Durante el siglo XVIII hasta 1764, las finanzas del Vínculo sufrieron un continuo mal estado y progresivo endeudamiento. En 1527 la Corporación dotó al Vínculo con 10.000 libras navarras (32.000 r. f.); en 1664 la deuda ascendió a 47.000 ducados debido -según el Ayuntamiento- a los fraudes de los horneros particulares. A pesar de los dos impuestos y otros beneficios financieros creados en 1665 a favor del Vínculo, en 1714 la deuda aumentó a 41.000 ducados, reducida en 1719 a 9.800 d. La reforma de 1714-1719 y la definitiva de 1764 liquidaron el déficit del Vínculo que incluso obtuvo un superávit realmente considerable. En parte, esta mejora se debió a que el Vínculo evitó los fraudes de los horneros al elaborar aquel su pan en los propios hornos municipales; a ello se añadía que para 1764 las finanzas de la institución ya estaban en una situación desahogada.
Esta progresiva mejora contrasta vivamente con el sucesivo empeoramiento de las finanzas de las carnicerías municipales. El descalabro financiero del Vínculo comienza con las malas cosechas de 1788-1789. La crisis de trigo y la guerra de 1793-1795 (bloqueo de la ciudad, bagajes militares, gran aumento de la población en calidad de transeúntes refugiados, tropa, y peones para las fortificaciones) arruinaron totalmente al Vínculo. No obstante, su situación era menos trágica de lo que en un principiopudiera parecer, debido a que el 2-XII-1801 el Vínculo prestó 120.000 r. f. a la administración municipal del arriendo de las tabernas reales a la compra de vales reales, a la Hacienda Real, etc. El gobierno del Vínculo tuvo aciertos relevantes, superó numerosas dificultades, satisfizo las necesidades básicas de sus vecinos, y evitó considerables males sociales. El individualismo liberal suprimió esta institución en 1835.