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Instrumentos musicales del País Vasco

Es una flauta de tres agujeros que suele tocar el chistulari-tamborilero con una sola mano. Este es, en sus diferentes variantes, el instrumento musical más extendido en nuestra música popular y el más conocido en la historia de nuestra música popular.

Según defienden algunos expertos, el primer vestigio es un txilibitu de hueso hallado en la cueva "Laminazilo" situada en la localidad baja navarra de Isturitz (según los expertos, es una pieza de hace unos 25.000 años). Sea el hallado en Isturitz el punto de partida del chistu actual o no, lo que sabemos es que su música ha sido escuchada por muchas generaciones de vascos. Tal y como se puede apreciar en los documentos antiguos, el chistulari estaba muy unido a la sociedad en el medio rural y en aquellos lugares donde se mantenían la cultura ancestral y las viejas costumbres. Además, formaba parte de la vida cotidiana gracias a su música. Así, se podía escuchar su sonido en el trabajo, en las fiestas, en los bailes y en las diferentes celebraciones y actividades de la sociedad.

El chistu ha trazado un largo y extenso recorrido en nuestra historia y al estar tan expandido desde hace años, aunque mirando a su aspecto sea único, hay muchas variantes y estilos de tocar dicho instrumento. Además, también encontramos grandes diferencias en cuanto a las tendencias, a su repertorio y a la función del chistulari. De todos modos, generalmente la naturaleza del chistulari se puede dividir en dos estilos diferentes: por un lado el estilo "rural-no académico" y por otro el estilo "urbano-académico".

Es difícil situar en el tiempo al chistulari académico, es decir, saber desde cuándo es aceptado este tipo de músico en los grandes pueblos y ciudades como un músico oficial. Aparece en muchos datos iconográficos medievales, la mayoría de las veces en el marco de la corte, a solas o formando un grupo junto con otros instrumentos. No hay que olvidar que en aquella época (y más tarde también) el movimiento cultural del Renacimiento estaba en auge en toda Europa y los instrumentos de este tipo (tambourin) eran muy utilizados.

A partir del siglo dieciocho tenemos cantidad de detalles. Aquellos chistularis tocaban danzas y conciertos de entonces, tanto a solas como en grupo.

A partir del siglo XIX son grupos oficiales de los ayuntamientos y las Diputaciones de las ciudades y principales poblaciones del País Vasco. De ese modo, acompañan a la corporación en sus presentaciones, en las procesiones religiosas y otros eventos de diferente índole, para dar la bienvenida a los visitantes solemnes y poniendo la nota musical de las diferentes actividades.

A la hora de formar el grupo, también se observan diferentes fórmulas dependiendo de lo que se tenía en las inmediaciones. Veamos algunos grupos de música conformados por los chistularis durante la historia. La formula más común del chistu y el tamboril (aparece con nombres como "tamboril", "tamborín", "tambolitero") es la conformada por un único intérprete o músico. En muchos documentos aparece el término "salterio". Creemos que en esos casos se utilizaría el tambor de cuerdas junto con el chistu. chistu y pandero. Chistu-tamborín y atabal como acompañamiento rítmico. Dos chistu-tamboril (creemos que conformando un dúo) y en el resto de ocasiones acompañados de el atabal. Chistu-tamboril y rabel (tamboril y rabel / tamborín y rabete).

A pesar de no saber la fecha de su creación, en la última época observamos un grupo fijo. Chistu 1ª, chistu 2ª (en las dos ocasiones con el tamboril), silbote y atabal es el cuarteto que ha llegado hasta nuestros días. Este grupito tomó mucha fuerza a comienzos de este siglo y hoy en día continúa sin grandes cambios como grupo oficial de chistularis. La mayoría de municipios y todas las Diputaciones de la parte sur del País Vasco, disponen de su grupo oficial. A lo largo del año ofrecen cantidad de bailables y conciertos.

A pesar de ser un poquito mayor, tiene la misma estructura que el chistu. Está afinado tres tonalidades y media por debajo. Debido a su largura es difícil tocar este instrumento con una sola mano. Por ello, los músicos encargados de tocar el silbote lo hacen con ambas manos.

Al trío anterior formado por dos chistus y el atabal se le unió el silbote. La mención más antigua del silbote aparece en un escrito de Humbolt de 1801:

Para la musica de varias partes, usan de otro silvo mayor, que está naturalmente en tono de Capilla, y entonces, este hace la segunda voz. 14

Esto indica claramente que durante el siglo XVIII se utilizaba este instrumento en las formaciones de chistularis.

La chirula, al igual que el chistu, es una variante de la flauta vasca de tres agujeros. Es más corta que el chistu y está afinada tres tonos y medio por encima (está afinada entorno al tono DO). Esta afinación superior le aporta particularidad y viveza y su sonido se escucha por encima de otros instrumentos. Hoy en día existen diferencias en cuanto a su aspecto y estructura. Parece ser que la chirula ha sufrido pocos cambios y no ha tenido una evolución notable. Se fabrica con madera de boj, en una pieza. Muchas veces los extremos superiores e inferiores se refuerzan mediante cuernos, puesto que son las partes que corren mayor riesgo de romperse a causa de algún golpe.

Actualmente se relaciona con el repertorio de danzas existente en la tradición del noroeste del País Vasco. En Zuberoa no hay fiestas sin danzas ni chirulas.

La forma más común de tocar la chirula es acompañada del tamboril. El mismo txirulari es quien toca ambos instrumentos a la vez. En los últimos tiempos en Zuberoa el tamboril se utiliza cada vez menos y el conjunto más común es el compuesto por la chirula y el atabal. Al igual que ocurre con el chistu, los músicos encargados de tocar la chirula forman grupo junto con intérpretes de otros instrumentos, por ejemplo, con el violín o el acordeón diatónico.

Estos instrumentos (chirula-tamboril) han sufrido un importante retroceso en los últimos años. Si observamos a escritores antiguos veremos que aparece en casi toda la geografía de Navarra (hasta Tudela), y también en Iparralde, desde la costa hasta la provincia de Zuberoa.

Es una tabla de boj semitrapezoidal. En el borde superior posee unos agujeros de diferentes longitudes dispuestos verticalmente. El extremo inferior se utiliza como mango, con un remate con forma de cabeza de pájaro.

En esta ficha de instrumentos musicales del Museo San Telmo hemos encontrado esta información facilitada en 1920 por D. Telesforo Aranzadi:

"Ahuntzainen txulubita (Silbato de cabrero). Fabricado en Oloron mediante madera de boj, es utilizado por los cuidadores de cabras y capadores en muchos pueblos y lugares del País Vasco"

(traducción adaptada del euskara).

Flautas como esta están expuestas en distintos museos de París, Londres y Oxford tras ser llevadas desde el País Vasco.

Es un instrumento musical de tubo cónico, tipo oboe, construido con una cinta de capa de avellano que se enrolla. La pita de doble lengüeta se consigue apretando el extremo superior. Tiene dos agujeros que sirven para el cambio tonal.

En el País Vasco tenemos dos instrumentos musicales de ese tipo: el citado sunpriñua y la "trompeta" o tutubi. El segundo carece de agujeros y se utiliza como juguete para los niños. Se fabrica mediante una cinta de capa de castaño.

Los últimos en tocar el sunpriñu han sido los pastores que andaban en la comarca de Larraun (Navarra), situada en la sierra de Aralar. Hasta la guerra de 1936 se tocaba con normalidad y posteriormente también se ha tocado alguna vez.

Al tener dos agujeros, se pueden tocar melodías de tres notas. La principal melodía que se entona con dicho instrumento se denomina "Durunbele" y cada uno la tocaba a su gusto y estilo, con total libertad. Algunos la tocaban con rapidez haciendo varios soplos, otros la tocaban con más parsimonia, alargando la nota. Los oyentes en seguida percibían quién era el que tocaba el instrumento.

Sunpriñus fabricados en Iribas el año 1974.

Sunpriñus fabricados en Iribas el año 1974.

Juan Mari Beltran tocando el sunpriñu en 1974

Juan Mari Beltran tocando el sunpriñu en 1974 (fotografía: Mikel Lizartza).

Es un instrumento 15 de viento de doble lengüeta, parecido a la dulzaina-gaita que todos conocemos, aunque un poco más pequeña. Las lengüetas son de caña, rama (tal y como las fabrica últimamente el txanbelari de Lakarri Pierre Caubet) y plástico. El tubo es cónico y se fabrica utilizando madera de boj. En cuanto a su longitud, es más corto que la dulzaina, más o menos hasta las denominadas orejas de la dulzaina (la txanbela no tiene ese componente). Para el cambio tonal dispone de ocho agujeros, al igual que la dulzaina: siete en la parte delantera y otro en la parte superior trasera.

La txanbela ha mantenido el estilo y forma de tocar particulares de la música vasca antigua, uno de los tipos de música más antiguos registrados en nuestro cancionero popular, si no el más antiguo. Es por ello que para nosotros la txanbela no es un mero instrumento musical, es también un modo de hacer música. En cuanto al citado estilo, un refrán de Zuberoa dice así: "esta cantando como la txanbela" (traducción adaptada del euskara).

La dulzaina-gaita es el instrumento del tipo oboe más conocido y extendido entre los instrumentos populares del País Vasco.

Estos son los componentes o diferentes partes de la dulzaina-gaita:

- Pita de doble lengüeta. Dos lengüetas de caña unidas a un tudel metálico. El tudel se inserta en el tubo, uniendo las lengüetas al tubo y dirigiendo las vibraciones sonoras producidas por éstas hacia el tubo.

- Tubo. De forma cónica irregular (cuanto más abajo mayor forma cónica). Generalmente suelen ser de madera y se utiliza la madera de boj. A finales del pasado siglo tanto en Bizkaia como en Gipuzkoa se comenzaron a fabricar utilizando el metal. Estas fabricaciones tuvieron un gran éxito (especialmente en Bizkaia). Por eso, actualmente para mucha gente la dulzaina de metal es sinónimo de dulzaina vizcaína.

Tiene ocho agujeros que sirven para el cambio tonal: siete en la parte delantera y otro en la parte superior trasera. El primero situado en la parte inferior se cierra con el dedo meñique. Ese agujero está ladeado para poder taparlo con comodidad (algunas dulzaina antiguas no tienen este agujero y por consiguiente dan una nota menos). Todas las dulzainas tienen otros dos agujeros ladeados en la parte inferior, uno enfrente del otro. Son los que establecen el tono de la dulzaina. La parte del tubo que se alarga a partir de estos agujeros hasta el final tiene la función de altavoz.

Al igual que hemos visto en el caso del chistu, aquí también tenemos dos tipos de músicos: Los rurales, sin doctrina musical y los ruanos, con doctrina musical.

Los músicos de la parte rural aprendían a tocar la dulzaina de oídas y practicaban en las romerías y pueblos pequeños. El repertorio se componía defandangos, jotas, arin-arin, porrusalda, martxa y canciones populares, con algunas excepciones de pasodobles yvals. Los dulzaineros locales y de los alrededores aprendían a tocar el instrumento a base de escuchar la música. Incluso más tarde, una vez que eran capaces de tocar el instrumento, el aprendizaje de piezas nuevas también lo hacían de oídas.

Los ruanos, además de los citados incluían en el repertorio otros estilos musicales y cumplían otras funciones musicales y sociales. La principal referencia de estos últimos ha sido el dulzainero-gaitero navarro.

En la lista de los músicos trasladados a las fiestas de Pamplona del siglo XVIII aparecen muchas veces la dulzaina y la gaita 16.

Si en Gipuzkoa y Bizkaia, con algunas excepciones, los dulzaineros se han situado lejos de la música oficial, en Álava y Navarra han sido generalmente músicos instruidos que, en muchos casos, tocaban también algún otro instrumento de la banda o la orquesta.

En los pueblos y ciudades urbanos se escucha la melodía de dicho instrumento para dar la melodía mañanera de las fiestas, movilizando la comparsa de gigantes y cabezudos, incluso ofreciendo conciertos y tocando música para bailar en las plazas. Se utilizan en muchas danzas especiales de ritos y celebraciones antiguas.

Los gaiteros navarros son muy conocidos desde hace tiempo incluso fuera de sus límites geográficos. Así, por ejemplo, en las zonas urbanas de Gipuzkoa y Bizkaia, a pesar de disponer de dulzaineros locales, traían dulzaineros navarros con ocasión de las grandes fiestas y eventos.

Al igual que los chistularis urbanos, estos músicos tenían un repertorio muy variado y del estilo de la época. Es por ello que en sus repertorios, además de la música y ritmos locales, podemos encontrar sonatas, polcas, mazurcas, habaneras, rigodones, pasodobles y chotis.

La alboka es un doble clarinete de sistema de lengüeta simple batiente. De lengüeta simple puesto que las lengüetas que generan el sonido son de ese tipo, y doble, porque son dos pequeños clarinetes dispuestos de lado o adheridos.

Las danzas que aparecen en su repertorio tradicional se componen principalmente por jotas, porrusaldas y marchas. Este repertorio esta relacionado con el pandero y las coplas. El pandero acompaña rítmicamente al baile y la mayoría de melodías tienen un apartado especial reservado para cantar las coplas.

Al tocar la alboka hay que soplar continuamente, sin parar, como si se tratase de la cornamusa o el xirolarru. Sin embargo, la alboka carece de un saco o bolsa para almacenar el viento y el albokari consigue ese efecto mediante la técnica de "voltear el viento", es decir, coge aire mientras lo echa.

Es difícil confirmar cuándo, dónde y cómo surgió la alboka en el País Vasco. En la iconografía medieval aparece este instrumento más de una vez. En los documentos antiguos se aprecia claramente la presencia que ha tenido la alboka desde el siglo XV hasta nuestros días.

Es el instrumento musical más nuevo del País Vasco. A finales del siglo XIX este acordeón emergió con fuerza en todos los rincones de nuestra música popular, tanto en entornos rurales como en urbanos. Pero es en el primero donde ha conseguido la categoría de instrumento popular.

Se adentró en el mundo del chistu, la alboka, la dulzaina y parecidos instrumentos musicales y en gran medida se apropió del repertorio de ellos. A partir de la mezcla y unión del repertorio de instrumentos antiguos y el abanico de oportunidades que ofrecía este nuevo sonido, surgió un estilo musical novedoso y particular dentro de la música popular vasca.

Aquellos acordeonistas por un lado mantuvieron las características esenciales del viejo estilo y, por otro lado, enriquecieron su música gracias al carácter polifónico-armónico que este instrumento ofrecía. En muchos casos eran las familias que tocaban instrumentos más antiguos las que se apoderaban de este pequeño acordeón y, en algunas ocasiones, eran las mismas personas las que se pasaban al nuevo instrumento.

A principios del siglo XX apareció junto con la chirula y el atabal formando un grupo, y tampoco era raro verlo al lado de la dulzaina y el pandero. En algunos sitios (poquitos) se ha mantenido así, pero es en Gipuzkoa y en Bizkaia donde ha alcanzado mayor fama y éxito acompañado del pandero y el canto. Este es el grupo más conocido de la denominada trikitixa

Después del acordeón diatónico llegó el cromático. Eran de dos tipos: uno, el llamado cromático, dispone de un sistema de botones en la parte derecha; el otro, posee un sistema de teclas denominado "de piano" en esa parte derecha.

Larrinaga Guerrini.

Larrinaga Guerrini. San Sebastián Guipúzcoa. Acordeón cromático fabricado en Donostia en la década de 1920.

En el diccionario Diccionario trilingue del castellano, bascuence, y latin publicado en 1745 por Manuel Larramendi se observa la siguiente mención: "Gaita, instrumento musico de cuero inchado, y flauta, chirolarrua. Lat. Tibia utricularia". 17

En el Dictionnaire Basque-Français escrito en 1926 por Pierre Lhande aparece así: "Xirolarru: L (Hb.) musette (mus.)".

En la iconografía medieval del País Vasco la presencia de este instrumento musical es notable. Si observamos los documentos antiguos podemos ver información al respecto:

A finales del siglo XIV en el libro Stromatheus Tragicus de gestis Caroli escrito por Aymeric de Peyrat (800-814), se cita lo siguiente sobre las fiestas:

"quidam cabreta vasconizabant, levis pedibus persaltantes"

En algunas partes de Francia se denomina cabreta a los instrumentos parecidos al xirolarru.

En 1573 en el libro Des monstres et Prodiges escrito por Ambroise Paré se aprecian algunos dibujos de pescadores de ballenas vascos. Junto a ellos y para ambientar su quehacer aparece un músico tocando el xirolarru.

En un documento de Oion de 1611 se puede leer lo siguiente:

"...En las fiestas de la Inmaculada se realizó un pago de setenta y siete duros al gaitero por tocar la "bota"

(traducción adaptada del euskara).

En la Rioja Alavesa se han utilizado este tipo de instrumentos hasta el siglo XX.

Errioxako

"Gaita de bota" riojana.

14DONOSTIA, P. (1994): Cancionero Vasco P. Donostia. (III. liburuki).

15IRUÑEKO GAITEROAK (1977): Caubet Chubuko Arhan: txanbela eta khantoriak.

16BELTRAN ARGIÑENA, Juan Mari (2004): Dultzaina Gipuzkoan. La dulzaina en Gipuzkoa. 1950. hamarkada arte.

17Beltran Argiñena, Juan Mari. Xirolarru - Gaita. La cornamusa en el País Vasco.