Concept

Identidad Nacional

Si bien la situación descrita es la normal, especialmente en los países occidentales, también es verdad que la identidad nacional se ha expresado de forma diferente. Básicamente la manifestación diferenciada ha surgido de dos movimientos diferentes: los movimientos anticolonialistas, sobre todo en el Tercer Mundo, y los movimientos nacionalistas periféricos, especialmente en los estados occidentales más antiguos. Si bien con connotaciones diferenciadas, ambas expresiones reformulan los problemas de integración que todo proceso social desarrolla y también el carácter procesual y arbitrario, pero necesario de la identidad nacional.

Si entendemos el colonialismo como el dominio establecido y mantenido durante largo tiempo, sobre un país extranjero separado de la potencia dominante, a la cual se halla subordinada, no es extraño que la potencia colonial proyecte sus estructuras políticas y administrativas, además de sus normas de convivencia, al país dominado. Esta forma de organización política ha consistido en la creación de estructuras administrativas que simulaban el funcionamiento de la burocracia estatal de la metrópoli. La occidentalización de los países coloniales ha consistido, sobre todo, en la internalización de mecanismos políticos, sociales y económicos por parte de una minoría que formaba la base de apoyo de la potencia extranjera. Pero uno de los fracasos más importantes de los países occidentales consistió en la no creación de una identidad nacional que cohesionara a los distintos miembros del territorio dominado.

Si bien el colonialismo clásico entró en crisis, tras la segunda guerra mundial, años antes se había extendido una conciencia nacionalista entre diversos pueblos que manifestaban su diferencialidad con la metrópoli y afirmaban su identidad. De hecho, el éxito de la Revolución Rusa contribuyó a que se extendiera por el mundo colonial una conciencia nacional y antiimperialista que reafirmó su identidad nacional. El motivo más inmediato que hizo descubrir la identidad propia fue el conflicto con la metrópoli. Por medio del conflicto, los actores de las sociedades dependientes descubrieron su propio pasado y, sobre todo, avanzaron en la construcción de su diferencialidad, tanto social como política. El proceso acabó, con mucha frecuencia, en la construcción de una estructura política, casi siempre siguiendo el modelo occidental. En algunas ocasiones se creó una administración propia, una estructura política y militar, todo ello inducido desde la metrópoli, pero no consiguió crear una identidad nacional. En estos casos, las fronteras estatales se trazaron siguiendo criterios utilitaristas, que no coincidían con realidades étnicas ni sociológicas. Ante estas circunstancias hay países que no han conseguido crear una identidad nacional, es decir, un sentido de comunidad, de unidad. La consecuencia es que el aparato militar es el único instrumento que ha demostrado poseer capacidad para mantener cohesionado el territorio bajo su dominio.

Hay varias formas de comprender las causas del colonialismo y la forma de acceder a la liberación construyendo la identidad nacional. Dos teorías han sobresalido sobre todas las demás: la tendencia indigenista y la marxista-leninista.

La primera concede especial importancia a la opresión nacional. Entiende el proceso de construcción nacional como un proceso progresivo de liberación cultural, étnica, aunque tampoco rechazan la liberación económica. Las tesis indigenistas tiene su espacio de aceptación en los países africanos que optan por construir su identidad nacional. El paladín de esta idea es el líder africano Leopoldo Senghor. Acuña el concepto de negritud para expresar la raíz del problema. Proclama la necesidad de que los pueblos adquieran conciencia de su negritud. La negritud es su identidad y la estrategia política debe ir dirigida a recuperar la identidad, es decir, la negritud. La construcción de la identidad nacional debe hacerse mediante una vuelta a la sociedad africana anterior a la conquista colonial. La sociedad africana tradicional era sin clases, de estructura comunal. Esta estructura fue sofocada por el proceso de colonización. La construcción de la identidad africana tiene que desarrollar las instituciones clásicas de África. Entre éstas cabe destacar la aldea, las cooperativas, la propiedad comunal y el sistema de seguridad natural.

La segunda tendencia ha tenido mayor arraigo en Asia y Latinoamérica. Para estos teóricos, la raíz del problema es de índole económica. Los países dependientes no podrán construir su identidad nacional, si antes no consiguen superar la opresión de clase. Es la dependencia económica de las grandes potencias lo que impide la producción de la identidad nacional. En los países colonizados, la producción de identidad nacional se entiende como un proceso de recuperación, cultural y/o económica, de una identidad existente pero arrebatada, disuelta o no expresada. La causa es siempre la misma; la fuerza de penetración del colonizador.