Entre los oficios especializados de la joyería podemos destacar al engastador, profesional que sujeta, fija o "engasta" los brillantes en el soporte metálico fabricado por el joyero. La unión de las piedras sobre su soporte requiere, por su importancia y dificultad, unos conocimientos y habilidades específicos que los joyeros, por abarcar un campo de trabajo más amplio, no dominan, por lo que surgió el oficio de engastador, artesano a quien los joyeros recurren para efectuar esta labor, convirtiéndose en un importante y estrecho colaborador.
Entregadas al engastador las láminas de platino conformadas por el joyero, aquel fija en ellas los pequeños brillantes, introduciendo su parte inferior, "la culata", en el hueco previamente avellanado, para seguidamente con un buril, que sujeta e impulsa con su mano, empujar contra la piedra, pequeñas virutas o láminas de metal que arranca de su superficie, de forma que se vayan montando sobre los bordes de la piedra. Efectúa esta operación con mucho cuidado y atención en diversos puntos del perímetro de la piedra, de forma que, una vez terminada la labor de engastado, una pequeña parte del platino queda en forma de resalte, montada sobre la piedra, impidiendo su salida del hueco donde ha sido introducida, y de esta forma se mantiene permanentemente unida a la lámina de platino.
Seguidamente y para decorar y terminar su trabajo efectúa, también con el buril, una serie de incisiones o grabados alrededor de su trabajo.