Concepto

Señorío

Los orígenes del Señorío se encuentran básicamente en la Edad Media. En particular durante los ss. X al XIII diferentes familias, iglesias o monasterios fueron amasando títulos y derechos de propiedad y de poder en toda Europa Occidental. Euskal Herria no quedó al margen de este proceso, si bien los ss. XIV y XV nos ilustran con mayor amplitud sobre el proceso de señorialización producido en estos territorios.

En la actual Comunidad Foral de Navarra monasterios como San Salvador de Leire, Santa María de Irache, Santa María de Iranzu, Santa María de La Oliva, la Colegiata de Santa María de Roncesvalles o la iglesia catedral de Pamplona llegaron a conformar unos patrimonios substanciosos desde un punto de vista económico y político. Los reyes navarros y otros miembros de la nobleza del Reino contribuyeron a ello con sus donaciones. A su vez estas comunidades de religiosos se preocuparon por su hacienda mediante una política de compras, permutas, préstamos, endeudamientos, etc. La nobleza por razones espirituales y económicas favoreció a estas instituciones de una manera notable en los primeros años de su fundación. A continuación familias campesinas o "burguesas" siguieron engrandeciendo estos monasterios.

En la actual Comunidad Autónoma Vasca no se constituyeron dominios de esta categoría en los primeros siglos medievales y sólo más avanzado el tiempo y a un nivel muy inferior aparecieron la Colegiata de Santa María de Zenarruza en Vizcaya, los monasterios femeninos de Santa María de Barria y San Juan de Quejana en Álava y el monasterio de San Bartolomé de San Sebastián en Guipúzcoa. La nobleza de esta región no tuvo comportamientos ciertamente diferentes a la de Navarra, si bien en la plena Edad Media sus donaciones tuvieron sobre todo por destinatarios los importantes monasterios riojanos de San Millán de la Cogolla y Santa María la Real de Nájera en La Rioja y San Salvador de Oña y Santa María de Bujedo -premostratense- en Burgos. Al mismo tiempo que se conformaban estos grandes dominios temporales en torno a algunas comunidades monásticas, la nobleza de estos territorios recomponía sus solares y sus patrimonios.

La pequeñez de Euskal Herria empujó a no pocos de estos linajes a buscar su expansión fuera de los marcos territoriales que les habían visto nacer. Miembros de los linajes Piérola, Ayala, Mendoza, los señores de Albarracín, etc., hicieron fortuna, al amparo del proceso de reconquista y repoblación de los Reinos de Norte contra el poder musulmán, en la Corona de Castilla o en la Corona de Aragón. En sus respectivos lugares de origen no llegaron a formar dominios comparables a los de la nobleza de otras latitudes, pero poseyeron unos patrimonios con los elementos caracterizadores de las grandes haciendas castellano-leonesas o aragonesas. Por otra parte, las "mercedes enriqueñas" supusieron, principalmente para el caso alavés, una reseñorialización de la Provincia y en concreto la señorialización de muchas de sus villas.