Lexicon

SIMBOLOGIA

Figura humana. Limitándonos a las lápidas vamos a describir tres deidades aquitanas que aparecen esculpidas en sendas aras toscas y rudas. No llevan inscripción salvo una en honor a Baicorrix. Madrazo describe las cuatro a que nos referimos antes: 1. Está la diosa representada desnuda, con el cabello trenzado en forma de rollo que contorna, a modo de tocado, o nimbo su enorme cabeza; tiene las piernas separadas y en la mano derecha una honda con dos piedras dentro. Ocupa el centro de una hornacina o nicho rectangular, que tiene por frontón un tablero decorado con unas molduras arrolladas a modo de hélices o volutas, puestas en sentido inverso. 2. Es la hallada en Luchon con el ara de Baicorrix. Es una estela puntiaguda en que está grabada, en relieve muy bajo, y más bárbaro si se quiere que la anterior, la figura de otra diosa, que más parece embrión de rana; y a no ser por las dos pelotitas que quieren imitar sus pechos, más se la creería vestida que desnuda. Su mano derecha aparece doblada hacia arriba y la izquierda no existe: está como oculta dentro de un bote o vaso cilíndrico. Hay por último en esta tosca imagen algo que la caracteriza como hermafrodita. 3. El dios está representado de alto relieve. Es un adolescente desnudo, con un palo en la mano izquierda, y adosado a su ara, especie de pedestal cuya cornisa es como un ábaco o tablero, sobre el cual se levanta un remate decorado con baquetoncillos que forman ángulo agudo en la parte superior y a los lados con volutas embrionarias. El carácter de esta ornamentación es enteramente primitivo. La figura del dios presenta unas proporciones chocantes, aunque en su movimiento revela mayor estudio del natural que la de la diosa del ejemplo primero. 4. En cuanto a lápidas alavesas y navarras se representan jinetes en variadas escenas. Se representa a veces a la diosa Epona. En la de Marquínez la mujer cabalga sobre el équido. Ante ella un varón desnudo implora. En Baños de Ebro y Gastiain aparecen dos personas una de ellas llevando el caballo. Se ven también figuras humanas en otras estelas como la de Galdakao y la de Villatuerta. En esta última un hombre provisto de un escudo parece acometer a un animal que tiene ante sí. En la de Narbaja se ve a dos hombres provistos de bastones transportando un bulto de forma rectangular. Finalmente merece llamar la atención sobre una de las lápidas de Gastiain donde aparece una figura humana posando sus pies sobre un escabel. La lápida de Andre-arriaga (Oiartzun, G.) es una piedra de arenisca de 1,50 m. de altura, toscamente tallada. El dibujo es de aspecto infantil y representa a una especie de jinete y la inscripción: VIBELTESO NIS. Se supone que es algo así como una estela funeraria en honor de una deidad indígena. El sufijo -so(n, podrían identificarse con el aquitano -xo(n de los nombres míticos vascoides, presentes también en Oiasso (n. Se trae a cuento una cita de 1470 en la que se refiere a esa piedra precisamente: «somo el camino que diz que se llama Andrearriaga al mojan que ficimos poner en la dicha altura más abajo de una pidra que está en el camino público que va de Oyarzun a Fuenterrabía, que parece que está puesta para algún difunto». Hoy se encuentra en el Museo Municipal de San Sebastián. La representación del jinete aparece también en las monedas, a veces, con inscripciones en alfabeto ibérico propio de la tarraconense. El jinete vascón se diferencia del ibérico en que no suele llevar casco relacionándose tal vez con el vasco descrito por Silio Itálico «Vasco insuetus galeae». Las armas del jinete suelen ser lanza, espada o dardo. El jinete indígena, tradicionalmente usado en las monedas, es suplantado por el toro estante; la cabeza femenina sin casco, por la cabeza de Augusto; los títulos imperiales sustituyen a los indígenas; y el bilingüismo, latino por un lado y nativo por otro, degenera bien pronto en beneficio exclusivo del invasor.