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BODA

Banquete. Sin banquete no hay fiesta vasca posible. El de bodas era arruinador y para evitar un mayor gasto los amigos solían hacer los regalos en especies comestibles. Las leyes vascas dictaron muchas veces disposiciones represivas contra tales excesivos gastos. En Zub., cuenta Azkue, cuando un extraño viene a casarse a uno de los pueblos, los vecinos colocan un cambrón a la entrada de la iglesia. El padrino del forastero deposita entonces cierto dinero en un plato sobre una mesa puesta bajo el cambrón y lo rompe para que el novio entre en el templo. En la B. Nav., las muchachas eran las que colocaban un arco de espino con una corona y un ramillete de flores en la puerta de la novia para que el padrino lo rompiera mediante el pago consabido. Luego eran obsequiadas por la novia, que recibía el ramo de flores. El menú del banquete, demasiado abundante, era a base de cocido, carne asada, ternera en salsa y frita, ave, longaniza, torta, vino, sidra. La colocación de los invitados también ha sido rigurosa bajo la presidencia de los nuevos esposos. Cantos e improvisadores bertsolarísticos cerraban la fiesta.