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Alarde del Moro de Antzuola

Aunque está muy extendida la teoría de que en el origen de los Alardes folklóricos vascos se hallan las milicias forales del mismo nombre, lo cierto es que tanto el nombre de alarde como su estructura y componentes se documentan en numerosas procesiones durante el Antiguo Régimen, entre otras, las que celebraban victorias militares. Es el caso de Antzuola. No hay prueba documental alguna de la presencia de la compañía de antzuolarras en la batalla de Valdejunquera, pese a que así lo afirma la justificación del rey de armas al detallar los componentes y origen del escudo y de la bandera en 1745. Pese a que tipológicamente responde a tiempos de los Austrias, o resulta extraño en la ideología de la época considerar la bandera un despojo arrebatado a los moros. Del mismo modo, de aquellas interpretaciones parece que derivó la conclusión de que el rey encadenado del escudo era moro.

La historiadora y experta en heráldica Rosa Ayerbe ha hallado la conexión entre el relato de 1745 y el libro Nobiliario de la Provincia de Guipuzcoa, que aclara la presencia del rey encadenado: en el siglo XVI, durante una época, el rey del escudo de Gipuzkoa se representaba encadenado (el rey de Aragón, apresado por tropas guipuzcoanas). Aunque no tuvo continuidad, se sabe que el escudo de Antzuola se basó en aquella iconografía. No está claro, sin embargo, cómo se llegó en Antzuola a la interpretación de que se trataba de un rey moro, puesto que en el texto de 1745 ni siquiera se insinúa que en la victoria antzuolarra nadie fuera hecho prisionero. ¿Tal vez una confusión basada en las fiestas de moros y cristianos del folklore vasco, documentadas por lo menos en los siglos XVI al XVIII? ¿O una mezcla de la tradición local de la batalla con alguna de la varias escenificaciones decimonónicas, durante las guerras coloniales en Marruecos? En el caso de Antzuola, no hay documentación que aclare el origen y primera evolución de la fiesta.