Concepto

Murallas (versión de 1982)

Bilbao. El Bilbao fundado en 1300 estuvo cercado por murallas que quedaron perpetuadas en el grabado de Hogenberg de 1544. Había, además, torres defensivas, como la de Zubialdea, que subsistió hasta 1866, y la de Zurbarán, derribada en 1878. La lápida encontrada durante el derribo dice que "esta casa feso Lope Martines de Çurbaran basallo del rei en el año de mill CCC e cincoenta e tres". Otras torres bilbaínas fueron la de Leguizamón, de la que no subsiste más que el escudo de armas, y la de Arbolancha-Azarduy de la que queda un dintel de ajimez románico. Debido a las sangrientas luchas banderizas entre los linajes que poseían la Tierra Llana o Infanzona y para quienes Bilbao, con el nuevo Fuero de Villa, venía a suponer unos nuevos derechos y jurisdicciones y con el fin de protegerse de posibles ataques, los bilbaínos fueron uniendo con murallas sus casas torres. Con lo que a mediados del siglo XV, Bilbao estaba ceñida por, torres y murallas, que, comenzando en la calle Somera corrían por la Ribera hasta las cercanías de la iglesia del Señor Santiago y Portal de Zamudio o Portal de la Cárcel, ya que en este lugar existía una torre-cárcel, que era la entrada obligatoria de todos los que venían a la Villa por esa dirección. Continuaban las murallas por la parte zaguera de Somera hasta volver a unirse en la Plaza de los Santos Juanes, con la casa-torre de Leguizamón. Todo este núcleo estaba constituido por siete calles perpendiculares a la ría: Somera, Artecalle, Tendería, Belosticalle, Carnicería, Barrencalle y Barrencalle Barrena. Poco a poco se fueron edificando otras casas, alineadas fuera de las murallas de la Villa, dando lugar a una petición del Consejo de S. M. para que autorizase romper el muro y abrir un paso que uniese las calles nuevas de extramuros con las de dentro del recinto amurallado. Autorización que otorgó S. M. Isabel I y que sirvió de primer ensanche de la villa, al comunicarse los vecinos de dentro de la Villa con los moradores de las nuevas calles de extramuros. Una de estas calles, y también la que más directamente ponía en contacto el pueblo amurallado con el Arenal, fue el Camino Nuevo, o sea, Bidebarrieta. Más tarde, al ser derribadas la totalidad de las murallas, esto dio nueva expansión a la villa, incorporando plenamente a su recinto los antiguos arrabales de extramuros, prolongándose las construcciones de viviendas por la calle de Santa María, al mismo tiempo que iban encauzando el curso de la ría con muelles. Con el derribo de las murallas, entre Portal de Zamudio y San Antón, quedó una travesía o senda, en el espacio entremuros y las casas, que más tarde fue haciéndose calle, quedando con el nombre de La Ronda [Ref. Dieguez Berben, Alberto, Panorámicas y remembranzas de Bilbao, Bilbao, 1973].