Udalak

OIARTZUN

Guerra de 1936-1939. Tras el alzamiento militar del 18 de julio de 1936, Oiartzun, cuyos habitantes eran en su mayoría de tendencia carlista o nacionalista vasca, fue una de las primeras localidades guipuzcoanas en caer en poder de las tropas sublevadas. El 23 de julio su barrio de Altzibar era ocupado por la columna navarra del coronel Beorlegui que, viendo interrumpido su avance hacia Irun a lo largo del Bidasoa por la voladura del puente de Endarlatza y las fuertes posiciones tomadas tras él por los milicianos, se había abierto paso hacia Oiartzun por el puerto de Arritxulegi. Defendían la población las milicias gubernamentales al mando del comandante Pérez de Garmendia. La situación de Beorlegui en Altzibar, muy distanciado de su retaguardia, era ciertamente difícil, pero logró mantenerse hasta el día 27 de julio en que se le unieron las columnas del coronel Ortiz de Zárate y del teniente coronel Los Arcos y otra unidad de 500 hombres al mando del capitán Díaz Doñabeitia. La presencia de estas tropas, muy superiores en número y armamento a las de Pérez de Garmendia, obligó a éste a retirarse de Oiartzun, donde entraron las columnas bajo el mando conjunto de Beorlegui el mismo día 27. Al día siguiente se apoderaban del barrio de Ugaldetxo en un intento de llegar hasta los cuarteles de Loyola, en San Sebastián, cuya guarnición se había sublevado y estaba cercada por fuerzas gubernamentales. El intento resultó, sin embargo, tardío, ya que ese mismo día 28 se rendían los sitiados. EL 29 se unió a las fuerzas de Beorlegui el Tercio de Montejurra, al mando del comandante García-Valiño. Las comunicaciones con la retaguardia seguían siendo difíciles. La artillería de los cuarteles de Loyola empezóa utilizarse para batirlas. Las fuerzas gubernamentales se hallaban, por su parte, muy escasas de munición de fusil, lo que les imposibilitaba toda acción ofensiva. Mientras tanto las fuerzas de Oiartzun se preparaban para atacar de flanco la línea Peñas de Aia-Erlaitz-Pagogaina, en busca de una posición mejor para el ataque sobre Inín. Al amanecer del 11 de agosto, en ataque combinado, las columnas de Los Arcos y del comandante Galvis, ésta procedente de Lesaka (Nav.), se apoderan de Pikoketa. Ese mismo día se ocupa también la posición de Gorostiaga, y del 11 al 14 las Peñas de Aia. Los fuertes de Erlaitz y Pagogaina, castigados por la aviación, caerían tras durísima lucha y numerosas bajas por ambos lados la madrugada del 15 de agosto. Con la toma de estas posiciones las columnas de Beorlegui conseguían salir del valle de Oiartzun, muy mal comunicado con su retaguardia y con el peligro de quedar aisladas, y situarse ventajosamente para intentar el ataque contra las posiciones fortificadas de Elaitza, Zubeltzu y San Marcial, que se interponían hasta Irun y la frontera. "La posesión de Oiartzun -en opinión del corresponsal británico Steer- significó la conquista de Guipúzcoa". En efecto, la punta de lanza de Oiartzun permitió a las fuerzas de Mola el ataque de flanco a las difíciles defensas naturales que se elevaban ante la frontera, posiciones cuya conquista por el solo ataque frontal hubiera resultado mucho más costosa. Una vez llegadas a Irun las tropas sublevadas, el corte de la frontera haría mucho más difícil la situación de Gipuzkoa. Más tarde Oiartzun sería uno de los puntos escogidos por las autoridades nacionales para llevar a cabo la ejecución de prisioneros. [Ref. M. Bande: La guerra en el Norte, pp. 55 y ss.; A. de A.: "H. D. G. E.", pp. 104 y ss., 568 y ss.; Steer: El Arbol de Guernica, p. 11].