Hemos podido comprobar la presencia en Euskal Herria durante la Edad Media de Señoríos nobiliarios y eclesiásticos con componentes territoriales o jurisdiccionales. Muchas de las características constituyentes de los Señorios medievales pervivieron hasta bien avanzados los tiempos modernos. No obstante, el auge del mundo urbano en el País Vasco puso ciertamente unos límites a la expansión señorial, al tamaño de sus Señoríos, al tipo de funciones que desde ellos se desempeñaron y condicionó su propia evolución. El Señorío, pieza clave del feudalismo, se constituyó si no en un sistema de vida y de "socialización", sí en un sistema rector de la sociedad desde el que se contribuyó a la configuración de un determinado equilibrio social. El Señorío en sus versiones puramente instituciones o socio-económicas era un organismo que teóricamente buscaba la seguridad y un cierto "estado de bienestar" de todos los habitantes en él inmersos. Ahí radica su idea caballeresca de protección y defensa frente a las injusticias. La práctica nos pone en contacto con una realidad mucho más compleja.