En Vizcaya. Cuando Llanderas, Puente y Aguirre, tenientes de corregidores en 1597, trataron de desempeñar dicho puesto siendo naturales vizcaínos, se les puso veto, y lo mismo se hizo con otros en distintas ocasiones. Hacia 1519, el licenciado Ramírez dio tenencia de su corregimiento en las Encartaciones al orduñés bachiller Soto. Esto iba en contra del fuero, ya que los corregidores del Señorío de Vizcaya debían de ser de allende el Ebro y los tenientes de corregidores tampoco podían ser naturales del Señorío, aunque pudiesen ser naturales de Alava, Guipúzcoa o Navarra. La junta de Avellaneda impugnó tal nombramiento. Ref. «H.G.S.B.», II, Lib. IV, Cap. V, pp. 701-71 I; Echegaray, C.: Compendio de las instituciones forales de Guipúzcoa, San Sebastián, 1924, pp. 89-116.