Concept

Deporte

Es sabido que la creciente participación de las mujeres en los espacios públicos ha promovido importantes cambios de orden social, laboral, económico, político, educativo y de ocio. En los últimos años, los objetivos conseguidos por la mujer en la práctica deportiva han sido muy superiores a la progresión experimentada por los hombres, gracias a los cambios que se han producido a nivel socio-cultural y político. Lejos estamos por tanto, de los albores de los Juegos Olímpicos en que no se permitía la participación femenina. Para más detalle, en natación a las mujeres les permitieron participar por primera vez en los Juegos de 1900, en atletismo y gimnasia artística en 1928, en baloncesto y en balonmano en 1976, y en ciclismo en 1984.

En las últimas ediciones olímpicas la participación femenina apenas supera el 30% de la inscripción total. En el deporte escolar, el número de niñas mantiene esa misma proporción. Esta desigualdad cuantitativa de acceso al deporte de iniciación o al de rendimiento, responde posiblemente a causas históricas, educacionales y culturales.

En Euskadi la tasa de participación femenina en actividades físico deportiva ronda el 55 %, la de los hombres es del 58 %. El paseo se revela como el deporte más practicado, en cuanto ejercicio físico mucho más frecuente que la realización de deportes más reglados e institucionalizados. Se identifican tres tipos de ocio deportivo femenino: el de la joven deportista, el de la adulta que se cuida y por último, el de la tradicional activa. En el área de la educación uno de los problemas que preocupan es que los esfuerzos coeducativos en el aula no consiguen resolver las situaciones de discriminación por sexo que sufren las niñas y mujeres adolescentes, aumentando en las chicas la percepción de que su competencia motriz es inferior a la de los chicos. Otro problema es el fenómeno del abandono, especialmente en actividades de carácter competitivo, y la tendencia al sedentarismo entre mujeres adolescentes. En estas edades se tiende a practicar la actividad física de manera ocasional, de forma que no permite consolidar hábitos de adherencia y por tanto, tampoco acceder a los beneficios derivados de la práctica de la actividad físico deportiva.

La estructura del deporte federado concebida desde sus orígenes y pensada por y para los hombres, sigue hoy en día teniendo su reflejo en el alto rendimiento. El deporte, en todas sus manifestaciones, también se ha visto afectado por los nuevos roles, formas de expresión y participación de las mujeres. En el campo deportivo se ha producido un incremento importante del porcentaje de mujeres que participa en algún tipo de actividad deportiva, con una presencia mayor en modalidades deportivas tradicionalmente masculinas (fútbol, rugby...) y en el deporte de rendimiento, aunque las deportistas viven claramente una situación de desigualdad en el mundo profesional.

Si nos referimos al deporte autóctono vasco, que son deportes que requieren en gran medida de la cualidad física de la fuerza, no tiene gran cabida la participación femenina, siendo este un deporte practicado, salvo excepciones, fundamentalmente por los hombres.

Sin embargo, se vislumbra un cambio tranquilo pero sólido e imparable en los hábitos de las mujeres. Y, lógicamente, el mundo del deporte no iba quedarse al margen de esta normalización y el número de practicantes de la población vasca realizando deporte-salud y deporte de élite en las diferentes modalidades del deporte contemporáneo (gimnasia deportiva, ciclismo, montaña, atletismo, deportes de equipo...) va en aumento. La mejora de calidad de vida, la adopción de un estilo de vida saludable y el status social alcanzado por los deportistas de élite han facilitado las cosas.

Por otra parte, ¿a qué se debe tal incremento en la afluencia femenina a un terreno históricamente reservado a los hombres? La imagen predominante del hombre que acudía al partido dominical en cuadrilla se desinfla. Mantiene su liderazgo -especialmente en el balompié- aunque pierde adeptos de modo incesante.

En este contexto, a continuación, veamos algunas pinceladas que subrayan el incremento constante de la presencia femenina en los diferentes acontecimientos deportivos en Euskadi. Las disciplinas de equipo del baloncesto y balonmano se llevan la palma en el proceso de equilibrio de sexos. Por ejemplo, en Alava, que el 36% de los socios del TAU sean mujeres es casi un récord (uno de cada tres abonados del TAU Cerámica de baloncesto es mujer), y refleja la cada vez mayor presencia femenina en las gradas de los espectáculos deportivos. Además, casi la mitad de las licencias del baloncesto provincial en Alava pertenecen a chicas. El porcentaje desciende a una nada despreciable 30% en el balonmano.

El fútbol, sin embargo, aún arrastra esta asignatura pendiente. Por ejemplo, en Bizkaia, en la que ha aumentado el número de licencias federadas considerablemente(de 15.000 en 1990 se ha pasado a 29.500 licencias en el 2001), el 90% de las gradas de San Mamés son para hombres. Las aficionadas rojiblancas habituales de San Mamés representan sólo un 10%; la "Catedral" es un clamor masculino. Mas optimista es el caso de Gipuzkoa, en Anoeta las seguidoras completan el 20% de la masa social "txuri urdin".

Aún queda mucho por hacer tanto en la participación de la población femenina en la práctica deportiva en general, como en las distintas tareas y niveles de responsabilidad del sistema deportivo (dirección, gestión y organización), sin olvidar que el grado de atención que le otorgan los medios de comunicación es casi nulo comparado con el interés que despierta el deporte profesional practicado por los hombres.