de navíos extranjeros o ajenos a la sociedad mercantil, se vio agudizada cuando a primeros de 1780, es decir, en plena guerra contra Inglaterra, fueron apresados 7 navíos de la Guipuzcoana. Los primeros navíos de la RCGC que partieron para las costas venezolanas fueron el San Joaquín y el San Ignacio, acompañados del Santa Bárbara o también conocida como la Galera Guipuzcoana, de menor porte que los dos primeros. Las tres embarcaciones salieron del puerto de Pasajes el verano de 1730. Tanto el San Joaquín como el San Ignacio iban repletos de géneros para atender las necesidades de la colonia venezolana: numerosos textiles, aceites, aguardientes, vinos, harina, además de quincallería, partidas de hierro, etc., engrosaban la carga. Tanto los navíos como su carga fueron asegurados en plazas europeas, al igual que se siguió haciendo en futuros viajes. Para 1734, la Compañía Guipuzcoana comunicaba a su accionariado que contaba con 9 navíos, lo que pone de manifiesto el esfuerzo de la empresa mercantil por aumentar su comercio.