Concept

Sociolingüística vasca

Con la colaboración y bajo la dirección del Cluster de Sociolingüística

Definir la sociolingüística no es tarea fácil. Se ha escrito y debatido mucho sobre las funciones y los objetivos de las investigaciones de esta ciencia. Puede afirmarse, sin miedo a caer en un error, que analiza la interacción entre la sociedad y la lengua. La cuestión está en la posición de el/la investigador/a y su perspectiva, pudiéndose centrar en la sociedad, el hablante o la lengua.

Hay muchas maneras de expresarnos entre nosotros/as. A una persona le basta con hacer un movimiento con la mano, un sonido o gesto para ordenar a alguien que tenga delante que se quite del medio, indicar que tiene calor o mostrar que algo no le gusta. Cuando el/la receptor/a recibe e interioriza el mensaje se produce la comunicación. La mayoría de los animales también tienen esa capacidad de un modo u otro. Son conocidos, entre otros, los métodos de comunicación entre los monos, la danza de las abejas o los modos de comunicación mediante el sonido de los delfines.

Esa capacidad se denomina lenguaje. Es efectivamente la capacidad de comunicación. A pesar de que se haya considerado una característica propia del ser humano, desde el punto de vista sociolingüístico se considera una conducta social. Y es que, la capacidad de comunicarse es una consecuencia directa de la vida en grupo.

Por lo tanto, el ser humano tiene la capacidad de producir símbolos y usarlos, es decir, se vale de una imagen, gesto o sonido para expresar otro objeto, acción o idea. Los semáforos, las señales de tráfico, los gestos y la propia lengua son claros ejemplos de ello. Nos encontramos ante el campo de investigación de la semiología. La comunicación no verbal también ha dado lugar a numerosas investigaciones, como por ejemplo, las investigaciones acerca de los gestos. Por ejemplo, a pesar de que en la mayoría de los países mover la cabeza de izquierda a derecha signifique no, en otros ese gesto se utiliza para asentir.

Se ha escrito e investigado mucho sobre el lenguaje y también han surgido problemas terminológicos, puesto que la palabra lenguaje se usa frecuentemente para hacer referencia a los lenguajes naturales. No obstante, el suizo Ferdinand de Saussure (1857-1913), fundador de la lingüística moderna, diferenció la lengua (langue) del lenguaje (language). El lenguaje es la capacidad humana de comunicarse. Sin embargo, la lengua es la consecuencia de ejercer esa capacidad. Aceptó la naturaleza social de la lengua, a pesar de que como se verá más adelante, en su análisis no tuvo en cuenta el aspecto social sino el sistemático.

Hoy en día, diferenciamos tres tipos de lenguajes: el lenguaje animal, el lenguaje formal y el lenguaje humano.

Lenguaje animal: es la comunicación en la que se producen señales usando la vista, el oído y el olfato. Estas señales cumplen la función de signo, puesto que se usan para referirse a otro elemento.

Lenguajes formales: son sistemas artificiales creados por el ser humano (denominados también lenguajes artificiales), se emplean frecuentemente en matemáticas y en programación informática. Poseen algunas de las características del lenguaje humano pero no todas. Son sistemas con un número de palabras y signos limitado. Además, están unidos de una manera concreta, según una especie de gramática.

El lenguaje humano es la capacidad de comunicarse mediante signos y principalmente signos lingüísticos. El lenguaje nos es útil para la abstracción, conceptualización y la comunicación. También ha sido denominado lenguaje natural, especialmente para diferenciarlo de los lenguajes formales.

Charles F. Hockett (Hockett 1960), el investigador que analizó los métodos de comunicación entre los animales y los seres humanos, les atribuyo 15 características a los lenguajes naturales. Los otros dos tipos de lenguajes también cumplen algunos de ellos, pero, sin embargo, los lenguajes naturales los cumplen todos. Podemos definir un lenguaje natural de este modo:

  1. Mayormente se produce por vía oral y se recibe mediante el oído.
  2. A pesar de que el mensaje se difunda en el aire, está dirigido a un/a receptor/a concreto/a y éste/a identifica su procedencia.
  3. Transitoriedad: el mensaje humano se pierde, no se mantiene en el tiempo y el espacio.
  4. El/la hablante tiene la opción de ser emisor y receptor.
  5. El/la hablante tiene la capacidad de oírse a sí mismo.
  6. Las partes del cuerpo están adaptados al habla.
  7. Semanticidad: los signos tienen un significado concreto y preciso.
  8. Arbitrariedad: en los signos, el significado y el significante no están directamente relacionados, es decir, el concepto y la sucesión de fonemas empleada para expresar dicho concepto son completamente independientes.
  9. Las unidades son divisibles y son independientes unas de otras.
  10. Tiene la opción de hacer referencia a elementos de otro espacio y tiempo.
  11. Doble articulación: ofrece las posibilidades de declinación y derivación.
  12. Productividad: el/la hablante tiene la capacidad de crear frases que nunca había oído.
  13. Se transmite mediante la cultura y juega un papel fundamental en la transmisión de la misma.
  14. El/la hablante tiene la capacidad de mentir.
  15. Función metalingüística: el/la hablante tiene la capacidad de hablar sobre la propia lengua.

Por lo tanto, el lenguaje principalmente es lo que nos distingue de los animales. El ser humano es un ser comunicativo. El sistema estructurado del que disponemos para comunicarnos ha hecho posible el desarrollo de nuestra especie. La gran capacidad del ser humano para transmitir tanto el conocimiento como la información y la capacidad de interactuar se la debemos a las lenguas, puesto que mediante un número limitado de signos somos capaces de crear un número ilimitado de enunciados y además, también podemos retener dicha información y transmitirla, antes mediante la escritura y hoy en día gracias a las nuevas tecnologías de las últimas décadas.

No obstante, las lenguas, además de ser un modo de comunicación, permiten estructurar el pensamiento y son también un recurso indispensable para interpretar la realidad y asimilarla. Además, facilitan la integración social de las personas y por lo tanto, cobran gran importancia en el desarrollo de la identidad.

La lengua es el nivel más alto de unanimidad que tiene lugar dentro de cualquier sociedad. Forma parte de la cultura junto con otro tipo de acuerdos (economía, arte, organización social o mitología). Por lo tanto, la cultura está unida a la lengua y la lengua a la cultura. En este sentido, los cambios que se dan en las sociedades quedan reflejados en las lenguas. Por lo tanto, las palabras aparecen y desaparecen, los significados cambian... Asimismo, todos/as los/as hablantes no utilizan la lengua de la misma forma. Los/as ancianos/as y los/as jóvenes, los/as profesores/as y los/as médicos, los/as modernos/as y los/as tradicionales... no hablan igual. Además, los/as profesores/as no hablan igual cuando están trabajando o cuando están en el bar con sus amigos/as, ni tampoco cuando están en un pueblo u otro, puesto que los de allí también hablan de otro modo.

Ha habido numerosas investigaciones sobre el origen de las lenguas y hay dos teorías principales: la monogénesis y la poligénesis. Según la primera, todas las lenguas surgieron de una lengua primitiva. Por el contrario, los partidarios de la segunda afirman que las lenguas surgieron cuando el ser humano se marchó de África y se dispersó.

Tanto si todas las lenguas tienen el mismo origen, como si provienen de lenguas que nacieron simultáneamente, las lenguas están vivas y van cambiando con el transcurso de los años, surgen nuevas lenguas, a medida que se mezclan sociedades y culturas diferentes por diversos motivos.

Hoy en día, hay entre 5.000 y 6.000 lenguas en el mundo, a pesar de que calcularlas no sea tarea fácil. Las lenguas son las herramientas de comunicación y organización de las comunidades de hablantes y estas comunidades están relacionadas entre ellas. Son pocas las comunidades que aun viven asiladas. La mayoría de las veces esas relaciones no suelen estar equilibradas y dependiendo de la relación de influencia, una lengua ganará un mayor espacio y la otra lo perderá. Muchos/as hablantes dejarán de lado su lengua y adquirirán la otra, o será esa la que les enseñarán a sus hijos e hijas. En el peor de los casos, las lenguas merman a la fuerza. En detrimento de la diversidad, se han perdido muchas lenguas indefinidamente en las últimas décadas y probablemente se vayan a perder muchas más en los años venideros. La tarea de la sociolingüística también incluye el apoyar la búsqueda de nuevas medidas que eviten dicha tendencia.