Concepto

Actitudes ante la lengua vasca en la época foral

En pleno romanticismo y en el contexto europeo del descubrimiento del pueblo y de la consiguiente reivindicación de las culturas populares, sistematizándose los estudios de lo que habría de llamarse folklore, potenciados nuevos sistemas identitarios, nuevos mitos de origen, surge la inconfundible y original figura de Agustin Chaho. Su visión de la lengua vasca se inserta en un complejo sistema mucho más amplio. Resumiendo, Chaho trata de sustituir el viejo mito legitimador tubalino de raíz judeo-cristiana, por otro pagano, igualmente inventado, y que además no fuese compartido (como lo era el de Túbal) con los mitos de origen españoles; un mito netamente nacional vasco: el de Aitor17. En este leyenda, el bardo improvisador Lara, bajo el roble sagrado de Gherekiz canta a los vascos su origen: el del pueblo y la lengua vasca, fusionando los que se suponen elementos fundamentales del alma vasca: la identidad lengua/pueblo, el carácter oral de su cultura y la protección sagrada del árbol, símbolo de la libertad política nunca perdida. Una propuesta nacional de base culturalista:

"El vascón de los Pirineos, el eúscaro, el ibero no tiene tradición escrita: perdió sus leyendas, sus poemas, pero conservó monumentos más indestructibles: sus leyes, los cantos de sus bardos improvisadores que los ancianos repiten, que el niño asimila y sobre todo, una lengua virgen y sabia, tal como la hablaba, tras haberla improvisado, la sociedad india o atlántica en su origen [...] ¿Y qué libro sería comparable a este concierto viviente de un millón de voces con acentos impregnados de audacia y de originalidad, singulares, incomprendidos, sin analogías entre las lenguas actualmente existentes, [...] ¡Qué decir entonces de un pueblo entero, de un pueblo vivo, cuando se levanta como un solo hombre, armado, buscando su independencia secular, al grito de guerra o de libertad..."18

Según avanza el siglo XIX se van evidenciando profundísimos cambios tanto en el ámbito socio-económico como en el institucional y desde luego en el cultural. Tras la radical erradicación de las instituciones forales en los territorios norpirenaicos en 1789, en el sur de Euskal Herria, el dificultoso triunfo del liberalismo después de dos guerras civiles acabó por colapsar el sistema foral, en 1841 en Navarra y en 1876 en las provincias vascas occidentales. El servicio militar obligatorio, la extensión de la alfabetización en castellano y francés, el auge del proceso urbanizador y las corrientes migratorias, además, claro, de la decidida voluntad de los estados español y francés de limitar al máximo las lenguas minorizadas y promocionar exclusivamente las oficiales, dio como resultado la drástica erosión de la lengua vasca haciéndola desaparecer de las tierras medias de Álava y Navarra y debilitándola en el resto del País. Descendiendo a ojos vista el porcentaje de los hablantes y sobre todo de los monolingües, sin el menor apoyo institucional, carente de una versión literaria unificada, desprovista de todo prestigio social, la lengua parecía caminar desbocadamente hacia su desaparición y así lo atestiguan diversas voces, como Elisée Reclus (1830-1905)19 o Miguel de Unamuno (1864-1936)20, algunas de ellas interesadas en que esto suceda, pero también provoca las reacciones contrarias más o menos quejumbrosas, doloridas pero sin presentar alternativa alguna, como las de José María Iparraguirre (1820-18881)21 o Felipe Arrese Beitia (1841-1906)22 o presentando modestas propuestas vinculadas a la recuperación foral, la preservación moral de la raza o al reconocimiento de una personalidad institucional vasca diferenciada, como Juan Iturralde y Suit (1840-1909)23 o Arturo Campión (1854-1937)24. Como se ve el núcleo central de los debates en torno a la lengua vasca había cambiado radicalmente, pasando de su excelencia intrínseca e histórica o no, a la conveniencia o no de su salvación y pervivencia.

17CHAHO, Agustín, Aîtor. Légende Cantabre, Ariel, 1845.

18CHAHO, Agustín, Histoire primitive des Euskariens-Basques. Bayonne: Jaymobon, 1847, pp. 170-171.

19RECLUS, Elisée, "Les Basques. Un peuple qui s'en va". En Revue de deux mondes, LXVIII, 1 marzo 1867.

20Unamuno se manifestó públicamente, en el sentido de desear la desaparición de la lengua vasca, en multitud de ocasiones desde su célebre intervención de los Juegos Florales de 1901 en Bilbao, hasta sus intervenciones parlamentarias sobre todo en el contexto del debate constitucional y el del Estatuto Vasco, pasando por multitud de artículos periodísticos: Revista de Vizcaya (15 de febrero de 1886)...

21IPARRAGUIRRE, Jose María, ¡Biba Euskera!; Arren ez bedi galdu euskera, en: VV.AA. (dir. Gontzal Mendibil), Jose Maria Iparragirre. Erro-urratsak, Igorre: Keinu, 1999, 2 vols. I, pp. 279, 314.

22ARRESE BEITIA, Felipe, Ama Euskeriari azken agurrak !!!, Bayonne: Lamaignère, 1880.

23ITURRALDE Y SUIT, Juan, "La lengua vascongada. A mi querido amigo Arturo Campión" La Paz (16/5/1877, nº 282).

24CAMPIÓN, Arturo, "De la conservación de la lengua vascongada", La Paz (25/10/1876); "El Euskara", La Paz (9, 13 y 24/4/1877, números 252, 256 y 265).