Poets

Godoy Alcayaga, Lucila

Contraviniendo su última voluntad fue metida en un nicho del Cementerio General de Santiago. Su deseo, expresado en su testamento, decía que debía ser enterrada en Montegrande, pueblo de su niñez. El poeta Pablo Neruda escogió el sitio en una colina. Y nos dice:

"Pocas veces el viajero siente el peso de una soledad tan aplastante. Pero esta soledad cuya grandeza tiene tanto contacto con la poesía de Gabriela Mistral, estaría bien si no fuera por la miseria de su tumba. No hay una flor, ni un asiento para el viajero; no hay nada sino aquella piedra olvidada con su nombre. Y aquí vienen las escuelas y los niños, cantan los versos de ella contemplando el total abandono de su sueño".

Esto nos dice el autor de "Cien cantos de amor" que escribió, como ya se sabe, uno de ellos para G. Mistral. Su testamento está presidido por su amor a los niños de su pueblo. La Medalla de Oro y el Pergamino que le fueron otorgados por la Academia Nobel los lega al pueblo de Chile, bajo la custodia de la Orden de San Francisco. Los dineros que se le deban, provenientes de la venta de sus obras literarias en la América del Sur, para los niños pobres de Montegrande, en el valle de Elqui. (Ya antes había calzado a todos los chicos del pueblo de su infancia.) Y a los mismos niños pobres de Montegrande les lega cualquier mueble o inmueble que poseyera en La Serena. La Orden de San Francisco será la cumplidora de estas disposiciones.