Lexikoa

NATURALEZA

Recuerdo de climas más fríos y de animales gigantes. También el vocabulario vasco formado por los nombres del año, las estaciones, los meses y los días, puede conservar reminiscencias lejanísimas. Urte=año, literalmente, 'licuación', 'deshielo'. Para que pudiera dar nombre a todo un año, la temporada debería ser excesivamente grande, dejando sólo lugar a un verano muy corto. Esto lo apoyan los nombres de las estaciones, uda(ra (verano), negu (invierno), únicas que debieron conocer los forjadores de la lengua. Primavera y otoño son palabras posteriores, compuestas: udaberri (primavera), udazken (otoño), que literalmente significan udaberri (verano-nuevo) y uda-azken (verano-último). De época más cálida serían los vocablos bedatse y larrazken, primavera y otoño, y que, literalmente, quiere decir, "abundancia de yerba" y "último pasto". Se remontarían ya a la época del pastoreo. Uno de los nombres actuales de enero, urterila, parece moderno y significa 'mes del año'. Su otro nombre ilbeltza, nos hablaría del tiempo más negro u ubscuro del año (il=mes, luna y beltza=negro). Otsaila y zezeila, nos hablan de lobos y toros (otso=lobo; zezen=toro), caza o rito. Los nombres orrilla y ostoilla (mes de la hoja), para mayo, mes ya de florecimiento en el actual país vasco, deben de estar formados, no en países más fríos, como supone Campión, sino en época más fría de nuestro mismo país. Bildilla (octubre), "mes de la recogida" (bildu=reunir) no encaja tampoco en ese tiempo salvo que se tratase de la colecta de avellanas y otros frutos por el estilo. Los restantes nombres de meses son ya de las edades agrícolas y posteriores. Los calendarios indoeuropeos se refieren a tres estaciones caracterizadas por los tres fenómenos más notables del clima templado, las nieves, la vegetación y el calor.