Villes

LLODIO

Arte, III.

Ermitas desaparecidas

Existe constancia documental de algunas ermitas que no han llegado a sobrevivir al paso del tiempo. Una de ellas es la ermita de Santa Ana, en el barrio Areta, junto al caserío llamado de Santa Ana, situado en el límite de Llodio con Arrancudiaga, lo que ocasionó numerosos pleitos y litigios.

Otras ermitas son la de San Andrés, desaparecida en el siglo XVIII, la de la Concepción en el barrio Zubiaur y cerca de la torre donde vivían los patronos de la ermita, desaparecida en el siglo XIX, la ermita del Santísimo Cristo en el cementerio del valle, derribada cuando se construyó el actual en 1885 y la de San Ignacio, en el barrio de Ugarte, desaparecida en el siglo XX y que tenía tres retablos neoclásicos. Algunas de las imágenes y obras que pertenecieron a estas ermitas se hallan ubicadas en las parroquias de Llodio, como suele ocurrir en estos casos.

Arquitectura civil

Llodio está en el itinerario de Burgos a Bilbao por el Nervión y es un punto de convergencia importante de caminos comerciales, razón por la cual el valle poseyó varias torres medievales. Por desgracia, algunas han desaparecido.

Tal es el caso de la torre de Areta o Anuncibay, levantada por Fernán Pérez de Ayala para defender un puente que atravesaba el río Altube. En la actualidad en el barrio La Cadena existe un caserío llamado "La torre", ubicado en ese antiguo solar. Esta casa torre formaba parte del complejo de Anuncibay compuesto por casa-torre, ermita de San Miguel, molino, ferrería y puente, repartidos a ambos lados del río.

En el lugar que ocupó la torre de Ibarra de Gardea, también llamada torre de Landa, situada a orillas del Nervión, se alzaba un caserío llamado "La torre", curiosa construcción adosada a un grueso muro que denotaba sus orígenes. Hoy en día existe una casa moderna.

De la poderosa torre de la Muza o Lamuza, de los Ayala señores del valle, hoy no queda más que el topónimo. Otras torres desaparecidas son la torre de Zubiaur, ubicada en ese barrio, y las torres de Olaeta, Gorostiza y la de los Vitórica-Ibarra.

Sin embargo, otras torres de Llodio han tenido mejor fortuna y han llegado hasta nuestros días. Entre ellas destaca la torre de Ugarte, que es una de las mejor conservadas de Álava, datada en el siglo XV. Se trata de una alta edificación de tres pisos y planta rectangular, hecha de mampostería con sillares en los ángulos y los recercos de los vanos. En el lado Este tiene adosada otra edificación de mampostería con el último piso de ladrillo que tiene una puerta de perfil apuntado en la planta baja y en la primera una puerta alta, hoy convertido en balcón, de arco apuntado y dovelas trabajadas. Esta puerta sería el acceso a la torre, como ocurre en numerosas ocasiones en edificaciones de esta cronología.

Ambas construcciones tienen gruesos muros y se abren con saeteras, pequeñas ventanas adinteladas y unas bellas ventanas geminadas muy del gusto gótico. Sus características formales nos recuerdan la función defensiva de estos recios edificios, siempre situados en lugares estratégicos. La torre perteneció a los Ospinas de Ugarte.

Además de estas casas torre medievales, Llodio cuenta con numerosas casas señoriales del siglo XVIII que presentan unas marcadas características. Son edificios de planta rectangular y con cubierta de cuatro vertientes. Las fachadas presentan vanos adintelados dispuestos de manera simétrica, regular y ordenada, pero en poco número, primando el lleno sobre el vacío. Es habitual la presencia de pequeños balcones en el eje central. El aparejo suele ser de mampostería reforzado con sillares en las esquinas y los recercos de los vanos, si bien sea relativamente habitual encontrarse con fachadas principales de sillería. Lucen piedras armeras, trabajos de rejería y canes del alero con decoración tallada.

El más importante es el Palacio de Catuja o Katuxa, donde antes estuvo una torre homónima a orillas del Nervión con ferrerías y molinos. La antigua edificación se quemó varias veces en el siglo XVIII, quedando reducido a cenizas. Fue a finales de ese siglo cuando se reconstruyó según la estética imperante en la época. El palacio se eleva en tres plantas y es de planta rectangular. La fachada principal, de sillería, con vanos adintelados y dispuestos ordenadamente, se abre en la planta baja en dos arcos de medio punto con arranques moldurados. El escudo de la fachada es de los Ugarte.

Otra de estas casas señoriales es la que se encuentra en el núcleo Malkuartu, con escudo de los Escauriaza. De esta casa destaca la labor de ferrería en la balconada. En el barrio Olarte se sitúa el caserío Etxebarri, una casa solariega barroca levantada por Antonio Beraza en 1763. Tiene fachada simétrica con vanos adintelados y adornada con un escudo con las armas de los Beraza.

La casa Kaltaganeta, en el barrio Gardea, es otra bella casa señorial de grandes dimensiones. De planta cuadrada y tres alturas, se cubre con tejado a cuatro aguas animada en el lado de la fachada principal con un tejadillo central. No falta el escudo de armas, en este caso tallado en madera. En su parte posterior tiene anexionada otra edificación.

También hay numerosas casas fechadas en los siglos XIX y XX con similares características y con los típicos nueve huecos jerarquizados en tres ejes, todos ellos entre urbanizaciones actuales, como corresponde a una ciudad como Llodio. De ellas cabe destacar la Casa de Campo de Anuncibay, contigua al puente de Anuncibay. Levantado en 1941 por el arquitecto Jesús Rafael de Basterrechea, fue un encargo de la Condesa de Anuncibay María López de Ceballos. De estética historicista, sigue la hechura de las casas torre renacentistas, con un alfiz en la fachada, garitones y otros elementos.

En lo que se refiere a la arquitectura popular rural, cabe decir que en Llodio encontramos caseríos típicos de la vertiente cantábrica del País Vasco, con algunas peculiaridades. Son edificios de mampostería con sillares en las esquinas y los recercos de los vanos, entramados de madera rellenados con ladrillos, con tejados de dos o cuatro aguas con generoso alero, abiertos por pocos vanos, y con fachadas articuladas en tres crujías. Los aleros están sustentados por vistosas tornapuntas.

En la zona alta de Llodio hay una tipología de casa caracterizada por levantarse en terreno desigual provocando distintas alturas y cubiertas de tres aguas. Además estas casas suelen tener dos accesos a distinto nivel, grandes postes de madera en la fachada que llegan hasta la cubierta y pequeñas y diseminadas ventanas. Otro elemento definitorio es que en la última planta, dedicada a desván, el entramado de madera se cubre con elementos vegetales entrelazados y cubiertos con mortero de barro.

Tal es el caso del antiguo caserío Juan de Eguía, en el barrio Olarte, que es de mampostería y entramado de madera rellenado con ladrillo salvo en la última planta. De esta tipología es también el antiguo caserío Goirizabalena en el barrio Larrazabal, con amplia balconada con tejadillo y cabaña aneja y el caserío Lusurbei, en el Manzanal.

Dentro de la arquitectura popular de ámbito rural de Llodio destaca el caserío Goikoetxea, el más antiguo del barrio de Isusi. De planta cuadrada y muros de mampostería, todo el cuerpo superior es de un vistoso entramado de madera a la vista rellenado con ladrillo. La techumbre es de dos aguas pero con un tercer tejado de "mirubuztan" en la parte posterior. La fachada está estructurada en tres crujías, la central con la planta baja abierta. Datada en el siglo XVII, sufrió una importante reforma en 1738, como lo atestigua una inscripción en la puerta principal.

Otro caserío Goikoetxea se alza en el barrio Gardea. Presenta una preciosa fachada de entramado de madera vista con ladrillo con aparejo variado y balconada corrida en las dos plantas superiores, la última en saledizo. Este caserío luce además jabalcones y dintel decorados con talla de motivos geométricos.

Otro caserío destacado es Aranguren, que en realidad son dos edificios unidos por una original estructura de madera de tres pisos y abierta. Una de las edificaciones es de planta rectangular, de mampostería, y puede tratarse de una antigua casa torre a juzgar por los elementos que conserva: acceso de arco apuntado, otro acceso alto adintelado y con sillares en voladizo en su jamba, y una ventana cuadrada con asientos labrados en su interior. El segundo edificio es una construcción popular de mampostería y entramado de madera.

En el centro de Llodio, en la calle Goiko plaza se encuentra un magnífico caserío que presenta una bellísima fachada estructurada como es habitual en tres crujías, la central algo más ancha. La segunda planta destinada a desván está en saledizo en distintas alturas, ya que en la crujía central es más alto, dejando ver el techo más alto que tienen las habitaciones nobles de esta crujía. La casa está decorada con unos escudos y detalles labrados.

También en el núcleo urbano de Llodio se encuentran los caseríos Goikoetxe, de original estructura lígnea, Txapotena, y Errementeria, convertido éste en centro cultural. Se trata de una gran casa de mampostería en la planta baja y los entrepaños que llegan hasta el tejado. El resto es de ordenado esqueleto de madera. La fachada está dinamizada por una bella balconada corrida y numerosas ventanas triangulares.

Otros caseríos reseñables son el caserío Goirizabal en el barrio Larrazabal, una destacada casa con monumental entramado de madera, el caserío Zabale que tiene dos pequeñas ventanas de arco con dovela tallada sin duda un vestigio de una casa fuerte, el caserío Ibaigotzaga, de cuatro plantas y original estructura, Martena en el barrio Olarte, Altamira, Zoiloa y Luzurbeilanda en el núcleo Oleta, y Zabale, en Larra, de bella fachada armónica con entramado de madera, aunque muy reformado.

Varios puentes destacan en Llodio: uno de ellos es el llamado puente romano de Vitórica o Bitorika sobre el Nervión. A pesar de su nombre, nada indica que sea de época romana sino del siglo XVIII. De esta misma cronología eran el de Katuja, de origen medieval, y el de Gardea, hoy desaparecidos.

Otro puente es el conocido como puente de los leones o puente de Anuncibay, sobre el Altube, uniendo Bizkaia y Álava, Orozko y Llodio, puente que fue patrocinado por el Marqués de Falces y Conde de Anuncibay, Ignacio de Aranda tal y como reza una inscripción. Tiene un portadillo barroco con arco de medio punto rematado por frontón roto y coronado por un Calvario, que está decorado con escudos de armas de los patronos. Tiene dos leones a la entrada y otros dos a la salida, de los que recibe su nombre. Está construido en sillería y es obra del cantero Martín de Larrea y Leguerzana en 1741.

Aintzane ERKIZIA MARTIKORENA (2007)