El Domingo de Carnaval de esta comunidad empezaba por la mañana. Este era el día de los "gaztiak" o varones jóvenes comprendidos entre los catorce y los dieciocho años, que pedían de casa en casa. Los "gaztiak" no se disfrazaban y en la cuestación les acompañaba un guitarrista. Para llevar a cabo el empeño propuesto se valían de una cesta o "zarea" para los huevos, de la alforja para el pan del "gerrena" destinado a la txistorra y al tocino con que les obsequiaban. Comían en sus casas y con lo recogido en la postulación merendaban en la taberna. A eso de la media tarde del "Karnabal Asteartea" los varones jóvenes mayores de dieciocho años se reunían en la taberna y varios de ellos figuraban disfrazados. Estos disfrazados eran los "txantxoak", que no tardaban en ambientar las calles. Los "txantxoak" amedrentaban asimismo a los niños y les hacían correr. Al anochecer visitaban en petición las casas del pueblo. Andaban "etxez etxe, galde egiten". Para animar el recorrido contaban con la colaboración de uno o dos guitarristas. "A esta puerta hemos llegado cuatrocientos en cuadrilla, si quieres que te cantemos bájanos a cada silla", éste solía ser el saludo que repetían en una y en otra puerta. Para la cena, en la taberna y con las viandas recibidas en la cuestación, los "txantxok" se desarropaban el disfraz. El baile, en la posada o en una casa particular, se prolongaba hasta el amanecer. Las jóvenes no se disfrazaban y se sumaban a la fiesta después de haber cenado en familia. (Ref. Juan Garmendia Larrañaga: Carnaval en Navarra).
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