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Historia editorial de Euskal Herria

A pesar de que la Compañía de Jesús la fundó en 1915, la editorial Mensajero no publicó obras en euskera hasta la creación de la colección "Etor Bidean Kultura" al inicio de los años 70. Entre 1972 y 1973, además, la dirección de la editorial se fraccionó, y el miembro de la dirección Enrique Ayerbe optó por crear la editorial Etor, diferenciándola de Mensajero. A consecuencia del cambio, Mensajero pasó a llamarse Gero en 1973 y publicó, entre otros trabajos, los libros sobre el marxismo (pero no únicamente) del profesor Gotzon Garate o las obras de Patxi Altuna. A nivel literario, en la misma década de los 70 Gero publicó obras de autores como Xabier Lete, Orixe, Mikel Zarate o los recién iniciados Anjel Lertxundi (Ajea du Urturik, 1971) y Joan Mari Irigoien (Oilarraren primesa, 1976). Últimamente ha colaborado en la publicación de clásicos vascos tanto dentro como fuera de la colección "Klasikoak" promovida por el Gobierno Vasco, entre los que encontramos trabajos de Kirikiño, Zaldubi, Errose Bustintza, Iturriaga, Zamarripa o Tartas.

Por lo que a la editorial Etor respecta, hoy en día se ha reconvertido en Etor-Ostoa, y tomando siempre Euskal Herria como punto de referencia, de la mano de dicha casa editorial han visto la luz trabajos de historia, geografía, antropología, etnografía, sociedad, arte, naturaleza, música, literatura, mitología, fauna, deporte, medios de comunicación, etcétera. También han contribuido a la reedición de obras de algunos clásicos del siglo XX como Txomin Agirre, Lauaxeta, Orixe o Koldo Mitxelena, entre otros.

Es conocido que a lo largo de la década de los años 60 (y anteriormente también) la literatura vasca se vio refrescada por nuevos aires venidos de la mano de jóvenes escritores que optaron por romper los moldes y líneas maestras predecesoras. Con ello, produjeron la renovación de las letras vascas.

Parece ser que aquel ambiente de renovación e impulso cultural fue propicio para el mundo editorial, ya que a finales de la mentada década se crearon varias editoriales importantes. Gabriel Aresti fundó el grupo de teatro Kriseilu, del que surgiría la editorial con idéntico nombre y director. Durante la década de los 70 se publicaron varios libros bajo la supervisión de Aresti, hasta que Luis Haranburu Altuna se hizo con el sello de la editorial. Un año después de fallecer Aresti, Ibon Sarasola y Jon Juaristi prepararon una compilación de las obras del poeta bilbaíno que vio la luz en la propia editorial Kriseilu bajo el título Obra guztiak (1976).

A finales de los años 60, por otro lado, se creó la editorial Lur en Donostia, de gran importancia debido a las obras que en ella se publicaron en dicha época. En su fundación participó un importante grupo de jóvenes escritores (Gabriel Aresti, Rikardo Arregi, Ramón Saizarbitoria, Ibon Sarasola, Arantxa Urretabizkaia, Luis Haranburu Altuna y Xabier Kintana) que, además de sus propios textos, publicaron obras de otros autores. La editorial Lur dividió sus publicaciones en las colecciones Kriseilu y Hastapenak, donde aparecieron más de treinta libros.

En 1969 la editorial Lur publicó la antología Euskal elerti 69 bajo la dirección de Aresti, trabajo en el que se recopilaron numerosos textos de diversa índole: ensayo, artículos de opinión, novelas cortas, obras de teatro, cuentos y poemas. En 1970 se atrevieron a publicar la polémica novela Haur besoetakoa de Mirande, y dos años más tarde vio la luz la antología Euskal literatura 72, donde aparecieron, entre otros, los primeros textos publicados de Bernardo Atxaga y Arantxa Urretabizkaia. Junto a los ya mencionados, cabe destacar la publicación por parte de Lur de las primeras novelas de Saizarbitoria, las obras Poemagintza y Euskal literaturaren historia de Ibon Sarasola, el poemario Harrizko herri hau de Aresti, Behin batean de Xabier Kintana, Hunik arrats artean de Lertxundi y otros trabajos, entre los que se incluyen varias traducciones.

Cuando cerró la editorial Lur, cada uno de sus fundadores tomó un camino. Únicamente Luis Haranburu Altuna se mantuvo en el mundo editorial, y a mediados de la década de los 70 creó la editorial Haranburu Editor. Junto a varias obras sobre historia y antropología, publicó numerosos trabajos literarios como el poemario póstumo Azken harria de Gabriel Aresti.

En 1999 el propio Haranburu Altuna fundó la editorial Hiria, donde ha publicado obras de clásicos vascos de todos los tiempos. En su catálogo hallamos nombres como Txomin Agirre, Azkue, Daskonagerre, Elizanburu, Joannes Etxeberri de Sara, Etxeita, Irazusta, Iturriaga, Leizarraga, etcétera.

En la década de los 70 comenzaron a publicar, por otro lado, el durangués Leopoldo Zugaza y la editorial Hordago. El primero trabajó en la impresión de obras relacionadas con la enseñanza del euskera como el método de aprendizaje de Iñaki Eguzkitza o diversas obras sobre la lengua vasca escritas por Mikel Zarate. La editorial Hordago, por su lado, publicó en euskera y español, y de su catálogo cabe destacar la amplia colección de ediciones fascímiles de clásicos vascos.