Concepto

Revolución Francesa

Una Constitución para la Nación Francesa: De los Estados Generales a la Convención (1789-1792).

El 4 y 5 de mayo tienen lugar en Versalles los Estados Generales. El rey no cumple con las expectativas de los representantes y no existe reglamento interno alguno. No se acuerda el sistema de votación y poco a poco van definiéndose las distintas corrientes políticas. Entre mayo y junio aparecen las dos corrientes de opinión principales: aristócratas y patriotas, estos últimos reivindican su lugar en la política.

Después de un mes de discusiones, el Tercer Estado gana fuerza y los miembros de la Asamblea se autodenominan representantes de la Nación. El 17 de Junio de 1789 los Estados Generales deciden convertirse en Asamblea Nacional. Invitan a los otros dos estamentos a unirse a ellos, y el 19 de junio varios curas y 47 miembros de la nobleza se unen al Tercer Estado. Esta iniciativa pone en tela de juicio todo el aparato del estado. La Asamblea, haciendo frente al modelo de estado existente dará un vuelco a la situación y reivindicando su legitimidad pondrá en marcha un nuevo modelo de estado. El rey y la sociedad estamental no son inamovibles, otra sociedad es posible.

El 20 de junio, el rey con la intención de detener la iniciativa cerrará el lugar donde debían reunirse. Aun así, la asamblea se reúne en un frontón adyacente y prometen permanecer reunidos hasta que el pueblo tenga una constitución. A esta iniciativa se le denomina el Juramento del Juego de Pelota y se convierte en símbolo del poder, del derecho y de la legitimidad del pueblo.

Estos movimientos aceleran los acontecimientos y las reformas propuestas por el Rey son rechazadas. El 9 de julio la Asamblea Nacional toma el nombre de Asamblea Nacional Constituyente. El ministro de finanzas, Necker, aparece como aliado del Tercer Estado y pasa a ser alguien muy apreciado por el pueblo. Pero respondiendo a la presión del conde de Artois (hermano del Rey) y otros nobles, el rey decide destituir a Necker. Esto genera un gran enfado en el pueblo, que se revela. El 14 de julio el pueblo se alza y toma por la fuerza la fortaleza de la Bastilla, entonces convertida en prisión, en busca de armas. Los alzados asesinan al marques Bernard de Launay, y muestran su cabeza clavada en una pica por toda la ciudad. La Bastilla se convierte en símbolo del odio al Antiguo Régimen. El rey, superado por la situación se ve obligado a dejar Versalles y acudir a París a dar legitimidad a la Asamblea Nacional. La nobleza se siente en peligro y comienza a abandonar Francia. Desde fuera tratará de organizar la contrarrevolución, para lo que pedirá ayuda a otros estados europeos.

La Asamblea Nacional Constituyente reivindica la abolición de los privilegios el 4 de agosto. Por lo tanto desaparecen los derechos de señorío de la nobleza y el clero. Tomando como modelo la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América, el 26 de agosto, se acepta La declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, que serán la base de la Constitución. Según ésta, todas las personas son iguales ante la ley, y la iglesia y el estado serán poderes separados.

Los cambios políticos, la inestabilidad, la crisis y los levantamientos dan un vuelco a la situación. El 4 y 5 de octubre un grupo de mujeres, movidas por el hambre y las malas condiciones de vida, van hasta Versalles con la intención de echar al Rey del palacio. Con gran violencia entran en Versalles, matan a los guardias, sacan a la Reina de su habitación por la fuerza y obligan al Rey a irse a París. En la penosa situación económica que se vive, mientras se aplican racionamientos de pan a la población, el rey y la corte siguen celebrando fastuosas fiestas. El 6 de octubre, llevando consigo 20.000 soldados de la Guardia Nacional el Rey se traslada a París y da legitimidad a la Asamblea Constituyente. Al Rey se le mantiene preso en el palacio de Tuileries. El 2 de junio de 1791 el Rey y su familia tratarán de huir pero no lo conseguirán y se les mantendrá bajo vigilancia.

Con respecto al clero, decir que durante el Antiguo Régimen la iglesia fue el mayor propietario de tierras. En 1790 se derogó el derecho de la iglesia a recaudar impuestos sobre las cosechas, se abolieron los privilegios especiales del clero y se confiscaron numerosos bienes de la iglesia. Además, a través de la constitución civil del clero el Estado obliga a éste a hacer un juramento de fidelidad a la constitución y a estar bajo su ordenanza. El Papa no acepta este pacto y en consecuencia se produce la división entre los que han realizado el juramento de obediencia a la constitución y los que no. En los años siguientes los curas sufrirán una dura represión, en especial los que no han firmado obediencia, que serán considerados contrarrevolucionarios.

Dentro de la Asamblea empiezan a aparecer los partidos. El aristócrata Jacques Antoine Marie de Cazalès y el cura Jean-Sifrein Maury como dirigentes de la derecha (en la asamblea están situados en el lado derecho), se oponen a la revolución. Los monárquicos demócratas entre los que están Jean Joseph Mounier, el conde de Lally-Tollendal, el conde de Clermont-Tonnerre, Victor Maoulet, el conde de Virieu y Necker, defienden una monarquía constitucional al estilo de la del Reino Unido. En el Partido Nacional, partido de centro-izquierda, destacan Honoré Mirabeau, Lafayette, y Bailly. Adrien Duport, Barnave y Alexandre Lameth, que representan los planteamientos más radicales. Por último, y más a la izquierda todavía, se encuentra Maximilien Robespierre. Se crean también los clubs políticos entre ellos el monárquico y el más conocido de los Jacobinos que agrupa a los girondinos y los montañeses; en él tendrán lugar las discusiones más virulentas.

En septiembre de 1791 la Asamblea Nacional Constituyente presenta la constitución y crea la Asamblea legislativa. La asamblea está constituida principalmente por monárquicos constitucionales (Feuillants) moderados liberales (Girondinos) y con posiciones más de izquierda los montañeses. Todos aceptan el nuevo régimen. Los que están en contra o no toman parte en las votaciones o emigran. La mayoría de la Asamblea es partidaria de la monarquía constitucional, siendo Luis XVI un jefe de estado que debe obedecer la constitución. En consecuencia la Asamblea adopta la monarquía constitucional como sistema político. Por primera vez el Rey debe compartir el poder con una asamblea elegida por el pueblo.

La situación política y social en Francia sigue siendo mala. La asamblea legislativa no logra estabilidad y el rey utiliza el derecho a veto para poner trabas y retrasar las reformas. Mientras los periódicos afines al rey llaman a la resistencia, los revolucionarios ponen en cuestión la legitimidad del rey. Además se piden impuestos para todos y se va contra el clero. El ambiente de guerra civil es patente. Cada grupo político se refuerza y demanda cada vez de una manera más clara, sus reivindicaciones políticas. Por si esto fuera poco, las arcas del estado están vacías y no hay disciplina en el ejercito.

El conde de Artois, que se encuentra en el exilio logra el apoyo de las monarquías europeas. El emperador del Santo Imperio Romano Germánico y el rey de Prusia no aceptan la situación en la que se encuentra el rey de Francia y se alían contra la revolución. Los revolucionarios franceses toman como amenazas sus declaraciones y actos. Todas las partes, menos Robespierre, tienen interés en ir a la guerra, lo que empeora el ambiente. El rey y los monárquicos confían en que la guerra debilite la revolución, los Girondinos en cambio piensan que la guerra propagará la revolución por toda Europa. Robespierre y sus partidarios piensan que mejor que hacer la guerra es estabilizar la revolución en el propio país.

El 20 de abril de 1792 la Asamblea declara la guerra a Austria, con la que se alía Prusia. Los primeros ataques son perjudiciales para Francia, su ejército se encuentra debilitado a consecuencia de las intrigas internas. Pero en toda Francia se movilizan voluntarios para defender las fronteras y, además de defender la revolución, tomarán medidas de castigo contra los curas y los contrarrevolucionarios. La Guerra se torna del lado de los revolucionarios y concluirá el 20 de septiembre con la batalla de Valmy.

Además de la guerra que tiene lugar fuera de las fronteras, la situación interior es cada vez más complicada. Los llamados Sans-Culottes, representan el ala más radical de la revolución. Se trata de un movimiento compuesto por gente humilde y popular de corte progresista, no demasiado organizado, que reivindica mejoras sociales, los derechos de la mujer, etc. Pero sobre todo demanda la desaparición de la figura del Rey. Tendrían gran influencia en la clase política ya que su presencia es notable en las calles. Este movimiento tiene fuerza sobre todo en París y organizarán diversos alzamientos que desestabilizan la situación.

El 10 de agosto de 1792 impulsados por las amenazas de las monarquías extranjeras y por el riesgo de traición de Luis XVI, los Sans-Culottes y los revolucionarios radicales organizan un alzamiento y quitan la Comuna Legal de París (Gobierno municipal de París creado tras la toma de La Bastilla en 1789) para poner en su lugar la Comuna del Alzamiento. Los Girondinos serán expulsados de la misma. En este contexto, se producen levantamientos contra el rey y su familia, pero también contra la Asamblea legislativa. A consecuencia de las presiones la Asamblea Legislativa abole la Monarquía y detiene al rey y su familia. Esta crisis afecta a toda la sociedad y tiene su punto álgido entre el 3 y el 6 de septiembre. Los Sans-Culotte asesinarán a más de mil curas y contrarrevolucionarios. Al final en este ambiente conflictivo, con la iniciativa perdida por parte del gobierno, se crea la Convención Nacional para renovar la constitución y reclamar la Republica. La Republica se establecerá el 21 de septiembre.