Udalak

MENDARO

Siguiendo a Gorosábel sabemos que el territorio de que se componía este valle estaba repartido en dos parroquias anejas para todo lo eclesiástico y espiritual. Una, que era de la advocación de Nuestra Señora de la Asunción de Azpilgoeta, comprendía toda la jurisdicción de la parte de Motriku y Elgóibar con la extensión de dos leguas, y se hallaba servida por un cura párroco, que solía ser uno de los beneficiados de la matriz de Elgóibar. Se ignora la manera en que la iglesia de esta villa extendió su jurisdicción al territorio de aquélla, pero lo más verosímil es que procediera de haberla fundado con servicio de clérigo del cabildo de la misma, sea por el motivo que fuere. Toda la parroquianía de dichas dos jurisdicciones civiles pertenecía a la vicaría eclesiástica de Elgóibar y antiguo obispado de Calahorra, y sus feligreses contribuían para el culto y clero a la iglesia de la misma villa. En el barrio de la Trinidad había también una ermita de este nombre, la cual se cree que antiguamente tuvo concepto de parroquia. La otra actual es de la advocación de Nuestra Señora de la Concepción de Garagarza, extensiva solamente al territorio de este nombre, la cual correspondía antes a la diócesis de Pamplona. Estaba servida por un cura párroco, beneficiado de la matriz de Deba. En esta aldea de Garagarza hay un convento de monjas canónigas, fundado en 11 de octubre de 1561 por D. Pedro Abad de Yartua, beneficiado cura de la iglesia de San Bartolomé de Olaso de Elgóibar, Doña María San Juan de Yartua, Magdalena de Alzola y Arriaga. Domenja y Gracia de Andonaegui, por testimonio de Domingo de Arriola, escribano numeral de Elgóibar. Su institución fue como beaterio, y no consta cuándo se sometió a la regla de canónigas de San Agustín. La primera profesión de beatas se verificó el día 18 de marzo de 1565 por el doctor Alquiza, visitador general del obispado en virtud de la comisión que para el efecto se le confirió por el obispo de Pamplona, quedando nombrada de priora la citada Doña Domenja de Andonaegui. Esta aldea tiene dos ermitas, tituladas Santa Ana y San Antonio de Padua, que eran dependientes de la iglesia parroquial de la villa de Deba.