Danza

Danzas-Juego

Frente a las "Danzas-juego" que ocupan mayor extensión en el país, nos encontramos con otras que únicamente se encuentran adscritas a un solo lugar.

De esta forma y como ciclo existente en una sola localidad nos encontramos con las nueve danzas de Carnaval de Lizartza (G) o las conocidas de San Juan de Berastegi (G). En ambos casos, la consolidación del conjunto, así como la cierta similitud existente, las hace un referente a tener en cuenta, no solo por los movimientos, pasos y gesticulaciones, éstas últimas un tanto peculiares, sino también por la utilización de diversas herramientas (palos, broqueles, alabardas, etc.).

Si bien, en ciertas ocasiones, como pueden ser entre otras las anteriormente citadas, el manejo de utensilios se hace de forma únicamente coreográfica, en otras, se hace más evidente y palpable su utilización, tal y como ocurre con la Maskuri Dantza de Hernani (G). Singular por su ejecución, ya que el cortejo sale y entra por portales, callejuelas y comercios, como por la contundencia física ejercida por sus componentes, arreando a diestro y siniestro con las vejigas infladas que portan.

La actitud manifiesta de que el sujeto pasivo, de alguna manera, forme parte del acto, también produce una conjunción de distintas relaciones a nivel social y de comunidad. Tal es el caso, también, de Pipaón (A) donde, a eso de las 12 h. de la noche del día 15 de agosto y situados en medio de la plaza, donde se encuentran las ascuas de una hoguera recientemente encendida, se forma una cadena de muchachos asidos por sus correspondientes cinturones, en cuyo primer lugar va un anciano portando una larga rama de boj. El "Cachupín", como así se llama esto, tiene una letra que es cantada a coro por todos los vecinos que se encuentran allí, al mismo tiempo que el grupo dibuja una serpenteante figura intentando, esquivar, al mismo tiempo el golpe con la vara y el introducirse en los rescoldos.

De la participación con un cierto componente de riesgo para la salud a otra mucho más llevadera y teatral. Son los simulacros de oficios, como los de los afiladores (txorrotxak), castradores (kerestuak), caldereros (kauterak) o kukulleroak de las Maskaradak de Zuberoa, la Bizar Dantza y Zapatain Dantza de algunas localidades de Lapurdi, o las que llevan títulos que las confieren tal particularidad, como en Billabuena (A) y pueblos colindantes de La Rioja.

Por último, nos encontramos con la "Danza-juego" más compleja de las practicadas hoy en día, por ser la que mezcla algunas de las características de las anteriormente citadas. Nos estamos refiriendo a la Azeri Dantza (o Axeri Dantza) realizada en los pueblos guipuzcoanos de Andoain y Aduna. Algunos de sus movimientos nos recuerdan las Bizarrak erretia de Lekeitio (Bizkaia), donde con teas encendidas y a hombros intentaban quemarse las barbas.

Sin duda alguna, la combinación de sencillos pasos, la variedad de juegos en cada una de sus diferentes partes, la participación en conjunto o individualmente, las variaciones melódicas y la estructurada ejecución, hacen de la misma una de las más completas en su tipología.