Concept

Sociolingüística vasca

La capacidad para comunicarse y la lengua siempre han sido objeto de estudio de los seres humanos. Los griegos crearon las disciplinas de la retórica y la oratoria. Mediante ellas, pretendían evidenciar la importancia de la lengua dentro de la sociedad. Constataron que la correcta utilización de la lengua era una herramienta muy valiosa y prestaban especial atención al desarrollo de los discursos, subrayando la importancia de la persuasión. Asimismo, dieron pasos en la sintaxis, la semántica y la pragmática, uniéndolos con la semiótica. Diferenciaron los distintos tipos de proposiciones, entre otras, la afirmativa, la negativa y la interrogativa... El mismo Platón diferenció las palabras de los verbos. Estas líneas de investigación estuvieron unidas a la capacidad de razonamiento del ser humano y la filosofía.

Aristóteles diferenció otro tipo de componentes de la lengua que sin ser afirmativas o negativas, tomaban un significado propio: enumeró proposiciones o partes de proposiciones con significado de sustancia, cantidad, cualidad, tiempo, ubicación entre otros. También diferenció algunos rasgos de naturaleza sintáctica, como por ejemplo las proposiciones copulativas además de distinguir los nombres comunes de los propios. Por otro lado, diferenció cuatro tipos de proposiciones: singulares, universales, particulares e indefinidas. Estas investigaciones sobre la lengua estaban directamente relacionadas con el análisis de los silogismos. Por lo tanto, cabe afirmar que su estudio de la lengua estaba relacionado con la teoría sobre la lógica. Dentro de su obra La Retórica, el primer libro está dirigido a el/a emisor/a o a el/la orador/a. Este libro trata sobre las formas de argumentación y la necesidad de adaptarse a el receptor/a. El segundo libro está dirigido a el/la receptor/a y analiza las emociones, pasiones y la influencia de los argumentos. El tercero es sobre el orden de los diferentes elementos, es decir, sobre paradigmática y sintagmática. Sin duda, estos estudios están directamente relacionados con las líneas de investigación actuales.

Además, los estoicos diferenciaban el significado y el significante a pesar de que le concedieran al significado una mayor importancia. Debatían sobre si la relación entre las palabras y el significado era arbitraría o existía una relación lógica. La búsqueda de esa relación los condujo a la búsqueda del origen de las palabras, lo que dio lugar a la etimología. Diogenes y Cripio también diferenciaron las categorías de las palabras: nombre común, nombre propio, verbo, artículo y conectores. Los estoicos lograron distinguir el sujeto del predicado, realizaron el análisis sistemático de la gramática relacionándola con la investigación de la lógica.

Etimología: rama de la filología que se ocupa del origen y la evolución de las palabras. Creada por los griegos, es el campo de investigación relacionado con la búsqueda del significado real de las palabras. En los análisis diacrónicos se describen los cambios sufridos por los étimos y se sitúan en el tiempo.

Los alejandrinos lograron grandes avances en la morfología y Dionysio Thrax, miembro de la escuela, escribió la primera gramática del griego.

Por otro lado, los griegos analizaban si la lengua era una capacidad propia del ser humano o un fenómeno social adquirido. Los naturalistas defendieron la primera opción y los convencionalistas la segunda.

Además trataban de esclarecer si las lenguas se formaban conforme a unas reglas concretas o si estaban sometidas a una variabilidad inapreciable. Los analogistas se mostraban a favor de la regularidad de las lenguas; los anomalistas, sin embargo, destacaban las irregularidades de la lengua y apoyaban la gramática descriptiva, de manera que en la Antigua Grecia pueden apreciarse los debates presentes en la base del origen de la sociolingüística.

Los romanos conocían las obras de los griegos y siguieron su mismo camino. Escribieron numerosas gramáticas del latín, basándose siempre en los estudios griegos. Según Ángel Alonso Cortés, (Alonso Cortés, 2002) la mayor aportación de los romanos fue el establecer las bases de las gramáticas posteriores. Estas gramáticas eran semánticas, nocionales, basadas en las autoridades de la época y normativas, estaban principalmente dirigidas a la enseñanza del latín.

En la Edad Medía las metodologías de aprendizaje del latín tuvieron una importancia vital. El dominio de la Iglesia en la enseñanza y la investigación dio lugar a la expansión del latín y aumentó el número de los métodos de enseñanza y gramáticas del latín. Además, se volvieron a poner en auge los filósofos clásicos y se extendió la tendencia de estudiar griego.

En el Renacimiento surgieron las gramáticas de las nuevas lenguas provenientes del latín. Las lenguas romances querían mostrar su superioridad y valiéndose de la aparición de la imprenta crearon gramáticas que alzaban las lenguas recién surgidas del latín a un "grado superior". Un claro ejemplo de ello es la primera gramática del español escrita en 1492 por Antonio Nebrija. La del italiano corrió a cargo de Gian Giorgio Trissino en 1529 y Jacques Dubois hizo lo propio con el francés en 1531 (in Maitena Etxebarria 2000). Esas gramáticas además de tener un objetivo didáctico, también creaban conciencia. Se establecía una relación directa entre los pueblos y las lenguas y eso se manifestaba en el uso de la lengua por parte del poder. Debemos tener en cuenta que el primer libro en euskera fue publicado en 1545 y desde el primer escrito queda patente el menosprecio y la exclusión que sufría el euskera. Bernard Etxepare en su obra Linguae Vasconum Primitiae indica explícitamente que su objetivo al escribir esta obra era demostrar que el euskera podía ser escrito.

El hallazgo del Sánscrito fomentó la lingüística comparada del siglo XVII. De este modo se analizaron los grados de parentesco entre las lenguas y se llevaron a cabo investigaciones sobre el origen de las lenguas. Las gramáticas comparativas vivieron su florecimiento.

En los siglos XVII y XVIII, en la época de la Ilustración, se crearon las academias de las lenguas. El objetivo de dichas academias era reglamentar el uso de la lengua y promover su nombre e imagen. La primera fue la del italiano en 1582. La academia del francés las creó el cardenal Richelieu en 1635. Los cometidos que le confiaron fueron fijar la lengua francesa, darle unas normas, hacerla más comprensible para todos y "purificarla". Establecer el "buen" uso es fundamentalmente planificar el corpus. La primera tarea fue crear el diccionario francés que se publicó en 1694.

La Real Academia Española (RAE) de España fue creada del mismo modo que la francesa, en 1713. Sus cometidos eran similares a los de la academia situada al otro lado de la frontera, con la diferencia de que la academia del español estableció entre sus tareas el mantener la unión de la lengua.

Los próximos años destacaron la lingüística diacrónica, las gramáticas y las obras filológicas, hasta que a principios del siglo XX surgió la lingüística moderna.

Ferdinand de Saussure (1857-1913) otorgó a la lingüística una nueva perspectiva. Las principales vías de investigación de la época eran las relacionadas con la filología y la filosofía. En el análisis lingüístico, dominaba la perspectiva diacrónica y abundaban las gramáticas y fonéticas históricas.

Saussure, mediante el libro Cours de Linguistique Générale (1916) publicado post-mortem por sus antiguos alumnos, otorgó a la lingüística un nuevo carácter. Es por ello que se considera el precursor de la lingüística moderna. El profesor de Ginebra vio la necesidad de definir el campo de investigación de esta ciencia. Hasta la fecha se definía de un modo muy amplio, de manera que cualquier sistema de señales comunicativas se incorporaba en el ámbito de los lingüistas. Saussure trató de diferenciar la lingüística de la semiología.

En primer lugar, diferenció el lenguaje (language), la lengua (langue) y el habla (parole). El lenguaje es la capacidad de los seres humanos para comunicarse; la lengua es el sistema de signos creado para comunicarse derivado de esa capacidad, y el habla es el uso concreto que el/la hablante hace de ese sistema abstracto. La lengua corresponde a la sociedad y el/la hablante no puede alterarla por su cuenta. El habla, sin embargo, le corresponde a cada individuo y es variable.

El lenguaje: capacidad del ser humano para expresar su pensamiento y comunicarse que se materializa (lengua) mediante un sistema de signos (oral o gráfico). Desde el punto de vista lingüístico, es una capacidad humana, mientras que la sociolingüística la analiza como un comportamiento social.

La lengua: medio de expresión verbal que los miembros de un colectivo de personas tienen para comunicarse entre sí. Sistema de signos.

El habla: la manera de hablar de una persona o de un colectivo de personas. El uso concreto que el/la hablante hace de una lengua determinada.

Por lo tanto, puede decirse que Saussure entiende la lengua como algo relacionado con la sociedad. El ser humano recibe la lengua de su entorno social y la utiliza para comunicarse mediante el habla. Pero él no se centró en ese aspecto social, sino en el código o sistema de signos creado en la sociedad. La lengua era el objeto de investigación de la lingüística, objeto empíricamente analizable y útil para la ciencia.

Según la teoría del signo lingüístico, el signo tiene una doble naturaleza, es decir, para referirse a un objeto o un concepto (significado), se usa un referente (significante). El significante es la cadena fónica que sale de la boca de el/la hablante. Sin embargo, el significado es la imagen mental que el interlocutor crea al recibir el significante. Saussure, para precisar más, afirma que el significante también es la imagen mental de la cadena fónica, puesto que al hablar para uno mismo sólo se crea la imagen mental de los sonidos.

Signo lingüístico: es la unión entre un significante o imagen acústica y un concepto. Según la teoría del signo lingüístico, el signo tiene una doble naturaleza, es decir, para referirse a un objeto o un concepto (significado), se usa un referente (significante). El significante es la cadena fónica que sale de la boca del hablante (la palabra mesa). Sin embargo, el significado es la imagen mental que el/la interlocutor/a crea al recibir el significante (la imagen mental de una mesa).

Por otro lado, el signo es arbitrario, es decir, los sonidos (las letras en la lengua escrita) y los conceptos que representan no tienen ningún tipo de relación entre ellos. La palabra mesa designa el concepto mesa, pero podría indicar cualquier otra cosa, de la misma manera que cualquier otra serie de fonemas podría valer para designar el concepto mesa si en la sociedad se hubiera acordado hacerlo de ese modo. Eso es precisamente otro de los rasgos importantes del signo: la decisión de atribuir un significante a un significado se toma en la sociedad mediante acuerdo o convención.

Estos signos se sitúan juntos, siguiendo unas normas de unión, es decir, formando un sistema. La gramática o la sintaxis son el modelo estructural de esos sistemas.

De esta manera, limitó el objeto de investigación que podía ser analizado empíricamente. No obstante, la lengua no se usa siempre de la misma manera, no es siempre homogénea. Saussure llamaba variación libre a los usos irregulares que los/as hablantes hacemos y como no tenían valor científico, los consideró elementos del campo extralingüístico.

Saussure, por otro lado, observaba la lengua de manera sincrónica, rompiendo así con los análisis diacrónicos de la época. Por lo tanto, analizaba la lengua de un modo estático, tomándolo como un sistema uniforme.

Las aportaciones del profesor de Ginebra tuvieron una gran influencia en la lingüística posterior. Esta tendencia dio lugar a la creación del estructuralismo. En la psicología el behaviorismo cobró una gran fuerza y esas tendencias repercutieron directamente, entre otros, en las metodologías de la enseñanza de lenguas.

Leonard Bloomfield (1887-1949) es uno de los más conocidos lingüistas estructuralistas. Siguiendo con la teoría del signo, diferenció la unidad de significado más pequeña, el morfema, del fonema, la unidad más pequeña carente de significado (Bloomfield, 1933). El cometido de esa escuela era la descripción de la estructura de la lengua y para ello profundizaron el estudio de la morfología para analizar las relaciones entre los elementos internos del sistema.

En 1957 Noam Chomsky estableció las bases de la gramática generativa en su tesis doctoral, cuando indicó que los seres humanos teníamos un órgano corporal que nos capacitaba para el uso de las lenguas. Este órgano incide directamente en la adquisición de las lenguas, puesto que nos permite interiorizar las normas sintácticas (Chomsky, 1957).

Además de subrayar la infinidad y generatividad de las lenguas, criticó también las teorías sobre la adquisición del lenguaje. Los behavioristas de la época sostenían que las lenguas se aprendían mediante imitación y refuerzos. Chomsky, por lo contrario, afirmaba que el ser humano era capaz de hacer frases que nunca antes había oído, dado que conociendo las estructuras sintácticas puede hacerse un número ilimitado de frases. De la misma manera que ante el estructuralismo se impuso el generativismo, en psicología predominó el cognitivismo, es decir, el ser humano no aprende de manera pasiva, sino mediante la combinación deseo-refuerzo-respuesta y de manera activa, interpretando la realidad a través de la comprensión.

Por otro lado, según Chomsky, ese órgano que nos capacita para las lenguas, nos permite configurar diferentes gramáticas. Siendo esto así, afirmaba que existe una gramática universal que todas las lenguas respetan. Muestra de ello es el hecho de que todas las gramáticas tienen principios idénticos.

Gramática universal: según la gramática generativa, los seres humanos poseemos desde nuestro nacimiento un órgano que nos permite procesar el lenguaje. Gracias a este, tenemos la capacidad de crear normas lingüísticas, recibirlas e interiorizarlas. Por consecuencia, todos/as los/as hablantes estamos dotados de una Gramática Universal y todas lenguas del mundo se rigen por la misma.

Los estructuralistas analizaban la morfología; los seguidores generativistas de Chomsky, por el contrario, le daban mayor importancia a la sintaxis. De este modo, habiendo interiorizado las características léxicas y sintácticas de la lengua, el/la hablante adquiere la capacidad lingüística.

Capacidad lingüística: competencia lingüística. El conocimiento sobre la lengua es implícito. Abarca otras capacidades intrínsecas: capacidad léxica, gramatical, semántica, fonológica, ortográfica, etc.

Se extendió la tendencia de ilustrar las normas gramaticales o sintácticas mediante árboles y durante mucho tiempo fueron herramientas muy útiles en la descripción y enseñanza de las lenguas.

Ilustración 1: este árbol muestra la estructura de la oración. Euskal Gramatika bideetan (Goenaga, 1980).

1º ilustración

Sin embargo, el concepto de la capacidad lingüística recibió duras críticas puesto que le recriminaron a Chomsky que la capacidad lingüística no era más que un único aspecto de la capacidad comunicativa. El saber usar la lengua correctamente no es suficiente para poder comunicarse correctamente. Lo que un hablante debe lograr es usar la lengua correctamente en situaciones y contextos diferentes. Ante la capacidad lingüística surgió la capacidad comunicativa. La capacidad comunicativa, además de la capacidad lingüística, abarca la capacidad sociolingüística, discursiva y estratégica (Hymes, 1967 in Moreno Fernández, 1998).

Capacidad comunicativa: la competencia que permite usar la lengua correctamente en distintas situaciones y contextos. Abarca otras capacidades intrínsecas: capacidad lingüística, sociolingüística, discursiva y estratégica.

La perspectiva de la pura descripción de las estructuras era incompleta, se limitaba al sistema. La lengua va más allá de algunos elementos y su relación sistemática, va más allá de la capacidad humana. Es fundamental considerar la lengua como una herramienta de comunicación, es más que fonemas, morfemas, léxico y gramática. Esos elementos tan solo tienen sentido porque son utilizados con un propósito. Para ser más precisos, la lengua es un sistema de signos que los/as humanos/as utilizamos para comunicarnos dentro de un colectivo.

Ante esto surgió la sociolingüística, pero antes de consolidarse como disciplina, los lingüistas ya mostraron su inquietud por la naturaleza social de la lengua y la función que esta cumplía dentro de la sociedad, fueron numerosos los artículos y libros que se escribieron sobre este tema.

Como ya se ha comentado, el analizar la lengua como un simple sistema no era suficiente para todos los lingüistas. La vitalidad de la lengua hace que la lengua cambie con el tiempo y además, todos/as los/as hablantes no usan la lengua igual.

Según Antoine Meillet (Etxebarria 2000), el lenguaje no puede analizarse independientemente del contexto social y el/la hablante. El analizar la lengua de una manera asocial fue precisamente la crítica principal que se le hizo al método estructuralista y generativista.

Su alumno, André Martinet promovió el funcionalismo, la lingüística social. Según dicha teoría, la lengua se utiliza con fines concretos, es decir, es de carácter instrumental. Fundamentalmente se relaciona con el objetivo comunicativo. Más allá del análisis gramatical, debe tenerse en cuenta el contexto comunicativo. La acción comunicativa debe realizarse partiendo desde el objetivo. En lo que a la metodología se refiere, dio el paso desde la descripción pura hacia a la explicación. El uso de la lengua está condicionado por el contexto en el que se desarrolla la acción comunicativa.

Eugenio Coseriu (1958 in Etxebarria, 2000) observó la relación entre la lengua y el habla. Sostenía que las variaciones que Saussure consideraba libres no eran tan libres. El habla es el uso real que el/la hablante hace de la lengua, pero siempre se lleva a cabo siguiendo unas normas concretas. Esas normas están relacionadas con los usos más comunes dentro de la sociedad. Esos hábitos de nivel social, condicionarán la pronunciación, el léxico y la morfosintaxis de el/la hablante. Según Coseriu estás normas afectan a tres niveles:

  1. Al nivel diatópico: son las normas que dependen del espacio geográfico. Este nivel está directamente relacionado con la dialectología.
  2. Al nivel diastrático: afecta a las variedades de nivel social. Suelen depender del margen de edad, del sexo o del colectivo social y puede relacionarse con la variabilidad lingüística de la sociolingüística.
  3. Al nivel diafásico: depende de la situación comunicativa. Observa el contexto y está relacionado con la pragmática.

Además de expandirse en Francia, las tendencias que sostenían que los diferentes usos de la lengua estaban condicionados por el contexto fueron ganando terreno también en Praga e Inglaterra. John Ruper Firth, al analizar textos etnolingüísticos, observó que era indispensable tener en cuenta las características del contexto o la situación comunicativa(J.R. Firth, 1957). En 1978 su alumno Michael Halliday, estableció las bases de las teorías impulsadas por la importancia del contexto.

En filología y dialectología comenzó a analizarse la variable social. En 1926 Ramón Menéndez Pidal introdujo la variable social en investigaciones diacrónicas (en gramáticas históricas y en la historia de las lenguas). Ferdinand Brunot (1905), al describir la historia del francés también introdujo las variables sociales. Rafael Lapesa ( Lapesa 1942) también hizo lo propio con la historia del español.

En Italia los dialectos y estándares se trabajaron dentro de la dialectología. Por otro lado, Benvenuto Terracinik (1952, in Etxebarria, 2000) analizó las relaciones entre las culturas y las lenguas. Los investigadores de la escuela dialectológica italiana, en sus estudios analizaban las variables de edad o sexo. En el Atlas Lingüístico de Andalucía (ALEA) (Alvar, Llorente y Salvador, 1961-1973) hicieron lo mismo.

El Marxismo también hizo grandes aportaciones a la interacción entre la sociedad y las lenguas, a pesar de que las obras de esta escuela hayan tenido poca relevancia entre las obras occidentales, debido a una especie de veto por conflictos políticos.

Karl Marx, Fredrick Engels y Paul Lafargue fueron entre otros los más destacables en opinión de Etxebarria. B.A Larin, por ejemplo, mencionó la sociología lingüística en 1928 (Etxebarria, 2000).

La intención de formular una teoría general del ser humano los condujo a analizar las características del lenguaje y las lenguas. Veían una relación evidente entre el ser humano y la lengua. Del mismo modo, también veían la relación de la lengua con la conciencia y el pensamiento. Los grupos de gobierno también hacían un uso político de la lengua y sostenían que influían en la lengua de manera directa.

Engels analizó la caída del Imperio Romano. En su opinión la falta de conciencia de los pueblos sometidos al Imperio Romano debilitó al latín y dio lugar a las lenguas romances.

Lafargue (1984) analizó los cambios que produjo la revolución francesa. En su opinión, la lengua previa a la revolución tenía rastros aristocráticos. En la posterior, sin embargo, aparecían elementos burgueses. Los cambios sociales que tuvieron lugar afectaron de manera directa a la lengua.

Vladímir Iliich "Lenin" estableció la relación entre la lengua y la realidad nacional, a la vez que, proclamaba la igualdad de las lenguas. Dijo que la administración y la escuela cumplían la labor de estandarización.

En la década de 1950, impulsadas por ciertos acontecimientos históricos y científicos las ciencias sociales sufrieron un profundo cambio. Por un lado, tuvieron lugar el periodo de paz tras la Segunda Guerra Mundial, la descolonización de África y Asia, los movimientos de liberación de los pueblos indígenas de América etc. Y por otro lado, los cambios que se dieron en el ámbito científico, los avances tecnológicos y la tendencia interdisciplinar, trajeron consigo lo que en ciencias sociales se conoce como la era del modernismo ( Azurmendi, 1999). También en Euskal Herria, la época del renacimiento vasco influyó notablemente en la creación de la sociolingüística del euskera.

En ese contexto el primer autor que mencionó la palabra sociolingüística fue Haver C. Currie. Analizó la relación entre el nivel social y el habla de el/la hablante (Currie,1952): Aun así, la mayoría de manuales y autores/as coinciden en que la sociolingüística tomó forma de escuela en 1964, en un congreso internacional organizado en California. William Bright recogió los resultados de la reunión conocida como UCLA (Bright, 1966).

Desde el principio no fue fácil definir los campos de investigación de esta disciplina. La interacción entre la sociedad y la lengua puede ser investigada desde muchos puntos de vista, y en los comienzos del nuevo movimiento participaron investigadores/as procedentes de diferentes ámbitos científicos. El mismo Bright, estableció los siguientes puntos como materia de investigación sociolingüística:

  1. Variabilidad lingüística: la variabilidad lingüística depende de diferentes variables, concretamente de la identidad social de el/la emisor/ y receptor/a y la situación comunicativa. El objetivo de la sociolingüística es analizar cómo influyen estas variables en la diversidad lingüística: dialectos a nivel social, situaciones de diglosia, las diferencias entre personas de distinta edad o sexo, el habla con los/as niños/as...
  2. Diacronía: el análisis diacrónico ayuda a encontrar las razones de los cambios y puede resultar útil a la hora de entender la situación actual.
  3. La actitud hacia las lenguas: según Bright, son objeto de estudio de la sociolingüística la opinión que los/as hablantes tienen de la lengua y su variedad.
  4. La extensión de la diversidad: la extensión geográfica que las lenguas toman y el peso social que tienen dentro de la sociedad resultan de interés para la nueva ciencia, especialmente en escenarios multiculturales y plurilingües.

Por último, la aplicabilidad de la sociolingüística también es un aspecto importante. Realiza el diagnóstico de una situación sociolingüística y sus propósitos son tanto la adaptación del corpus como el estatus de la lengua y la normalización de su uso. Asimismo, es la disciplina que tiene como objetivo el analizar y aplicar medidas para lograr dichos propósitos.

Desde entonces, las obras dedicadas al análisis de la interacción entre la lengua y la sociedad se multiplicaron. Los/as expertos/as organizaron numerosos congresos y se publicaron numerosos artículos en las revistas recién creadas. Entre otras, Language in society, Language, variation and change y la revista dirigida por Joshua Fishman, International Journal of the Sociology of Language.

En el análisis de las relaciones entre la sociedad o el contexto social y la lengua surgieron desde el principio objetivos muy diferentes. Los objetivos de las investigaciones han venido marcados por las ciencias a las que se dedicaban los/as científicos/as anteriormente y los intereses que los han conducido a la sociolingüística. Karmele Rotaetxe (Rotaetxe 1990) delimita la sociolingüística en la etnografía del lenguaje, la sociología del lenguaje y la geografía lingüística. Otros/as autores/as también han incluido la psicología social o psicosociología dentro de las disciplinas sociolingüísticas. De este modo, los catalanes Emili Boix y F. Xavier Vila (1998) diferenciaban el aspecto social, el psicológico y el lingüístico dentro de la sociolingüística.

Dicha interdisciplinaridad ha permitido que dentro de la sociolingüística se engloben investigaciones con intereses y direcciones muy diferentes.

En el prólogo de la traducción española de la obra de Fishman Sociology of Language, Ramón Sarmiento ilustró la relación entre las siguientes disciplinas:

Relación interdisciplinar (Fishman, 1972/1988)

2ª ilustración

Variacionistas

Las investigaciones directamente relacionadas con la lengua o el corpus tienen por objetivo analizar las variedades de la lengua en boca del hablante y buscar las razones de dicha variación dentro de la sociedad. William Labov, el investigador más conocido de esta tendencia, analizó la variabilidad de la lengua y su motivación social. Analizaban la importancia de las características de el/la hablante a la hora de escoger entre una variedad u otra de la lengua. De este modo, en oposición a lo que sostenía Saussure, pretendía demostrar que la variabilidad de la lengua no era arbitraria.

Como se ha comentado anteriormente, Saussure diferenciaba la lengua y el habla, no obstante, en su opinión, el análisis lingüístico debía centrarse en la lengua empíricamente analizable. Consideraba variaciones libres aquellas que surgían cuando un hablante hacía uso de la lengua, por lo tanto quedaban fuera del campo de investigación de los lingüistas. Labov y sus seguidores (los llamados variacionistas) tenían como objetivo demostrar que las variaciones eran motivadas, es decir, defendían la sistematicidad de las variables que afectaban a las variedades que el/la hablante usaba al hablar.

El hecho de demostrar que en cada ámbito o nivel social se hace un uso diferente de la lengua, demuestra a su vez que los colectivos sociales poseen normas de uso, es decir, dialectos sociales o sociolectos.

Sociolecto: variedad lingüística que usa un colectivo social concreto. Dialecto social. Variedad diastrática.

Los/as variacionistas hacen otra crítica a Saussure: al analizar la lengua como un sistema, lo que realmente analiza es una variedad concreta, justamente, la variedad estándar o la variedad de la clase alta.

Por otro lado, estudiaban la actitud ante las variedades de la lengua y la estigmatización de algunas clases de habla. Los/as hablantes al oír un habla reciben muchos datos de el/la hablante e intencionadamente o involuntariamente lo valoran. Al decir que una forma es moderna u obsoleta, que el habla de alguien le resulta desagradable o que otro/a tiene una bonita entonación, salen a la luz la actitud ante las variedades lingüísticas y frecuentemente la actitud ante el/la hablante. Esas valoraciones se encuentran en la base del cambio lingüístico.

En los análisis variacionistas se usan metodologías parecidas a las de la dialectología, pero se hace un análisis diastrático (social), no diatópico (geográfico). Uno analiza los dialectos, y el otro los sociolectos o como se dice muchas veces, los dialectos sociales (Link Hizkuntzaren Aldakortasuna).

Comunidad de antropólogos/as

En otra línea distinta, los trabajos de Dell Hymes y John Gumperz se basaban en la etnografía de la comunicación y la identidad. Según dichos autores, al analizar el uso de la lengua, además de la estructura del sistema deben tenerse en cuenta las características de la situación comunicativa. En ese sentido, a el/la hablante le resulta indispensable disponer del conocimiento sobre el funcionamiento de la sociedad para poder llevar a cabo interacciones de manera adecuada. Crearon el término capacidad comunicativa (Gumperz y Hymes, 1972).

Los/as seguidores/as de esta línea de investigación provenían del análisis de las lenguas amerindias. El estudiar lenguas de culturas tan diferentes requería un conocimiento profundo de los modos de vida de esos pueblos. No era suficiente el conocer las palabras y las estructuras sintácticas. Humberto López Morales propone la siguiente pregunta para comprender el objetivo de esta perspectiva: ¿qué debe saber un/a hablante para comunicarse correctamente dentro de una comunidad y cómo se adquieren dichos conocimientos? (López Morales, 1993).

En ese sentido, los registros son los usos o variedades funcionales relacionadas con el objetivo comunicativo. Los/as hablantes, solo usamos parte de todos los elementos que se encuentran comprendidos en una lengua y esa elección depende de la situación comunicativa.

Registro: variedad de la lengua que se usa teniendo en cuenta las relaciones entre los interlocutores, sus intenciones, los temas, el grado de formalidad y otros factores que definen la situación. Variedad adaptada al contexto. Variedad diatópica.

El registro depende de tres elementos: el tema y el objetivo (sobre qué y para qué), modo (cómo) y las relaciones sociales (con quién). El contexto comunicativo adquiere importancia.

La llamada sociolingüística interaccional era cercana a esa tendencia. Fundamentalmente, en vez de dar importancia a la propia lengua, su función era analizarla como mera herramienta de comunicación. Mediante la lengua efectivamente se hace algo. Hablamos para obtener algo de alguien. El/la emisor/a lleva a cabo su actividad lingüística con el objetivo de impulsar a el/la receptor/a y en ese sentido ha de entenderse la lengua. En 1965 Fishman escribió el artículo Who speaks what language to whom and when?. Como el propio nombre indica, se centra en las características de la situación comunicativa. Dicha teoría fue mejorada en 1972 y posteriormente daría lugar a un concepto decisivo: ámbito de uso (domain) (Fischman, 1972).

Por otro lado, los elementos que se sitúan a los márgenes de la lengua también pueden situarse entre los objetos de análisis de la sociolingüística: los gestos, la prosodia..., normalmente aspectos relacionados con la etnografía de la lengua. En la sociolingüística también se toman en cuenta la influencia que esos elementos tienen en la sociedad y las valoraciones que se hacen partiendo de los mismos.

Psicolingüistas

Durante mucho tiempo los/as psicolingüistas y los/as autores/as que han trabajado el ámbito social de la lengua han tenido puntos de vista contrapuestos. El deseo de aclarar si la adquisición del lenguaje proviene del ámbito psicológico o social ha suscitado profundos debates. Pero la complementariedad de las dos ciencias es clara y las disciplinas de ambos campos se unen en las investigaciones sobre las actitudes y las actividad lingüística entre otras. Los estudios sobre las actitudes que los/as hablantes toman ante una lengua o variedad tratan de determinar la influencia de estas y sus dimensiones.

Partiendo de otras líneas de la psicolingüística, Robert C. Gardner y Wallace E. Lambert midieron la influencia de las motivaciones de los/as alumnos/as en situaciones bilingües (Gardner y Lambert, 1972 in Moreno Fernández, 1998). Las investigaciones centradas en esta línea tuvieron un gran éxito.

Otro campo de investigación unido a la psicología era la estructura cognitiva de las personas bilingües, es decir, si dicha persona procesa cada lengua de un modo independiente o interioriza los mensajes L-2 traduciéndolos a L-1. En un proceso profundo de adquisición de una lengua, una lengua puede ocupar el lugar de la otra, y en estos casos ocurre la sustitución de la lengua. Eso influye directamente por un lado en la identidad del hablante y por otro en el estatus social de la lengua. En estos casos, la motivación y actitud ante la lengua cobran una gran importancia dentro de el cambio lingüístico del individuo y a nivel social.

Comunidad de sociólogos/as

A los/as investigadores/as que trabajan desde perspectivas más cercanas a la sociolingüística, sin embargo, les interesan las cuestiones como el bilingüismo, la sustitución de las lenguas, la repartición de funciones, la lealtad lingüística y la planificación.

El mismo Fishman creó el término sociología del lenguaje, para aunar el enfoque cuyo objetivo es analizar la relación entre el uso de la lengua y la organización social. A pesar de que no guarde mucha relación con la lingüística, abarca numerosos campos de investigación basados en la relación entre la sociedad y la lengua. Dentro de la sociolingüística, en el sentido más amplio de la palabra, los campos de investigación centrados en mayor medida en el aspecto social que en el lingüístico tienen cabida en la sociología del lenguaje, según la opinión de varios/as autores/as. Pero como se explicará más adelante, este debate terminológico no ha concluido, puesto que otros/as lo llaman sociolingüística.

Sociología del lenguaje: la disciplina sociolingüística que analiza la relación de la sociedad con la lengua. Frecuentemente se suelen confundir la sociolingüística y la sociología del lenguaje. Como rasgo distintivo, puede decirse que el primero analiza la lengua mediante la relación que tiene con el contexto social, y la segunda. por el contrario. analiza la sociedad. Sociolingüística externa o sociolingüística ampliada.

Sin embargo, si observamos los objetivos de los/as investigadores/as sociolingüistas, Fishman diferenció las macro cuestiones de las micro cuestiones. Las micro cuestiones pertenecen a las interacciones en grupos reducidos y principalmente se estudian mediante el análisis de conversaciones. Mediante la interacción oral se investigan los usos de nivel social. Desde la lingüística se han trabajado poco, han sido más bien objeto de análisis de los/as psicólogos/as y los/as sociólogos/as o los/as etnolingüistas. En las macro cuestiones, se toma en cuenta entre otros aspectos, si la comunidad lingüística es monolingüe o bilingüe, el número de hablantes de la lengua, las funciones que cumple cada lengua, el prestigio que adquieren las lenguas etc...

Fishman describió las situaciones sociales de la lengua basándose en las situaciones diglósicas entre dos códigos o variedades. Explicó las situaciones de diglosia y de no diglosia que se pueden dar bajo condiciones monolingües y bilingües. Diferenció la diglosia sin bilingüismo, la diglosia en el bilingüismo, el bilingüismo sin diglosia y las realidades donde no existe ni diglosia ni bilingüismo (link a Hizkuntza ukipena).

La lingüística catalana ha realizado grandes aportaciones en el análisis de las situaciones de bilingüismo. Lluis Aracil, por ejemplo, habla sobre el conflicto de lenguas, teniendo como objetivo la normalización de la lengua o la normalización lingüística (in Ruiz Olabuenaga y Ozamiz, 1986).

El cometido de la sociología de las lenguas es analizar las razones y los motivos por los cuales se da la sustitución lingüística (language shift, LS) dentro de las sociedades. Para ello, basándose en la repartición de funciones que se da en las situaciones diglósicas, se estudian los ámbitos de uso de la lengua y los modos de interacción y se determinan los cambios que han tenido lugar en el tiempo. Fishman propuso el proceso Reversing Language Shift (RLS) para hacer frente a dichas situaciones (Fishman, 1991). A lo que fue la base de las planificaciones de estado, en Euskal Herria, se les llamó procesos de restablecer o revivir la lengua. Van desde la situación jurídica de la lengua hasta las propuestas dirigidas a cada uno de los ámbitos y en nuestro entorno hemos conocido numerosas aplicaciones, el Plan Estratégico impulsado por el Consejo de Euskera, el Plan General de Promoción del Uso del Euskera fomentado por el Gobierno Vasco en la CAPV o las planificaciones realizadas por muchas organizaciones, empresas y asociaciones (link a Hizkuntza politika eta hizkuntza plangintza).

Por lo tanto la sociolingüística analiza las interacciones entre la lengua y la sociedad. No obstante, en la interacción de esas dos estructuras han surgido diversos objetos de estudio y perspectivas. Debido a ello, se producen dificultades a la hora de acordar una definición. Según Karmele Rotaetxe, la lengua y la sociedad son estructuras que interactúan. El objetivo de la sociolingüística es demostrar que los cambios que se dan en una afectan a la otra. Su ámbito está delimitado por la etnolingüística, la geografía lingüística y la sociología del lenguaje (Rotaetxe, 1990).

Sociolingüística: analiza la interacción entre la sociedad y la lengua. Pueden diferenciarse dos tipos de sociolingüística: uno tiene por objeto principal estudiar la propia lengua y el otro toma la lengua como entidad social. El primero es más cercano a la lingüística, el segundo sin embargo, es más cercano a la sociología.

En contraposición al estructuralismo y a la gramática generativa, al lugar que ocupó la sociolingüística se le llamo lingüística externa. No obstante, para muchos es la lingüística contemporánea. Labov, por ejemplo, pensaba que investigar la lengua aislada de la sociedad no tenía sentido y por ello creía que el término sociolingüística era redundante. Consideraba que el variacionismo o el análisis de la variabilidad eran campos de investigación de la lingüística.

Jean Baptiste Marcelles (in Rotaetxe, 1990) propuso el nombre lingüística social para nombrar el variacionismo. Esto deja de manifiesto en la denominación el reflejo de la diversidad de los objetivos y perspectivas de las investigaciones de la nueva disciplina.

Se ha dicho frecuentemente que pueden diferenciarse dos clases de sociolingüística: la que tiene por objeto principal estudiar la propia lengua y la que toma la lengua como entidad social. La primera sería más cercana a la lingüística, la segunda sin embargo, es más cercana a la sociología. El objetivo de una es el corpus, el de la otra el estatus. La primera analiza la lengua desde el interior y la otra desde el exterior. Mientras que una estudia la estructura de la lengua, la otra estudia el uso. La primera analiza la lengua y la otra los hablantes y las comunidades de hablantes.

Francisco Moreno Fernández, al igual que otros/as investigadores/as, cree que la investigación sociolingüística puede realizarse desde la perspectiva lingüística o desde un punto de vista más cercano a la sociología. En ese sentido, en su opinión, la sociolingüística es una ciencia principalmente unida a la lengua y dentro de la sociedad, le corresponde a la sociología del lenguaje analizar las cuestiones relacionadas con la lengua. Pertenecen a esta corriente Humberto López Morales y la propia Maitena Etxebarria.

Humberto López Morales, por ejemplo, sostiene que la sociolingüística se limita al análisis de la lengua, afirmando que el estudio de la sociedad le corresponde a la sociología. Además, según su opinión, la sociolingüística se encarga exclusivamente de la comunicación verbal. De este modo excluye del campo de investigación los ámbitos relacionados con la semiología, la etnografía o la pragmática (López Morales, 1993).

Sin embargo, Labov rechazó la denominación sociolingüística y propuso diferenciar la lingüística estricta (lingüística) de la ampliada (sociológica) (Labov, 1972/1983: 236-237).

El catalán Jordi Solé i Camardons, sin embargo, en su libro Sociolingüística per a Joves (Sole i Camardons, 1991), sostiene que la sociolingüística no se ocupa de las cuestiones intralingüísticas, afirma que esa tarea le corresponde a la lingüística.

Hoy en día, las posturas no son tan extremas y bajo el nombre sociolingüística se incluyen numerosos campos de estudio relacionados con la interacción de la lengua y la sociedad. Está bastante extendido el uso del término sociolingüística interna para referirse a las investigaciones relacionadas con la lengua y sociolingüística externa para referirse al resto.

Aun así, observando la bibliografía de cada lugar, en algunos sitios solo se admiten como estudios sociolingüísticos aquellos basados en la variabilidad de la lengua, pero en la tradición de otros lugares la sociolingüística abarca un campo más amplio. Esto es precisamente lo que sucede en Euskal Herria, Cataluña y Canadá.

La sociolingüística en Euskal Herria tiene una gran tradición especialmente centrada en los trabajos sobre la normalización de la lengua. Asimismo, el Gobierno Vasco ha llamado Encuesta sociolingüística a la investigación realizada para conocer el estatus de la lengua, la empresa Soziolinguistika Klusterra también se dedica a trabajos de este ámbito. Los/as vascoparlantes, al hablar de la situación sociolingüística, se refieren al estado de la lengua en la sociedad.

El mismo Jose María Sánchez Carrión "Txepetx" a veces utiliza el término sociología del lenguaje y otras el término sociolingüística. Por otro lado, Jose Manuel Odriozola, en el libro Soziolinguistikaren atarian, a pesar de que se ciñó a la perspectiva amplia (Odriozola, 1993), en el 2003 Iñaki Camino desarrolló su obra Euskal Soziolinguistikaren atarian partiendo del significado más estricto (Camino 2005).